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martes, 7 de julio de 2020

QUEBRADA NEGRA, UNA HISTORIA TEJIDA POR MUCHAS MANOS

 

Quebrada Negra, es un poblado pequeño con unas doce familias que tienen sus casas en parcelas donde cosechan la huerta casera con 4 tiendas, ubicado a 8 kilómetros de la carretera central al pie de la vereda Jarantivá, levantado a finales de la década del 50 en el cruce de caminos reales en la vereda Páramo, cuyo centro es una gigante capilla construida con el concurso de las familias de las veredas circundantes que en la década del ochenta fue pensada en convertirse en parroquia. Desde su fundación, cada domingo hubo un mercado que se extinguió en los años noventa al tumbarse una caseta que surtía cada semana a los campesinos.  En marzo de 2.020, y ante las restricciones de movilidad ordenadas por el gobierno nacional, se restauró en mercadillo que, a la fecha se hace cada domingo; esta vez, por iniciativa ciudadana, pues el primero, fue iniciativa  del sacerdote promotor de la fundación del caserío.

                       Pino centenario a la veredal del camino real a las ventanas de la colorada.

UBICACIÓN

La vereda Jarantivá, en Puente Nacional, Santander, tiene como pie la unión de las quebradas Agua Blanca y Jarantivá; se trepa por entre las dos corrientes de agua hasta formar una cruz; por un costado, el camino a la Muralla; por el otro, la callejuela a la vereda Montes, y, por el centro, el camino al Morro.  Ese cruce de los caminos, hoy carreteras, es conocido como el caserío de Quebrada Negra.

 La vereda Páramo tiene como pie, la unión de la quebrada la Agua Blanca con la quebrada la Negra y se trepa por encima de la callejuela a la vereda Montes que parte del camino real que forma la cruz, en Quebrada Negra, hasta los límites de la cuchilla de Peña Blanca que sirve de unión con el hermano departamento de Boyacá con el municipio de Saboyá.

El párroco de Puente Nacional, Anegel Maria Rangel, de grata recordación, propuso y desarrolló cinco sectores de atención a los creyentes, lugares en los que después se construyeron escuelas. Los centros fueron denominados con el nombre de la finca cuyo propietario donó el terreno para iniciar la educación primaria; Brazuelito, Providencia, Quebrada Negra, la Muralla y Peña Blanca. Los dos primeros centros fueron poblados por familias trabajadoras de ideas liberales que derivaban el sustento del cultivo de la caña, el café, los cítricos por estar en un clima templado, y los tres restantes, en ese entonces, con un clima más frío al que tienen hoy, vivían familias con ideas conservadoras y producían tubérculos y cereales.

El sacerdote Rangel se empeñó, desde el púlpito, en descentralizar la liturgia y retó a los creyentes de los sectores a ser generosos donando un pedazo de tierra para levantar una capilla, construir la casa cural, dejar espacio para la plaza principal, y, alrededor de ella, levantar la escuela y un caserío. El cura ejerció su misión entre las décadas cincuenta y sesenta, oscurecidas en la Nación por la confrontación entre liberales y conservadores.

Recuerdo gráfico de la cabalgata que los señores cabeza de familia de la vereda Jarantivá y Páramo acompañaron al Obispo de la Diócesis de Socorro y San Gil, Monseñor Pedro José Rivera, por el camino real, buscando y definiendo el lugar para construir el templo. El registro se hizo en la década del cincuenta en el predio La Esperanza. (foto del álbum de la familia Torres Quintero).

Los creyentes de ambos bandos acogieron la invitación del levita a quien acompañaron junto con el señor obispo de La Diócesis de Socorro y San Gil desde Puente Nacional con una nutrida cabalgata, en ese entonces, cada familia tenía sus bestias para movilizarse y movilizar la carga al mercado. La cabalgata fue deteniéndose en cada lugar sugerido por los lideres natos de cada sector. La primera parada la hicieron en una planada en tierras de Margarita Vda. de González, pero fue descartado el lugar por existir en él, un humedal al que llegaban garzas en la época de la migración. La segunda parada fue en la trifurcación del camino real que a la izquierda conducía a Santa Sofía; por el medio, a Saboyá; y a la derecha, a la vereda Montes y Zandimas.

El cruce de caminos estaba en predios del agrónomo Alfonso Bohórquez, obtenido por sucesión herencial. Él, quien se desplazó desde Santa Sofía en Boyacá, presente en la cabalgata, ofreció donar la tierra para el templo, la casa cural, la escuela y la plaza principal. La oferta vino acompañada con la disposición de lotes de unos tres mil metros para quienes se animarán a levantar casas e iniciar el caserío.

La comitiva liderada por los hermanos Bohórquez, Segundo, Alfonso, José Leví y Pedro Nel, y los Hermanos Sáenz y Miguel Agustín Torres Torres, acompañados, entre otros, por Marcos y Lorenzo Roso, Eduardo y Vicente Malagón, Alfredo Parra y Pedro Torres, Tobías Gonzalez, Los hermanos Morales y el sacamuelas de Jesús María, Edilberto Carvajal, recorrieron con el sacerdote y el prelado las zonas planas de la propiedad del donante. Los cabalgantes residenciados en Brazuelito y Providencia propusieron que el caserío se levantase en la vereda Jarantivá, es decir, del camino real a Santa Sofía hacia abajo; y los cabalgantes de la vereda Páramo, que en número eran mayoría, propusieron que el templo se levantara en la vereda Páramo, es decir, en el mismo predio, pero en el potrero de arriba que estaba entre el camino a Santa Sofía y el camino a Saboyá, distantes los puntos escogidos, unos cien metros, en el costado occidental la casa paterna del donante de la tierra.

Como en ese entonces, la democracia se ejercía con el voto limpio, ganaron los paramunos, mientras que la minoría decidió impulsar su propia capilla en Providencia por donde pasaba el tren del oriente que unía a Santander con Bogotá.

El poblado de Quebrada Negra se levantó en La finca Quebrada  Negra propiedad perteneciente a tres generaciones  de la familia Bohórquez, apellido de origen español que se asentó en tierras del valle de Tenza en Boyacá, y llegó a la región porque uno de sus hijos fue suboficial en la guerra de los mil días, quien participó en la batalla del Masa morral, y en sus recorridos, conoció y enamoró a la única hija del dueño de la hacienda, de la cual persiste la casona  levantada hace más de ciento cincuenta años, en adobe con maderas de roble con dos pisos la cual fue recuperada y es hoy propiedad del señor Reinaldo Segura, sobrino de Ofelia de Bohórquez, quien fue esposa del hijo menor de la familia Bohórquez de nombre Pedro Nel. 

 

Las fotografías ilustran la casa donde se formó la familia Bohórquez. El agrónomo Alfonso Bohórquez donó el terreno para levantar el templo de Quebrada Negra. La primera el frente de la casa, la segunda fotografía, el detalle de la escalera; y la última fotografía, una vista del corredor del segundo piso. ((fotografía de Nauro Torres, junio 8 de 2016)

De la extensa propiedad recibida en herencia por la familia Bohórquez solo queda el recuerdo de la casona de dos pisos, construida en igual forma y tamaño a las viviendas de las haciendas de Celmira Alarcón y Brunilda Torres; hoy las dos, ni en ruinas.

 

A la derecha, la señora Ofelia Becerra, viuda de Bohórquez, esposa del hijo menor de la familia Bohórquez el señor Pedro Nel.; a la derecha el señor Reinaldo Segura, sobrino de la primera y actual propietario de la reliquia, quien es empresario de eventos y publicidad y gestor de su empresa “Imagen Segura” ( http://www.imagensegura.com/), y en el fondo, el señor Martin González, actual presidente de la Acción Comunal. (Foto de Nauro Torres, junio 8 de 2016). 

 La colmena para construir el templo 

Los habitantes de la vereda Páramo se organizaron en cinco sectores: Quebrada Negra, La Muralla, el Morro, Montes y Peña Blanca; cada sector nombró un presidente y organizados como una colmena empezaron la construcción del templo que dio origen al nombre del caserío,  Quebrada Negra(https://www.youtube.com/watch?v=pV3sovaTwKw), en honor la quebrada que baña parte de la vereda Páramo, mientras que los habitantes de Brazuelito y Providencia, se empeñaron en recaudar fondos para comprar el terreno donde levantaron su capilla a trecientos metros de la estación del tren sobre las ruinas de una casona incinerada por los conservadores y  abandonada por sus dueños de estirpe liberal.

 

El registro fotográfico en 1964 toma el momento del brindis de inauguración de la casa cural de Quebrada Negra. de pie, de izquierda a derecha, Monseñor Pedro José Rivera, el sacerdote Eduardo Vargas y don Agustín Torres, al fondo el profesor Gabriel Gamboa.

 Alfredo Parra, productor de papa y el ganadero Eduardo Malagón en el sector La Muralla; Vicente Malagón   en el sector Peña Blanca; Ismael Contreras y Juan Pineda en el sector Montes; Horacio Parra en el sector El Morro y Miguel Agustín Torres Torres y los hermanos, Salvador, Alejandro y Tobías González representaron a las familias que quedaron en sándwiches entre las dos iniciativas, quienes apoyaron a las dos iniciativas.

 

Un momento de un reinado de la simpatía para recaudar fondos para la construcción del templo de Quebrada Negra. En la fotografía de izquierda a derecha, los estudiantes Nauro Torres, Rubén Darío González, la reina, Felisa Pineda y Custodio González. (foto cortesía del álbum de la familia Torres Quintero 1970)

Con el recaudo de los reinados, los bazares, los rosarios cantados y visitas de la imagen de la Virgen de Fátima, los habitantes de las veredas Páramo y Jarantivá construyeron en menos de quince años, sus templos. 


La capilla De Quebrada Negra fue la suma de 170 jornales que se invirtieron habiendo las chambas, 82 yuntas con sus respectivos gañanes arrimaron la piedra para las bases. En el tren se trajeron 50 góndolas con arena que subió desde la escuela de Providencia a lomo d emula. Don José Valerio Alarcón, mazo y cocinó 11.000 tejas de barro y 12.000 ladrillos. Recuerdo a los maestros de obra Antonio Ortiz y Tito Julio Alarcón; contó José Ricardo González. 

Vista del templo de Quebrada negra. (foto de Nauro Torres 2016)

 

Las fotografías muestran unas caídas que forman las aguas de la Negra en predios del actual dueño de la casona; caídas que están a unos cien metros de la misma construcción. (Foto de Nauro Torres junio 8 de 2016)

 

Vista del templo de Quebrada Negra. (Foto de Nauro Torres 2016)

En cada vereda, y en verano, las familias se inscribían para acoger en el hogar la imagen de la Virgen de Fátima. La familia que recibía el anda con la imagen, donaba artículos y especies menores (aves, conejos, curíes y ovejas) que la misma familia rifaba entre quienes acudían después de las cuatro de la tarde a trasladar y dejar por ocho días la imagen en otro hogar. En el trayecto de un hogar a otro, el jefe del hogar que acogía a la imagen, rezaba el rosario con la participación de niños, jóvenes y adultos; a la procesión se unían los compadres, los vecinos y los amigos, quienes acudían con generosidad para participar en las rifas o rematar a un mayor valor lo que “ el subastador”  ofrecía, es decir, en palabras de Juan Pineda que hoy tiene 96 años, “el que más pujara, más longaniza comía” y, de grano en grano, la gallina llena en buche.

EL MERCADILLO DOMINICAL 2.020

Por la decisión presidencial, Colombia inició un confinamiento prorrogado y prolongado para preparar el personal y al sector salud para atender los contaminados con el covid-19, desde el 25 de marzo de 2.020. Dos semanas después, por iniciativa de Martín González Ruiz, presidente de la Junta comunal de la localidad, se convocó al primer mercadillo dominical en el poblado. Acudieron familias de las mismas veredas que hicieron posible la construcción de la capilla, y se sumaron, familias de Capilla, Peñitas, Alto Capilla que intercambian productos en las primeras horas de la mañana, bajo el estricto cuidado exigido por el presidente de la junta comunal, conservando los dos metros de distancia, usando el tapabocas y la disposición de agua y jabón para el aseo de las manos.

Ecoposada La Margarita, julio 10 de 2.020

NAURO TORRES QUINTERO.


Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...