naurotorres.blogspot.com

domingo, 24 de julio de 2022

Conjunción

 

Poema 229

 

Somos pasajeros,

dijo implacable la clorofila

                                                  a la hoja seca.

 

No existe el verdor

sin el abono de las hojas secas,

                                 contestó la seca hoja.

 

No existe el verde de las hojas,

                           sin mí.   Contestó el sol.

 

 

Sin mí, no existe el árbol;

                                 contestó el agua.

 

Somos una conjunción,

los seis asumieron.

 

Llegó el humano,

desconoció el acuerdo:

                                         Tumbó el árbol.


Registro del maestro Domingó, tomado de internet.


sábado, 23 de julio de 2022

El ayo bellezano, Marcos Fidel Piñarte Valenzuela

 

Como muy pocos de los nadie de antaño, en el escondido pueblo del Sur de Santander, reconocido como la Suiza de Santander, nació el 12 de junio de 1.938 un niño cuyos padres,- Anatolio Piñarte, fallecido en 1.982 a los 90 años, y Ana Rosa Valenzuela fallecida en 1.961- con hacha y machete, fueron descuajando montaña y haciendo finca en los parajes que hoy se conocen como La Belleza.

            Tomada de internet.

Por las creencias de sus padres, por el señorío mostrado por el niño, por los logros académicos en la escuela, en una misión católica ocurrida en recónditas y distantes tierras fértiles de la cordillera veleña, fue reclutado para ser formado como sacerdote en la comunidad carmelita de Medellín, Antioquia. Allí en un monasterio cursó el bachillerato y la filosofía.

   Fotografía cortesía de Hermes García Ruíz.

Cuando se nace en tierras inhóspitas y clima variable, alguna enfermedad tropical se nos atraviesa para irrumpir los planes personales. Colgó la sotana y asumió similar vida a la del pensador, Sócrates. Se convirtió en partero para suscitar los sueños de niños que, como él, deseaban estudiar, pero no tenían oportunidades. Fueron miles los nadie que recibieron el afecto y la orientación del profesor Piñarte Valenzuela; hoy reconocidos ciudadanos que usaron la educación para transformar sus vidas y el entorno en el que viven.

  Cortesía de Hermes García Ruíz.

Como pensador, lector y educador, asumió una de las tesis de Ortega y Gasset: “El hombre es un ente que se hace a sí mismo y tiene la capacidad de decidir qué quiere hacer y cómo”. Se inició como maestro de secundaria en Zipaquirá.


 Fotografía cortesía de un alumno de la década del ochenta en el Colegio departamental Don Bosco

Regresó en 1.965 a su tierra natal en la que estuvo por 15 años, en los cuales fue diputado a la Asamblea de Santander, cofundador, profesor y rector del Colegio integrado don Bosco, presidente de la Junta Comunal y cofundador de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Belleza Ltda.

  Tomada de internet.

Algunos coterráneos del mismo partido le pagaron con creses acusándolo ante la Secretaría de Educación por inmiscuirse con los comunales. Abandonó su tierra amada en la que conoció a la normalista puentana Mariela Virviescas, siendo docente fundadora del Colegio de la Belleza con quien fueron padres de tres hijos (Oscar, Sergio y Nelson). Asumió la rectoría del Colegio Cooperativo de Barbosa, hasta que se pensionó por los servicios prestados a la educación santandereana. Se residenció en Puente Nacional a roer recuerdos y continuar poniendo sus capacidades, en donde le permitieron, en particular en los asuntos ambientales, de los cuales, junto con su hijo, Nelson Piñarte Virviescas(q.e.p.d), fueron lideres promotores del cuidado y protección de las fuentes hídricas, levantando banderas contra la contaminación de combustibles fósiles.

 
           
Cortesía de la profesora Doris Mateus.

El maestro Piñarte Valenzuela fue legando, con su halo, una estela de enseñanzas con quienes se cruzaron en su camino en su florido transitar en los tres municipios veleños por donde anduvo.


Foto cortesía del profesor Orlando Villamizar.

En mi búsqueda en encontrar mi mismidad y estar de acuerdo consigo mismo; en mi batalla personal por mostrar mi servicio social y educativo, Marcos Piñarte Valenzuela, siendo rector del Colegio de la Belleza, gestionó mi traslado de la Escuela Urbana de la localidad, al colegio supliendo mi plaza departamental con el traslado de mi esposa. Margarita González Gamba (q.e.p.d).

  Cortesía del profesor Orlando Villamizar.

Con las mismas monedas que le pagaron a un hijo de la tierra bellezana, 28 meses despues de iniciar mis labores como maestro, fui sindicado de sembrar división en el credo e inducir a los alumnos, con la lectura a las ideas liberales, banderas sociales de la década del setenta en Colombia.


  Del álbum familiar cedida a mi blog.

El maestro Piñarte Valenzuela, me legó: el respeto al otro y a las opiniones de los otros; el ejemplo como medio de formación de los educandos; la dignidad, valor no transable; la atención y escucha para ponerse los zapatos del otro; la no violencia como arma de conciliación; el porte personal como referencia al educando; la vida como una escuela en la que se aprende, o, se aprende; la muerte como excusa para vivir eternamente en quienes se cruzaron en nuestros caminos como maestros.

 
   
Tomada del registro personal del difunto Nelson       Piñarte V.

Las exequias del ayo, Marco Fidel Piñarte Valenzuela -fallecido cumplidos los 84 años- ocurrirán el lunes 25 de julio a las 11.30 pm en la Parroquia de Puente Nacional, en la misma municipalidad en la que reposan las cenizas de su hijo, el periodista y líder ambiental Nelson Piñarte Virviescas, recientemente encontrado muerto en un paraje nariñense a 24 horas de camino por carretera de su casa en esta localidad. 


La policía nariñense informó que junto al cuerpo del ambientalista encontraron una nota en la que informaba las causa de su muerte que interpretaron los uniformados como un suicidio. Personas que compartieron y leían los cuadernos del periodista, afirman que la letra de la supuesta nota no tiene los rasgos de la grafología del ambientalista. El hijo de la familia Piñarte Virviescas salió de su casa -como otras veces- a caminar y hacer registros gráficos terciando el bolso que lo acompañaba siempre. El informe policial cuenta que en el hotel donde, supuestamente se registró, dejó una maleta. Desde que se pensionaron sus padres, Nelson Piñarte, el periodista ambiental, los acompañó hasta su misteriosa desaparición de la localidad, circunstancia que mantuvo inquietos a los progenitores por carecer de certeza si fue un suicidio o un homicidio. En ambos orígenes, no se han encontrado los hilos del desenlace triste para los colectivos ambientalistas de varios municipios veleños.

martes, 19 de julio de 2022

Las torcazas no se comen. Poema de Nauro Torres Quintero

 

Poema 242

17/07/2.022

 

Tú, cazador de aves de monte

mientras yo volaba entre la neblina

en las copas de los arboles

buscando semillas para mis polluelos,

agazapado me esperabas de regreso al nido.

 

Un rugido de tu escopeta irrumpió la cuna;

se cayeron las semillas,

chillaron con hambre mis polluelos.

 

Mis plumas apaciguaron el golpe de las semillas;

tú, cazador, asesinaste tu trofeo

y con tu egoísmo ahogaste a los polluelos.

 


Unos decidieron que mi carne es delicada y

 sazonada

-los otros callaron olvidando mi canto-

algún día sin noche, sin árboles, sin agua, sin

 comida,

preferirás ser torcaza para volar cazando semillas

 para oxigenar la tierra.

No esperes nada. Poema de Nauro Torres Quintero.

 

Poema 206

D.R.A.

 

Omite que ayer debiste ser recompensado

y no lo fuiste.

 

¡Sé feliz¡ ¡No esperes nada¡

 

Lo que nos ocurra está escrito

en la agenda que al azar hojea

 el viento eterno.



Fotografía del maestro Domingó 2.021 Tomada de internet.

miércoles, 6 de julio de 2022

Trasteo, poema de Nauro Torres Quintero

Poema 219

07/06/2022

 DRA

Anhelé en un arca embalar

mi pasado, el presente y el futuro;  

enfardé dolores, tristezas y descontentos

en el baúl de los recuerdos.

 

Envolví en papel del olvido

los sinsabores y desprecios

y los dejé en estribor

para que el viento del mar

los esparza en altamar.

 

Registro del maestro Domingó/2.022


Enfardé los floridos amores 

en un costal para oler sus perfumes

en estribor en tardes infinitas

y en perennes desvelos.

 

Los trebejos los abandoné

en cada puerto por donde anduve,

como regalos a mis depravadores

de mi quehacer pedagógico y empresarial.

 

Mis historias sin contar

y mis versos sin hilar

viajan conmigo en la valija literaria,

sin papel, sin tinta, sin lomo,

en el ciberespacio digital.

 

Cibernautas vuelan por doquier,

lectores nadan en el inmenso mar

bebiéndose mis letras, sin afanes,

porque el vino no es del viñador,

es de quien lo bebe con complacencia

deleite y satisfacción. 

lunes, 20 de junio de 2022

Pensemos en aportar, en construir

 

                                      

 

Ya se acabó la disputa

por el cargo de presidente

ahora los colombianos

a la rutina de siempre;

no importa quién ha ganado,

terminaron las elecciones;

dejemos atrás el odio,

las ofensas y rencores…

 

Usted mi querido amigo

que cree en la democracia

no crea porque perdió

que nos llegó desgracia,

y si es de los ganadores,

ganó fue su candidato

usted continúa lo mismo

madrugando a buscar trabajo…

 


Dame la mano mi hermano

y un abrazo démonos

que no somos enemigos

todos somos colombianos;

hay que pensar en Colombia,

aporte un grano de arena;

muy fácil es criticar

hay que empezar la tarea…

 

Lo primero que hay que hacer

es dejar atrás el pasado

quitarnos odio y rencor

no importa quien haya ganado;

si usted es negro o mulato

campesino o asalariado

hay que juntar nuestras manos

y halar para el mismo lado…

 

 

Colombia aquí necesita

que trabajemos honestamente

que estemos todos unidos

así iremos para adelante,

que se combata la corrupción

y no se roben la plata

que no haya intermediarios

y así el dinero si alcanza…

 

En los cargos que asignen

que escojan a los mejores

que sea por meritocracia

y no por ser roedores

que a cambio de más impuestos

recorten los asesores

que tienen los ministerios

diputados y senadores…

 

Que acaben tanta prebenda,

 así reducen el gasto

apretarse el cinturón

pero no para los de abajo;

si usted es un funcionario

que cumple con su trabajo

le hace un favor a Colombia,

así los necesitamos…

 

Si usted es una corbata

como muchos funcionarios

y no cumple sus funciones

está robando al erario

que todos los funcionarios

se pongan a trabajar

es el cambio que necesita

este país para progresar…

 

Cambiaremos de presidente

ministros y embajadores

pero Colombia no cambia

si sigue habiendo ladrones

y en este país creyente

que tiene a Cristo de modelo

nos robamos la platica

y culpamos a los ateos…

 

No veas la paja del ojo

que tiene el que está a su lado

vea la viga que llevas

por eso es por lo que ves nublado

en lugar de criticar

y pensar que todo está mal

aporte con soluciones

y el cambio si se verá…

 

El cambio no es de gobierno

es de manera de pensar

si todos aquí aportamos

Colombia si va a cambiar

hagamos un gran acuerdo

entre todos los colombianos

cerremos boca a la ofensa

y juntemos ya nuestras manos…

 

Hay que silenciar el odio

lo mismo que los fusiles

no importa que aquí pensemos

en una forma disímil,

que se respete al hermano

no importa su condición

al fin que todos vivimos

en esta misma nación…

 

El país solo necesita

que haya reconciliación,

hacer la paz entre todos

salvar a nuestra nación.

Colombia sale perdiendo

si seguimos divididos

el país hoy necesita

que estemos todos unidos…

 

Miremos todos al cielo

que vuelve a salir el sol

si todos vamos al surco

a Colombia le va mejor

por eso querido amigo,

y ya para terminar,

no te sientas un perdedor

y piense que va a aportar.

 Luis martínez Arias/ poeta sangileño. Junio 20 de 2.022

domingo, 19 de junio de 2022

Amores encadenados

 

Los ocho de Colombia fue una orquesta que animó fiestas por dos décadas a finales del siglo XX en el país de Gabriel García Márquez. Con sus melodías se bailaba en todos los escenarios de la escala social del pais de las desigualdades. Los jóvenes se aprendían las canciones he imitaban a Eder Ortega, cantante estrella del grupo tropical internacional en esa época del auge del realismo mágico que se esparció desde las brisas caribeñas al mundo musical hispano.

Los ocho de las parrandas. Los ocho de las tareas. Los ocho de los ensayos. Los ocho del despertar de las emociones y goce de las mismas. Los ocho estudiantes de uno de los colegios guanentinos con nombre de provincia santandereana, se graduaron en el año y en el mes y año del desastre de Armero, producto de la erupción del nevado del Ruiz guindado en una cima del del departamento del rajaleña y el sanjuanero, bambucos bandera de la identidad de los andes con pollera colorada y piraguas guiadas por lancheros descendientes e imitadores de Mauricio Babilonia.


Nunca olvidaron ese noviembre cuyo grado ocurrió días después del incendio del palacio de Justicia de Colombia, producido por el Ejército Nacional para extirpar a los integrantes del M-19 que, ilusos quisieron manifestarse presionando la restauración de los diálogos con ese grupo guerrillero que ganó fama al actuar como Robin Hood a favor de los pobres, víctimas de quienes, por décadas, usufructúan el poder económico y político desde ambos bandos identificados con dos de los colores de la bandera nacional que usufructúa el amarillo, símbolo de la riqueza colombiana. 

Sumados las manifestaciones estéticas de los ocho egresados, sin honores costosos, tenía cada uno una habilidad estética que se convirtió en el imán que los juntó en sus vidas mozas.

Vistieron como varones en el colegio: Federico García, gustaba de la escritura, en particular, de la lírica. Salvador Oliva, se le recuerda por sus gustos por la pintura y su bigote mazamorrero. Oscar Fajardo, gustaba del escenario, integró el teatro “El Mazo” en la ciudad santandereana de los deportes extremos. Marcelo, fue el pensador del grupo. Leía todo lo relacionado con la razon y la verdad. Reinaldo Arenas, un moreno con aspecto caribeño, fue un admirador de la revolución cubana; vestía como el Ernesto Che Guevara. Silvia Rivera, fue la diva; la bailarina, la sensual estudiante, la bonita. Estuvo entre las mejores en resultados académicos de su salón. Marsha, la chica de las caricias fáciles; la de los afectos sin medida, la que no se perdía la corrida de un catre. Y Josefa, la niña que hacía la diferencia vistiendo como ellos; la que se le medía a todo reto con tal de ser tenida en cuenta; la que gustaba de ellos y ellas, para cualquier vaina.

En ese entonces, las danzas en el colegio no se conocían ni por referencias; menos unos quince años o un baile popular en el que los jóvenes pudiesen acudir, aprender y divertirse. Los varones, uno de ellos, se ganaba el pan lavando platos en el burdel de “la cara palante”. Fue el contacto para que el resto de los chicos fuesen en horas de descanso de “las mujeres de mala vida” a que ellas, o alguna, les enseñaran a bailar, rancheras, tangos, boleros; incluso, baladas. Y ellos, aplicados, se convirtieron en bailarines sociales con cierto aprecio y admiración entre las chicas del colegio.

Se esfumaron los años del bachillerato. El grado, en alguna medida. Dejaron de verse todos los dias, pero se frecuentaron cada semana. Los juntaron los sentimientos, los amores, incluso, los retos.

Federico, el escritor unió similitudes con Marsha, la chica de las caricias fáciles. Salvador, el pintor, por su forma de ser y sentir se juntó con Silvia, la bailarina, y Josefa, la chica del deporte masculino.  El admirador del Che Guevara y Oscar, el chico de los escenarios teatrales, junto con Marcelo, el libre pensador, fusionaron afinidades para convivir.

San Gil, ciudad señora desde antaño, es recordada por sus puentes sobre el río Fonce, y sobre sus quebradas. Cinco puentes, hasta ahora, sobre el río,  en menos de un kilómetro en el sector urbano. Otros tantos sobre la quebrada Curití. Dos sobre el arroyo la Magdalena y tres sobre la quebrada Las Ánimas.  De los puentes urbanos sobre el río, dos son peatonales; ambos metálicos. Uno, el más antiguo, se desprende uniendo la plaza de mercado con el otro lado -La sangrada familia- y el segundo, el colgante construido en 2013 para unir el centro histórico con el centro comercial El Puente.

Imitando costumbre que floreció en París-hoy prohibida por el daño al ornato- empezaron a aparecer, en los dos costados del puente peatonal del centro comercial, candados cerrados en los ojos de la malla destinada a disminuir intentos de volar hacia las profundas y veloces aguas del Fonce que golpean sin piedad las piedras milenarias.

Observando en detalle la disposición de los candados, en ojos se observan dos candados cerrados, separados. En otros ojos, dos candados asidos entre sí. En otros, candados atados en trio.  Hay diversos tamaños, colores, marcas y óxidos en las cerraduras. Todos los candados están marcadas individualmente, con letras, corazones, rosarios, arabescos y símbolos diversos. Pero todos están cerrados y amontonados, cada vez más, en el mismo trayecto a ambos costados.

Con los años, Oscar Fajardo, luego de andareguear por ciudades y países, en virtud de su oficio de teatrero, retornó a San Gil. Muy cerca de allí en un cafetería cercana al “Matachito del Paraguas” se encontró con Reinaldo. Recorrieron el puente peatonal cargado de candados. Continuaron la charla en la "Polita", cafetería en el primer piso de histórica casa de los Massey en el marco del parque la Libertad de San Gil.



Según la disposición de los candados, -registraron en su charla-, tienen significación diferente, según el sentir de quienes pactan o sellan un compromiso, supuestamente para siempre. Dos candados separados en un ojo de la malla, es un pacto de amor con la libertad de cada uno de dejarse, sin agredirse. Dos candados atados y cerrados uno con el otro, es un pacto de amor que solo se deshace con la muerte. Tres candados atados entre sí, revelan el amor compartido entre tres en el silencio de los espacios sin puentes. Y las llaves, arrojadas a las umbrías aguas del río Fonce, sellan el acuerdo verbal y amoroso que los ata dejando una evidencia pública que solo interesa a quienes colocaron el o los candados.

Los candados del amor tienen algún significado para los enamorados y posesivos. Para los transeúntes que viven corriendo para ganarse el pan, son simplemente candados oxidados que están deteriorando el puente y afectando su estructura.

Las llaves de los candados del amor colocados en puentes en diferentes lugares del mundo son arrojadas a las aguas que discurren bajo el puente precipitándose cargadas de basuras de la ciudad. Significan que lo pactado, no tiene reversa,  como no la tiene el agua del río que no retorna por el mismo lecho, así como el pasado se esfuma en las espumas del trasegar de cada quien.

 

San Gil, mayo 31 de 2022.

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...