Las medicinas provienen de las planta
En tiempos de Matusalén la gastronomía y la medicina no estaban separados y en los próximos tiempos, el hombre, si desea sobrevivir como especie debe retornar a esa costumbre.
La medicina preventiva son los alimentos y para la buena parte de la medicina curativa lo serán también. En este mundo comercial globalizado y mediático se infiere que entre más este separado la gastronomía de la medicina, más rentable es y más dañina las dos.
Sin embargo, en esa Colombia marginada y pobre en la que se conservan costumbres ancestrales, las personas se enferman menos, usan más la medicina naturista y se alimentan con verduras, tubérculos y granos producidos sin químicos, cosechando longevidad y salud, viven seres humanos que predican y conservan costumbres ancestrales que vienen contribuyendo a la longevidad de los habitantes, como es el caso de las tierras frías del municipio de Puente Nacional en donde los mayores mueren pasando los 90 años de vida bien vividos.
Yeyo es una comerciante campesino que desde muy joven viaja a la capital cada viernes a vender en la plaza de “paloquemao” productos derivados de la leche, frutas y huevos, trabajo con el cual levantó 12 hijos y compró una parcela de seis hectáreas con una casa de adobe y teja de barro al centro, ubicada cual vigía para controlar el horizonte en un radio de 300 grados.
Desiderio Ortiz es el nombre que su padre, Abrahán con la complacencia del cura, le bautizó hace 82 años, y desde hace seis lustros es el vaso comunicante entre los habitantes de la vereda Jarantivá y los familiares que están residenciados en Bogotá. Es la persona servicial, que sin costo, lleva y trae encomiendas, giros y cartas. Oficio que ejerció hasta que las fuerzas se lo permitieron, pues desde hace un par de años, se ha dedicado a dejarse cuidar de las enfermedades que traen los años y a compartir mas tiempo con su amada Anadelina, a quien conquistó siendo ella menos unos 15 años, y quien desde entonces se convirtió en la socia que cada semana amasaba almojábanas, amasijos y quesillos para que Desiderio llevase a Bogotá y con la utilidad comprara el mercado de tienda para levantar a los 12 hijos, de los cuales, solo dos varones persisten en cultivar la tierra y acariciar cada mañana las mamillas de las vacas, oficio que desde niño han venido gozándose en las praderas sombreadas por arrayanes, manchadores, tunos, cucharos, estoraques, mulatos y tintos.
De sus antepasados heredó la sabiduría de las plantas, con las cuales, sin cobrar, cura a su familia y a cuanta persona sigue acudiendo desde hace más de sesenta años a a buscar curar las dolencias y recibir consejos para mantener una saludable vida.
Desde niño le oía aconsejar que las vitaminas son sustancias indispensables para la conservación de la buena salud una buena nutrición y un normal crecimiento.
Decía que la vitamina A era la más indispensable para el organismo humano pero era la que más abundaba en la naturaleza. Afirmaba que estaba en las coles, lechugas, cebollas, nabos, rábanos, hojas de remolacha, y en especial en el diente de león. Terminaba recomendando que para no usar gafas, tener una piel tersa y sin arrugas, había que consumir verduras, frutas soya, frijoles y trigo.
Entre más años, mas sabiduría. Aún sigue diciendo que la naturaleza es mágica.
Tiene remedio para los quebrantos de salud de los humanos. Enseña que sin el aire no podemos vivir, pero son pocas las personas que saben respirar bien. Hay personas nerviosas que se niegan así mismas este elemento precioso de la vida y cierran puertas y ventas herméticamente “para que nos les de aire” condenándose a una muerte lenta por asfixia. Pero insiste, que lo que si hay que evitar son las corrientes de aire, pues son las fuentes de los resfríos, gripes y hasta la pulmonía.
Y Yeyo tiene razón. Los sabios Yoguis dicen que en el aire absorbemos prana, o sea, la fuerza vital del universo, y aconsejan respirar profundamente absorbiendo el aire por la nariz, lenta y prolongadamente y luego expelerlo también por la nariz en igual forma. El hacerlo cada mañana permite que nos sintamos llenos de vitalidad.
Quienes nos trajeron la religión cristiana extirparon en nosotros la fe que tenían los indígenas en el dios sol. Para ellos, el sol es vida, luz y calor. Para nosotros también pero no lo reconocemos. Todos, mas los bebes necesitan de la vitamina D para su crecimiento. Los baños cortos de sol son saludables para los niños y los ancianos y desde luego, para todos, pero ayudan bastante a la salud de los niños y los adultos, una copa de aceite de bacalao por aquello del sedentarismo tan de moda en estas épocas. Yeyo recomienda que para mejorar la fecundidad hay que usar el aceite de maní en el pan, consumir el germen de trigo, los huevos y los pescados, incluso la leche, pues estos alimentos tienen vitamina E.
Entre las frutas, el limón no debería faltar en las comidas, ni en ningún hogar. Evita la gripe, la neumonía y enfermedades pectorales, pues este cítrico contiene vitamina “I”. El limón contiene vitamina D que es muy eficaz para reducir la presión de la sangre y corregir la hemorragia capilar, por eso recomienda usar el limón con cascara en las limonadas y al levantarse, tomar un pocillo de agua tibia con el jugo de un limón.
Remienda Yeyo que hay que tener una dieta de conejo, consumir hojas verdes y alfalfa, pues en ellas esta la presencia de la vitamina K. El consumo de estas hojas favorece la coagulación de la sangre y evita las hemorragias incontenibles.
Cuenta yeyo que los niños comen tierra porque tienen deficiencias en minerales que son necesarios para que salgan los dientes y la fortificación de los huesos para el desarrollo del cerebro disminuir los nervios, la ira, la cólera y el mal humor. Los minerales están en las verduras, en la yema de los huevos y en la panela.
Contra la hemorroides
Recomienda que para disminuir el estreñimiento, los mareos, los dolores de cabeza, y la hemorroides, hay que consumir la Acelga por su poder nutritivo y curativo. Incluso con cocimiento de sus hojas es recomendado para los enemas.
La Achicoria para descongestionar el hígado y el bazo.
Para enfrentar el catarro, congestiones de hígado y el bazo, recomienda el cocimiento de las raíces de la Achicoria que también sirve para prevenir el catarro nasal.
Nuestro señor, el ajo
Recomienda Yeyo el consumo del ajo para prevenir cualquier enfermedad. Es milagroso contra el escorbuto, contra el reumatismo, y contra las ulceras estomacales y para bajar la presión sanguínea, igual de útil para combatir el asma, la ronquera y la tos; pero para que el ajo sea milagroso, hay que consumirlo crudo.
Para aliviar las neuralgias y los dolores de cabeza, el apio es un premio usarlo en sopas y ensaladas.
Es uno de los diuréticos más potentes. Aumenta nuestras defensas naturales. Debido a su acción expectorante, es muy útil para eliminar mucosidad. Está indicado en dolencias con inflamación. Produce una inhibición en el desarrollo de células cancerígenas. Ayuda a depurar el organismo. Estimula la eliminación de líquidos acumulados en el organismo. Contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular. El apio ayuda a reducir la tensión arterial. Mejora el peristaltismo intestinal. Favorece la reducción de los niveles de glucemia en sangre. Está recomendado en dolencias articulares y reumatismo. La fibra del apio ayuda a reducir el colesterol en sangre. Es un excelente remineralizante. Mejora los casos de gota, acido úrico alto o hiperuricemia. Puede aliviar los dolores articulares. El apio combate los daños de los radicales libres. Nos ayuda a prevenir el estreñimiento. Puede contribuir a eliminar los cálculos renales y biliares. Acelera la cicatrización de heridas. Es de ayuda en casos de fatiga crónica o de astenia y cansancio
Para los forúnculos y accesos, recomienda los cataplasmas de los bulbos de azucena.
La cebolla contribuye a la longevidad.
Fue venerada en la cultura egipcia, el medico ruso Sobolev, decía que el comerla cruda y en abundancia prolonga la existencia hasta un siglo conservando la juventud, la robustez y la virilidad. Además la cebolla contiene una especie de insulina que ayuda a quienes padecen diabetes. Elimina el acido úrico que produce el consumo de carne y los huevos.
Las ulceras estomacales, recomienda Yeyo que se pueden tratar con la infusión de la “cola de caballo” tomándose desde en ayunas y durante el día en abundancia, y por varios días, se podría evitar una cirugía. También es prodigioso para curar heridas enconadas lavándose con la infusión de esta planta; la misma infusión, cura la hemorroides y contiene las hemorragias uterinas aplicándose los vapores del conocimiento de la cola de caballo. Sirve para tratar las gonorreas, las disenterías y las enfermedades de la próstata, riñones y vejiga, y consumido con berros en ensalada, contribuye a disolver los cálculos del riñón y el hígado.
Yeyo, vive en un clima de 18 grados y en esos parajes abunda el eucalipto el cual recomienda en infusión contra la gripe, catarros, bronquitis y asma; también lo recomienda para disminuir los dolores reumáticos colocando las tiernas hojas en las partes afectadas.
Para los niños que sufren de diarrea recomienda el cocimiento de la guayaba que son además, ricas en vitaminas B y C y su consumo evita el escorbuto y el beriberi.
Contra las lombrices en los niños y para favorecer la digestión, él recomienda el uso de la hierbabuena; como purga se debe tomar una copita de zumo y en infusión para mejorar la digestión, y aclara, el zumo de ella, en ayunas, ayuda a superar las deficiencias hepáticas y los dolores de hígado.
Desiderio habla maravillas de la breva o higuera. Para la neumonía aguda, el catarro, la bronquitis y la tos, recomienda la infusión de 30 grs de higos frescos. Cuando se tiene hemorragia nasal, recomienda el uso de la corteza machacada y aplicada en las fosas; La infusión de los higos también desaparece los cólicos uterinos durante la menstruación. Y agregó, que cuando se tiene callos y se desea desaparecerlos, haya que usar las hojas pasadas por agua hirviendo y se ponen sobre los cayos, igual uso tiene el látex que emana de los ramos, que sirve además, para el dolor de muelas y eliminar las verrugas.
El hinojo es otra planta que recomienda Yeyo para secretar la orina, limpiar los riñones y provocar la regla, usándolo como infusión; Como agua aromática es excitante y sirve para aumentar la leche materna; además, media cucharadita hervidas en agua, colada luego, se usa tres veces al día contra la conjuntivitis y las oftalmias.
Recuerdo oírle a Desiderio recomendar a las madres con hijas adolescentes, darles diariamente infusión de lechuga en estado de floración, pues tiene la bondad de ser anafrodisiaco, es decir, que favorece la castidad, y la infusión de una mata de lechuga en medio litro de agua es eficaz contra el insomnio.
Para finalizar esta historia originada en charlas varias con Desiderio Ortiz, compartiré con el lector las bondades que él, le atribuye al limón, con el cual, mas de ciento setenta enfermedades pueden superarse, y quien lo consume a diario no se enfermera nunca y morirá de muerte natural.
Hay que iniciar tomando el jugo dos limones por nueve días hasta completar diez diarios y luego, descender los mismos días en las mismas cantidades hasta llegar a dos.
Con el limón se cura el escorbuto, l neumonía, el sarampión, la erisipela, la difteria, la sanguinas, la gripe, el beriberi, la tos, la bronquitis, la conjuntivitis, la orquitis, la disentería, la prostatitis, las hernias, y bueno, inténtelo para cualquier molestia, y así recordará a Yeyo, el curandero.
Desiderio, además de curandero, será recordado como el ultimo comerciante campesino de Providencia y Quebrada Negra, que si bien, el no retorno del tren de Bogotá a Barbosa desde 1976, no lo derrotó, si lo hicieron los calendarios en el bolsillo, pues desde 2014 dejó de viajar cada viernes a Bogotá a ofrecer, los envueltos, amasijos, almojábanas, queso de hoja, moras, lulos, curubo, huevos y aguardiente chirrinche. Sus viejos cajones de pino y sus mochilas de fique como las cajas de cartón fueron pensionadas por él y reposan como recuerdo mudo debajo del horno de adobe que muy ocasionalmente será usado por las nuevas generaciones, mientras él, no hizo dinero, tampoco pensión, pero en quienes le conocimos desde niños, su imagen bonachona y su disponibilidad para servir son condición prevalecerá mientras vivamos, pues los valores que encarna este buen hombre ya solo se reproducen en primavera.
Doña Custodia Quintero de Torres, octogenaria que vive con su lora y el perro corbatín en medio de los recuerdos de su hogar, siempre dispuesta a servir y a charlar con quienes van por el camino y deciden entrar a la tienda la Esperanza a refrescar la garganta o solicitar alguna cura para los males que lo aquejan.
Con esta sencilla historia doy gracias a Desiderio que por siete años, cada viernes llevó consigo mi ropa y el comiso que mi madre me mandaba mientras estuve en Mosquera y en Zipaquirá cursando el bachillerato. Se que él no leerá esta historia, pero algún nieto buscará su nombre en internet y encontrará este relato. Relato con el cual rindo homenaje, no solo a Desiderio, sino María Custodia Quintero de Torres, octogenaria que sigue como un arrayan a sus 85 años, enfrentando su vida de anciana en su casa a la vera de la carretera que una a Puente Nacional con Quebrada Negra en su tienda “La Esperanza” pintada con fuertes colores entre el follaje de champos, mirtos y clavellinas, en la que siempre espera algún comprador para compartir sus recuerdos de sus amores y recomendar menjurjes, hierbas y sobandijos para quienes expresan algún dolor o malestar, incluso médicos, curas e incrédulos, que luego de aplicar las recomendaciones sienten alivio en sus dolores y quebrantos de salud, pues siempre tiene una receta para quien demanda sus conocimientos en las plantas o un ungüento para la artritis o el reumatismo y la gripe.
La Margarita enero 10 de 2016
