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jueves, 4 de abril de 2013

Padres a rescatar y sembrar valores en y con sus hijos.


Padres a rescatar  y sembrar  valores

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LOS HIJOS, NUESTRA CREACIÓN O NUESTRAS VICTIMAS? (2)


El psicólogo Miguel Ramón González Martínez, difundió en Facebook el pasado  5 de marzo,  seis razones, por las cuales los hijos, piensan y hacen lo que hacen. Aunque son anónimas, vale la pena conocerlas, compararnos y trazar correctivos en un nuestros procesos formativos con los hijos.

1.- HACEN LO QUE HACEN PORQUE TU LOS DEJAS.


Hacen lo que hacen porque tú se los permites, los hijos se convierten en lo que son, porque sus padres lo permiten, así de sencillo.


 Si tu hijo está haciendo un desastre de su vida, esta respuesta no te va a gustar, tu vendrás a mí y me darás un millón de excusas, le vas a echar la culpa a la música que escucha, a las películas que ve, a los libros que lee (si es que lee), a la violencia que transmite la TV, al sistema educativo, o a la presión que ejerce la sociedad (o sus amigos). Créeme, lo he escuchado miles de veces, así es que has a un lado la indignación y piensa en esta verdad: Tus hijos son producto de tu paternidad (de tu manera de educarlo).

2.- NO HAY CONSECUENCIAS DEL MAL COMPORTAMIENTO, LOS ENSEÑAMOS A SER MENTIROSOS.

Los padres dejan hacer a sus hijos lo que quieran, con muy poca información de lo que es aceptable y lo que no lo es.

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Si ellos hacen algo mal, no hay consecuencias por el inaceptable comportamiento. Algunas veces decimos: "si haces esto te va a pasar aquello", y si no haces aquello te va a pasar esto", después ellos no hacen lo que tienen que hacer y no pasa nada, no cumplimos la promesa de las consecuencias advertidas. Sabes en que se convierte un padre que no cumple con las consecuencias advertidas? En un MENTIROSO; y eso justamente aprenden nuestros hijos, a mentir.

3.- TU LES DICES A TUS HIJOS QUE SON ESPECIALES, Y NO LO SON.

Quizás no vas a estar de acuerdo conmigo en esto, creéme que a mí también me resultó difícil entenderlo y aceptarlo, pero es una realidad.
 Si tu eres de los que actualmente cree que su pequeño ángel es especial, lamento decirte que no lo es. Si tu le dices a tus hijos que son especiales muy constantemente, los perjudicas más que ayudarlos. Tu hijo es especial para ti y solo para ti, no lo es para nadie más.

Tu hijo nació con todo tu amor y verlo crecer es toda una maravilla, sin embargo, cuando crece y cruza tu puerta para ir a la escuela, él, solo es un niño más en la lista de la escuela, y no hay nada de especial acerca de él.

En el mundo real, tu hija no es una princesa, ni tu hijo un príncipe, solo es un niño más. Los hijos deben entender y aprender a crecer sabiendo que al instante que dejen tus amorosos brazos y entren al mundo real, nadie los amará por la única razón de que ellos existen, como lo haces tú.
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4.- TU HACES QUE TUS HIJOS SEAN LO MAS IMPORTANTE EN TU VIDA, Y TÚ?

Ellos no lo son. Yo sé que tú piensas que lo son pero no es así; cuando tu dejas a tus hijos pensar que son la persona más importante en tu vida, ellos aprenden a manipularte y tu terminarás haciendo lo que ellos digan.

Tus hijos son importantes, no me mal entiendas, tus hijos deberían ser amados incondicionalmente; pero los padres que ponen por encima de todo, la felicidad de sus hijos y sacrifican su propia vida y algunas veces su matrimonio también, entonces cuando acabe la labor como padre, tus hijos crecerán y te dejarán, e irán en busca de su propia felicidad y tú te quedarás únicamente con tu esposo (a).

 Si todo tu tiempo y energía lo gastas únicamente en tus hijos, cuando ellos se vayan tu no tendrás la certeza de que tu compañero(a) estará contigo; esa es una de las razones porque hay divorcios luego de que los hijos se van, pues la única cosa en común que tenían eran los hijos, y nunca trataron de alimentar el amor marital como lazo de unión que no fueran los hijos.

Esto mismo pasa con las madres y padres solteros, ellos gastan tiempo y energía en sus hijos, sacrifican su propia vida, pensando que lo mejor es servir a sus hijos y poner su vida "en espera" mientras los ayudan a madurar, pero después los hijos se van y ellos se quedan solos sin compañero(a) con quien envejecer juntos, por lo general terminan tratando y viendo a su hijo de 50 como si fuera de 4 años.

5.- FALLAMOS AL ENSEÑARLES LA DIFERENCIA ENTRE DERECHOS Y PRIVILEGIOS.

Los hijos tienen entre otros los siguientes derechos: a la vida, a jugar, a la libertad de opinar, a una familia, a la protección contra el trato negligente, a la alimentación, etc. Los privilegios son concesiones ganadas por una acción determinada; a nuestros hijos les compramos cosas, lo más actual en videojuegos, por ejemplo, o ropa o zapatos de marca, o una mascota, e incluso los llevamos al cine o a vacacionar, les compramos celulares, etc., etc., y todo gratis, a cambio de nada, hoy te digo que aunque te sobre el dinero para complacer a tu hijo, tienes que enseñarle a ganárselo; él tiene que saber que las cosas que le gustan cuestan y hay que pagar un precio por ellas, incluso estas cosas te ayudarán en la negociación de actitudes y comportamientos.

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6.- EL AUTOESTIMA DE TU HIJO ES EL RESULTADO DEL ÉXITO QUE ALCANCE, NO ES QUE LE AUMENTEMOS.

La palabra autoestima es una palabra compuesta de auto: uno mismo, y estima: amor, o sea, amarse a uno mismo. Tu no le puedes proporcionar una valoración positiva de él mismo, confundimos el animarlos y apoyarlos con aumentar su autoestima y cambiamos la regla de "si tiene alta autoestima tendrá éxito en todo", pero en realidad es al revés "si tiene éxito en todo, aumentará su autoestima". Así que si quieres que tengan autoestima alta, enséñale a alcanzar sus éxitos. 

Espero que estos consejitos te ayuden a entender el por qué a veces le pedimos peras al olmo, si en realidad cosechamos lo que sembramos.

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viernes, 29 de marzo de 2013

"La gratitud es la cualidad más importante del individuo. Es el requisito indispensable para la concordia, la armonía, la hermandad de los corazones".




EL SER GRATO, MULTIPLICA NUESTROS DONES.

El don de agradecer con sinceridad y sentimiento por todo lo que vemos, hacemos y recibimos, trae consigo bendiciones que multiplican los dones que tenemos. Me lo ha enseñado mi hija Margarita.

La gratitud surge como emoción espontánea cuando uno está alegre. Esta es una de las definiciones que más comparto.

LA GRATITUD, UNA GRACIA

Pero veamos: la palabra gratitud significa “en gracia”. Etimológicamente, la palabra gratitud comparte las mismas raíces que “gracia”. Y la gracia se puede entender como el don o auxilio gratuito y sobrenatural de Dios (o de una fuerza sobrenatural).

Pero también podemos decir que cuando uno está en gracia es porque se siente de alguna manera favorecido, ya sea por un amigo, un objeto, una experiencia o por algo sobrenatural.
LA GRATITUD NOS TRAE COSECHAS POSITIVAS Y AGRADABLES.

Ser grato con todo es sentirse en equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe. Lo que confirma la ley universal de la causa y el efecto que dice: Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa: todo sucede de acuerdo con la Ley; el azar no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad pero nada escapa a la Ley".
EL AZAR, NI LA SUERTE EXISTEN.

La mente es un motor. Los pensamientos son fuerza o energía que genera la mente. Esta energía sale de nuestra mente en vibraciones, en ondas que, por obra y gracia de la Ley del Ritmo regresa a nosotros trayéndonos el futuro que hemos recogido.

 Si haces un bien a alguien, o si hablas bien de alguien, esas palabras o ese acto bueno salen en vibraciones de color. Ese color atrae las vibraciones de su mismo color y te regresan aumentando el bien que hiciste. Te ocurren cosas bellas, cosas milagrosas.

No existen casualidades. No pueden existir porque no existe la ley de la casualidad. No hay sino leyes exactas llamadas Principios, porque son inmutables.

El Principio de Polaridad fija lo que haces y dices en uno de los dos polos, positivo o negativo. Es decir, que lo que piensas, dices o haces, es positivo o negativo. No existe un tercer polo.

Si piensas o hablas mal de alguien, es negativo. Lo has sembrado en polo negativo, sale de color gris o de densidad vibratoria mayor, dependiendo de la cantidad de maldad que contiene, recoge en su camino cantidad de energía del mismo color y te regresa aumentando en fuerza. Te ocurrirá algo desagradable como consecuencia.

Allí tienes, pues, la explicación de lo que te ocurre. Si críticas, serás criticado, si dañas a alguien o a algo, serás dañado o algo tuyo sufrirá un daño; si eres injusto, duro, esa injusticia se te devuelve, igualmente esa dureza.

Esas causas que siembras tienen que dar su fruto en efectos, antes de que quedes libertado. Si siembras discordias, tienes que recoger discordias; si siembras bondad, amor, ayuda, tienes que recoger bondad, amor, ayuda.

Lo que siembres, que sea constructivo o destructivo, lo verás devolverse. ¿Cómo puede la gente seguir creyendo que pueden impunemente ser crueles, calumniadores, malhumorados, violentos, mezquinos y esperar tener salud, amor, fortuna, felicidad, es decir, todas las cosas buenas de la vida, si solo siembran las cosas malas?. El mundo entero se lo pasa enviando odio, egoísmo, discusiones, pleitos ... y recogen la cosecha en confusión, caos, guerras y molestias de toda clase.

EL ARTE DE ENVEJECER.

Hace unos meses, un maestro escritor me regalo, con motivo de mis sesenta septiembres, un libro titulado "El gran arte de envejecer" el cual acabo de terminar de leer como un buen preámbulo para preparar mi espíritu a esta etapa de la vida, preámbulo a la muerte, vista desde el punto de vista teológico y filosófico.

El libro plantea que "el proceso de envejecimiento no es una simple desintegración, un simple marchitarse.

Como toda etapa de la vida tiene su propios valores", y ando en ese cuento de encontrar sabor y esencia a esta etapa que he comenzado con suma esperanza, aceptando desde ya esa condición.

El pensador aleman Heinriech Schipperges escribió que envejecer es un arte, un arte que con los años todos los seres humanos debemos aprender. Dijo: "nada sabemos de la vida mientras no sepamos lo que significa envejecer". El autor del libro, agrega páginas adelante que "solo podremos dominar el arte de envejecer si aprendemos a cultivar la virtud de la gratitud". 

Pero que es la gratitud?. Ya lo explicaba, pero veamos otra visión.  El alemán, Raymond Saint-Jean llama gratitud a "la memoria del corazon". La persona agradecida piensa con el corazón. Y el autor del libro remata diciendo "el que es ingrato no puede llamarse en el cabal sentido de la palabra. No piensa; olvida lo que es dado". "la ingratitud es una especie de debilidad".
 "La gratitud es una prenda que determina la calidad de vida de la persona".

Para el filósofo griego Cicerón (106-43 a.C.) "La  gratitud es la cualidad más importante del individuo. Es el requisito indispensable para la concordia, la armonía, la hermandad de los corazones". Según él, su carencia amenaza la Humanitas, la humanidad de la persona.

Para el filósofo romano, Seneca:  "la ingratitud es el la raiz de graves delitos y desaciertos".

SEAMOS GENEROSOS, BENDIGAMOS.
Finalmente, si somos gratos por costumbre y por principios, somos portadores de bendiciones. Si bendecimos con amor, Dios multiplica las cosas buenas para nosotros. Las bendiciones hacen posibles las cosas imposibles. Así de sencillo, reguemos para recoger. Sembremos para cosechar bendiciones con gratitud.


jueves, 21 de marzo de 2013

Lo único seguro que tenemos es la muerte. Siempre nos está susurrando, pero no sabemos cuándo se posesione de nuestro cuerpo físico



EL AMOR MITIGA EL IMPACTO QUE DEJA  LA MUERTE DE UN SER AMADO

Lo distinguí de niño en alguna vacación cuando junto con su padre cabalgando retornaban de una de las fincas del abuelo a la casa paterna. El padre de nombre Segundo Becerra, fue el único varón de una familia de siete vástagos que logró con becas hacerse profesional como el primero de la vereda Alto Jarantivá de Puente Nacional en la década del sesenta del siglo pasado.

Ocupaba por méritos un puesto ejecutivo en la empresa del Acueducto de Bogotá, y en los tiempos libres desarrollaba su empresa financiera para sacar adelante a su familia compuesta en ese entonces por tres hijos y una adorable mujer citadina que se había enamorado de las faenas del campo, cuando una tracto mula que transitaba por la recién inaugurada vía de la Paz que une a Bogotá con la Costa atlántica por el medio Magdalena, colisionó de frente con el campero en que se movilizaban en el viaje de retorno a la capital, luego de las últimas vacaciones vividas en familia.

Segundo, un hombre trabajador y amoroso, de regreso tomó la decisión que sus dos hijos mayores retornasen en Coopetrán, y él, junto con su esposa y el menor de los hijos, junto con Hilda, la hermana profesora, asumió la aventura de regresarse por la vía que hoy se conoce como la ruta del sol.

Todos murieron en la colisión. Lo leí en la Vanguardia. Se dieron dos hipótesis: que Segundo se había quedado dormido en la recta del Dágota o que se había infartado mientras conducía.

Miguel, el mayor alcanzaba los quince años, y su hermana, un poco menos. Ellos quedaron solos y juntos debieron asumir, no solo el dolor de la perdida de la familia, sino, los tramites de traslado de los restos mortales de sus seres queridos  y el posterior manejo de los haberes del núcleo familiar.

Administración que desconocían y que debieron empezar a escudriñar para comprender y tratar de mantener. Miguel conocía poco del cuidado y administración de la financiera. En ella encontró numerosos cheques a nombre del padre, así como otros títulos valores, que solo años después comprendió de sus cuantías, cuando ya estaban vencidos.

El dolor y el amor a la tierra de los mayores nos unieron.  Fue en la vereda donde entablamos amistad entre familias  un diciembre de la década del noventa del siglo pasado. Fue el diciembre del año 2.000 cuando el dolor fortaleció más la amistad de mis hijos con Miguel, pues acabábamos de perder a la madre y esposa, luego de nueve años de afrontar los efectos de un cáncer que nos privó del afecto de una mujer que vivió amando a la familia.

Desde entonces, así compartamos ocasionalmente, nos sentimos  familia.
Recientemente recibí esta misiva de Miguel, la cual escribió motivado por mis artículos leídos en el blog. Por la visión que muestra de la vida, por atreverse a escribir parte de su viacrucis, pues en el transcurso de estos diecisiete años sin sus padres y hermano menor, son varias las estaciones de las cuales ha tenido que levantarse, no solo emocional, sino financieramente.

Difundo su caso porque es un ejemplo de un batallar permanente cimentado en la fe, pues sé que algunos de mis lectores han caído en las drogas por menos dolor y menos tristeza, y aún no han tomado la decisión de salirse de ese infierno en el que viven los drogadictos.


 Bogotá, marzo 04 de 2013


Hola padrecito:

Leyendo continuamente tu blog, se me despertó la curiosidad por escribir, tarea bastante difícil para mí, ya que nunca lo había hecho. Escribí esto (artículo, texto, diario, o, como lo quieras llamar). Léelo, perdona la redacción y ortografía; no lo revisé, si lo hubiese hecho, no lo hubiera enviado a su correo personal. Espero comentarios; un abrazo y saludos a la familia.


Para qué escribir o por qué intentarlo?.


Después de leer un par de columnas de un hombre que no está físicamente cerca de mí, pero que si lo está, espiritualmente, he decidido hacer este sano ejercicio de escribir.

Hablo hoy de la muerte no porque sea el tema que más conozca ni mucho menos; hablo de ella porque es el que más me ha tocado en la vida. Y es que la muerte siempre está al acecho, se nos lleva intempestivamente a los seres más queridos y se queda en nuestras vidas susurrando al oído, día y noche.

Un pasaje de la Biblia habla de que los huérfanos y las viudas son los hijos consentidos de DIOS. Y es verdad, después de soportar este golpe tan grande en mi vida a tan corta edad el Todo Poderoso ha tenido compasión conmigo y me mantiene aun con vida, cosa distinta es que yo acepte  lo que me ocurrió.

En una de sus columnas escribió de lo que “las personas somos capaces de hacer”, yo no me siento orgulloso de no haber terminado alcoholizado o inmerso en las drogas, muerto a raíz de un suicidio o loco, como muchas personas creyeron que sería mi futuro inmediato después de levantarme un día y quedar absolutamente solo, sin padres, y sin mi hermano menor y sin la tía más amaba.

 Soy lo que he logrado ser,  gracias a la misericordia de DIOS, de otra forma creo que nadie hubiese podido continuar con una vida cuerda, luego de un accidente en carretera en el que perdí a mi familia, y que junto con  mi hermana, nos salvamos, simplemente porque mi padre (q.e.p.d.) decidió por comodidad y por cansancio, enviarnos en bus desde la Costa atlántica a Bogotá, sede de nuestro hogar, luego de unas vacaciones en familia en las bellas playas de nuestro lacerado país.

La muerte de los padres y hermano en circunstancias accidentales en carretera, son más que dolorosas difíciles,  inesperadas; y se necesitan muchos calendarios para superar los traumas, la orfandad, la soledad que nos trajo consigo; y olvidar los años felices vividos en familia, así como las escenas macabras del accidente, no se hace en vida; por eso afirmo que la muerte, desde entonces, me habla al oído.

Creo que después de 17 largos años de la perdida de mis padres y hermano, no hay un días con sus noches  en los deje de preguntarme, por qué a mí.  Cómo hubiese sido mi vida, si tuviese la fortuna de haber contado con mis padres, por otros tantos años más?

Platicando con amigos sacerdotes, todos llegan a la misma conclusión: mi felicidad y la de todas las personas está en  abandonarse a la voluntad de DIOS. Es aceptar la historia que Él escribió para cada uno; una historia que es perfecta. Pero como yo soy un ser humano, un pecador que he utilizado mi razón para enfrentar todos los momentos de mi vida, pues es imposible que le encuentre un para qué y no un por qué a mi historia.

17 años después del deceso de mis padres y hermano hago un breve balance de mi vida. Mi vida hoy, no es lo que pensé cuando era un adolescente. Estudie una carrera que nunca se me había pasado por la mente, trabajo en algo que nunca me imaginé hacerlo, y en ciertos momentos, me siento como nunca lo hubiera deseado. Pero, aun así, me levanto todos los días dando gracias a DIOS por el día que me regala, por el matrimonio que me dio y por la hija que me prestó.

Ser padre de familia y cabeza de un matrimonio es una responsabilidad grande que DIOS me ha concedido. Es un cambio absoluto en mi horizonte; entonces, hoy si sé para qué vivo.

Vivo y gozo la experiencia completa del amor. Disfruto del amor maternal que mi madre me prodigó siendo más consentidora que mi padre, tal vez ella demostró más sus sentimientos que mi padre, pero al igual, ambos recuerdos amorosos son deliciosos traerlos al presente.

Hoy no tengo a mis padres, pero recibo el amor de mi hija, es, al igual que el mío,  un amor puro y sincero. Hoy puedo afirmar con toda seguridad que he completado el ciclo del amor.

Me esmero no por darle cosas materiales a mi pequeña Guadalupe, me esfuerzo más por darle amor, por darle caricias, por darle calidad de  vida y tiempo. Porque como ya lo dije antes, la muerte me susurra al oído y sé que en cualquier momento la puedo abandonar al llegar el llamado de DIOS, o lo que sería absolutamente patético y terrible que fuera ella la que tuviera que cumplir con ese llamado.

La marca de la muerte de mis papas y mi hermano  me dejó la terrible cicatriz de sentir la muerte a la vuelta de la esquina, me quitó la creencia de que los únicos que se mueren son los enfermos o los viejos.

Ese es mi afán de querer vivir con mi hija minuto a minuto como si fuera el último minuto de mi vida.

Firma, MIGUEL BECERRA


San Gil, marzo 06 de 2013

Muy apreciado Miguel:

Lo único seguro que tenemos es la muerte. Siempre nos está susurrando, pero no sabemos cuándo se posesione de nuestro cuerpo físico; por eso he afirmado en el blog que uno debe estar siempre preparado para ese momento, y mientras tanto, vivir cada minuto como si fuese el último.

Nada sucede por que sí. Dije en otro texto publicado en enero del presente. Lo ratifico aún. Sé que cuando te enteraste por teléfono de la muerte de tus padres, te preguntaste, por qué ellos y no tú?. Igual pregunta me hice en 1991 cuando confirmamos medica mente el cáncer de mamá en mi adorada Margarita, quien cumplió su misión terrenal en noviembre de 2000.

La pregunta que debemos hacernos hoy es por qué a los dos se nos dio la oportunidad de seguir viviendo?, no solo una, sino varias veces?. Como a otros nos han atracado y quitado parte de nuestro trabajo, pero no nos quitaron la vida. La gozamos aún para dar gloria al Altísimo y ser sal y fermento en esta sociedad convulsionada y sin horizontes para tantos jóvenes.

Y la respuesta es tu conclusión. En los designios del Todo Poderoso no debemos intervenir, sino aceptar cada circunstancia que nos trae la vida  y aprender de ellas y continuar en el tren de la existencia en cuya ruta hay muchas estaciones, y en ellas, alegrías, tristezas, dolor y esperanzas; pero es el amor el mejor ingrediente y el mejor brebaje para gozarnos cada minuto de la vida como si fuese el último.

Hiciste un buen ejercicio al escribir. Tienes el reto de seguir haciéndolo, con la misma motivación que lo hago, para que al igual que Samuel, Guadalupe con los años conozca la manera de pensar y actuar del padre que Dios le prodigó.

Estoy seguro que tu carta animará a otros lectores a escribirme. Ya lo han hecho varias jóvenes lectoras y chicos que en el bachillerato fueron destinarios de mis enseñanzas. 

jueves, 14 de marzo de 2013

Tengan o no estudios las mujeres anhelan que los varones sean también estilistas, sexólogos, ginecólogos y hasta psicólogos.




ES TAN FÁCIL HACER FELIZ A UNA MUJER

Alguna vez el ser humano cambia de actividad laboral, y a mí me tocará próximamente, no solo por la edad, sino para dar oportunidad a otra persona de mejorar la acción pedagógica  para contribuir que los jóvenes de hoy tengan más ofertas y caminos que les permita, en el futuro, mejorar las condiciones de vida de las familias.

No hablaré para lograr que una mujer obtenga un varón ideal para su vida.

Simplemente describiré en esta ocasión lo que necesita ser  y hacer un varón para ver siempre feliz a una mujer.

-Jóvenes para hacer feliz a una mujer solo basta que sean buenos amigos.
-Sean buenos compañeros
-Sean buenos hermanos
-Que sean buenos hijos
-Y cuando sean pareja, que sean buenos amantes.
-Que cuando sean padres, sean maestros de sus hijos,
-Sean buenos cocineros en el hogar, buenos carpinteros, buenos fontaneros y buenos  mecánicos, y decoradores.

Tengan o no estudios las mujeres anhelan que sean también estilistas, sexólogos, ginecólogos y hasta psicólogos.

Pero si también son psiquiatras o terapeutas, también  harían muy felices a las mujeres.

Las mujeres sueñan con varones audaces, organizados, muy limpios y  corteses, muy masculinos que demuestren en sus interactuaciones, buenos modales, que sean respetuosos, simpáticos, detallistas, galanes  y también inteligentes.

Que sean graciosos al hablar, creativos en su actuar y quehacer.

Que sean comprensivos, tolerantes, prudentes, ambiciosos y muy capaces.

Las mujeres buscan varones valientes, determinados y fiables. Pero también es bueno  recordar a las mujeres sobre cómo hacer a un hombre feliz:

-         No fregar tanto por mucho o por nada.
-         Dejarlo en paz. Siempre regresará a casa.

Pero como las mujeres son, generalmente complicadas, terminan muchas en los brazos de un vividor, de un borracho, de un drogadicto o de un mujeriego por  tener la creencia que tanto él como ella, son propiedad privada.


Mi paisano, psicólogo Miguel Ramón González Martínez, lector esporádico de este blog, difundió recientemente en Facebook el siguiente corto ensayo en respuesta a la hipótesis, si somos polígamos o monógamos por naturaleza?.

¿Monógamos por naturaleza?

“Se nos ha repetido que lo correcto es tener a una persona a nuestro lado y serle fiel, y casi nadie lo cuestiona, pero esta idea nace, por una parte, con el surgimiento de tres religiones: el cristianismo, el judaísmo y el islam —cuyo énfasis está en controlar la conducta de los individuos—, y por la otra, con la aparición del concepto de propiedad privada y, por ende, con la necesidad de heredar bienes a quien lleva nuestra sangre, señaló Díaz Loving.

Señalaba Federico Engels que “la monogamia nació de la concentración de las riquezas en las mismas manos, las de un hombre, y del deseo de transmitir esas riquezas por herencia a los hijos de éste, excluyendo a los de cualquier otro. Para eso era necesaria la fidelidad de la mujer, pero no la del varón; tanto es así, que la monogamia de la primera no ha sido el menor óbice para la poligamia descarada e hipócrita del segundo”.

Esta laxitud de la norma para una de las partes, y la severidad de juicio hacia la otra es algo que se observa a diario, señala el psicólogo de la UNAM. “En México, mientras puedan financiarla, ellos pueden tener un ‘hogar oficial y una ‘casa chica’, pero ellas, si deciden estar con alguien que no sea su esposo son estigmatizadas, pues su actitud rompe con las buenas costumbres e incluso con la ‘naturaleza’ femenina, que llama a la obediencia y a la abnegación. ¿Pero es ésa su ‘naturaleza’?”.

Si un instinto prevalece en nosotros —sin importar género— es el de la biodiversidad, señaló Díaz Loving, “y encuestas alrededor del mundo lo demuestran. Al preguntar ‘¿cuántas parejas sexuales te gustaría tener a lo largo de la vida?’, en promedio ellos responden que 20, mientras que ellas, cinco.

Ambos ven a la monogamia como algo poco apetecible, simplemente hay cuestiones biológicas y culturales que se entremezclan para crear patrones de conducta que nos llevan a estar con un solo individuo” dijo Rolando Díaz Loving.



  

domingo, 10 de marzo de 2013

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. Háganles el hábito del ser agradecidos.



LOS HIJOS, NUESTRA CREACIÓN O NUESTRAS VICTIMAS? (1)

Nos  sorprendemos, cuando se nos informa en periódicos o en la radio, que el sicario no superaba los 18 años. Cuando los cuerpos de los 3 o 4 ejecutados, correspondían a adolescentes de hasta 14 años de edad.

Frente a lo anterior, el siquiatra dominicano César Mella, hizo publicar el siguiente trabajo, que creo a todos los que somos padres, o seremos abuelos algún día, nos debe interesar. El texto cuestionador es el siguiente:

Yo me preguntaría y plantearía lo siguiente: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?.

A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella.

Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.

Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización.
Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El nextel más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.

Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de tv. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.


Se cierran automáticamente a quien le hable de moral, honor y  buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que no ¡Lo consultan en internet!

Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo, incluso su cuota semanal o mensual, sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan de por qué eso no me alcanza.

Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca,  marihuana o cuando mínimo, alcoholizados.

Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes. Y si son alumnos, soterradamente, dicen, tanta joda, si de todas maneras tendrán que pasarme.

Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.

Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿Entonces en qué estamos fallando?

Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los que nacimos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que teníamos que ayudar a limpiar la casa; no nos frustrábamos por no tener vehículo, andábamos a pie a donde fuera, siempre lustrábamos los zapatos, como estudiantes no se avergonzábamos de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptábamos trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.

 Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:

¡
Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.

Muchos de nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disney World mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro.

El dame y el cómprame, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndolas la vida.

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. Háganles el hábito del ser agradecidos. 

Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. 
Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.

Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento.
Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. 
Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y  por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.

Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.

Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.

Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó.
Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, habla con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.

Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. Recuerda que para que triunfe el mal, solo se necesita que la gente buena lo permita...

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

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