No soy un poeta
quiero utilizar las letras
expresar mis sentimientos
el poema que llevo dentro
lo que aprendí en el tiempo
y en el álbum de la experiencia.
Todo es un poema
la noche oscura,
la luciérnaga, la soledad,
el sol, la luna, el viento,
el rio, la palmera, la flor,
la alegría, la quimera,
la sonrisa de un niño,
el canto de un ave,
la ternura, la nostalgia,
el amor,
la mujer es un poema.
Nació el 18 de octubre de 1951 en la vereda Guaduales del corregimiento de Santa Rita Opón, municipio del Guacamayo en una familia colona que tuvo 12 hijos; su padre fue el paceño Ismael Velasco y la madre, una contrateña, Carmen Rosa Torres.
Cursó los primeros años de primaria en la escuela rural mas cercana distante una hora de camino del rancho de madera y palma nacuma. Tenia 19 años y se ganaba el sustento como jornalero usando la peinilla y el hacha, cuando se enteró por radio que el señor cura vicario de Vélez, visitaría a la parroquia de La Aguada, en ese entonces orientada por las Hermanas de la Presentación que habían decidido abandonar los colegios para hacer pastoral rural con los marginados. Luego de cinco horas caminando por trochas y lodazales, llegó al vecino municipio y se entrevistó con el sacerdote promotor de las Pastoral social en la provincia veleña. El señor Vicario Gustavo Martínez frías, natural de San Vicente de Chucurí y quien conocía el duro trajinar de los colonos. Al observar el interés del joven, le recomendó, por la edad, que se fuese a estudiar al Instituto de Liderato Social del Páramo, Santander que tenía un programa de formación y educación para adultos, en el que en un año lectivo, se cursaban dos, estudiando interno.
Con tres mudas de ropa, un par de zapatos grulla, unos tenis Croydon y un par de pantalonetas que a la vez le sirvieron de pijama, empacó en una mochila y partió a pie hasta Guacamayo y de allí al Socorro para posteriormente llegar al destino pasando por San Gil, luego de ocho horas de viaje en chiva.
Al Instituto del Páramo llegó al atardecer y a la primera hora del día siguiente se entrevistó con el rector, el reverendo Cesar Flaminio Rosas, eminente sacerdote de la orden Vicentina, quien le negó el ingreso por haberse presentado dos semanas después de iniciar el año lectivo. Jacobo, rogó a su modo, pero el reglamento primó sobre el anhelo del deseoso estudiante.
El agua que conduce al río
incansable llega hasta el mar
en banderas blancas
vuela hacia el sol
toca las cosas de Dios….
¡Oh¡ Señor, tócame a mí,
toca mi vida, mi mente, mi ser
toca mi corazón
y déjame tocar y vivir
las cosas de Dios.
Jacobo pernoctó esa noche en el Páramo, y en la mañana siguiente asistió a la misa de la madrugada. Luego se fue en peregrinación a la gruta de la Virgen de la Salud en donde un bañó a la cabeza y el rostro se dió pidiendo intercesión para no tener que regresarse a Guaduales.
Se presentó a penas abrieron la puerta del Instituto y solicitó nuevamente hablar con el rector, quien lo recibió en la amplia y voluminosa biblioteca que tuvo el centro de formación para adultos.
Recuerda Jacobo que le imploró lo dejara estudiar, y el levita le inquirió su persistencia calificándolo de torpe, pero pudo mas la esperanza del campesino que el reglamento, y fue desde ese momento alumno del grado 5o. de primaria convirtiéndose en pocas semanas en uno de los líderes del grupo estudiantil en ese año.
Los maestros del Instituto despertaron su conciencia dormida y como niño y joven preguntón, décadas después escribió estos versos:
El diagnostico es grave;
el examen salió positivo
sus órganos están afectados
tratamiento no hay curativo,
lo detectó el ignorante
lo afirma la ciencia y el sabio.
Esta enferma la piel de la tierra,
el aire respira cansado,
del mar se secan sus venas
y en ellas los peces contados
las aves casi extinguidas
ya no lucen arriba en el árbol,
ya no cuelgan en ellos sus nidos,
agoniza su aleteo y sus trinos.
Continuó estudios en el Instituto de Agropecuario de Zapatoca en donde cursó hasta el 4o. de bachillerato. Regresó a su vereda, fue nombrado el primer maestro de la escuela en 1983, y luego de trabajar nueve meses de servicio al departamento, recibió todos los salarios en una sola paga en diciembre de ese año, mes en el que se casó con Elda, la niña que aun ama desde la primera vez que la miró.
Desde la primera vez
que me miré en tus ojos
me volví analfabeta y
en espejos transparentes
escribo pensamientos
tableros reales me persiguen
tablas, piedras, arboles, arena
todos los objetos…
en ellos escribo cuatro letras: Elda
Como estudiante, como dirigente campesino, como maestro, Jacobo Velasco aún muestra sus dotes de declamador, poeta y líder. Bajo la apreciación de que “todo es un poema”, a sus alumnos enseñó a rimar, a hacer esquelas y cartas románticas; les animó a declamar y les avivó el amor por el campo.
Terminó el bachillerato en Santa Rosa de Simití. validó la Normal en Aguachica y se licenció en filología e idiomas en la Universidad Libre seccional Socorro. Trabajó como maestro en una vereda de Onzaga, posteriormente en un centro rural en el Playón en donde se vio avocado a renunciar para asumir su defensa.
Explica el maestro ajeno a las aulas que negros pensamientos tuvieron unos compañeros de trabajo que junto con el abuelo de una menor de edad, lo sindicaron de acoso sexual.
Negro es el dolor
de negro se viste la viuda
negro es el nubarrón
que presagia el aguacero,
negro es el cáncer maligno,
el beso traicionero,
el mordisco del perro,
el vampiro es negro
el diablo lo visten de negro…
El odio, puñal afilado
como garfio
veneno de cobra,
aguijón de araña,
lacra podrida,
curare maligno de los humanos
demonio escondido
en la saña
que ataca al asecho
hiere, maltrata y daña.
Una carta romántica sin remite y sin destinataria que había leído en el aula a sus alumnos, un pañuelo blanco que la esposa le había regalado en los cumpleaños, unos dulces y una chocolatina que había comprado en la tienda cercana al centro, fueron las evidencias que entregó el denunciante a la fiscalía que encontró merito para sindicarlo, y el juez lo encontró culpable pagando la pena en la cárcel de Bucaramanga. Allí escribió:
Me duelen los ojos
de mirar al horizonte
un horizonte cercano
pero limitado, inalcanzable…
Me duele el alma
al ver las golondrinas
y siento envidia
de todas las palomas
que a diario recogen las moronas
y en la altura anidan los pichones,
a sus hijos; los míos están lejanos,
¡Si me prestaran esas alas¡…
Me duelen las manos,
de tocar las ásperas paredes,
me duelen, al no poder tocar
la humana porcelana…
Me sangra el corazón;
de mis lindos hijos,
la sonrisa esta callada,
de pensar, si en la mesa
tienen pan
se rompen las fibras
de mi alma.
El domingo es día de visita,
afuera hacen fila las mujeres,
ansiedad que espera;
yo sin esperanza
miro hacia la puerta
y cada abrazo, cada beso
mueven mis sentimientos
y un agónico suspiro
quema las fibras de mi pecho.
Entre los últimos…
los míos no llegan;
se agranda mi dolor
cuando llegan las abuelas,
abrazan a sus hijos, a sus nietos…
un puñal traspasa su existencia…
¡mi madre no vendrá¡
no viene aunque quisiera
tiene sus ojitos muertos.
“La cárcel es la escuela del crimen”, escribió Pedro Antonio Mateus Marín, el poeta de Moravia, pero Jacobo trató de no aprender esas lecciones, al contrario, miró y calló, observó y escribió, “un preso es la imagen de los muertos”.
…mientras al preso las esposas le maltratan las manos
en el hogar se abraza el dolor amargo
y se confabula la tristeza y la desesperanza
hay tristeza, debilidad, incapacidad humana,
mientras ellos conjugan su dolor
a él se le corroen los huesos,
en las membranas de la distancia.
Todo va pasando, todo va acabando, menos el tiempo
ni las noches largas en el tálamo que cansa
él es encerrado en este sepulcro abierto
donde no huele a muerto
pues son vivos los muertos,
un cementerio de muertos, muertos que lloran,
muertos que hablan, que suplican, que suspiran, que aman.
Al inicio del encierro hacen fila visitantes,
a menudo las llamadas, la comida, los detalles,
y el prisionero al igual que una tumba
al principio hay flores, arreglos, losa nueva, pintura, una cruz,
un hermoso epitafio, se elevan oraciones,
se pagan salves, desfilan amigos, familiares,
años después, la tumba abandonada….
Mientras en la tumba desaparecen las flores
al pobre prisionero se le esfuman sus amores
¡cómo se parece un preso a una tumba abandonada¡
En la cárcel compartió pupitre con un exgobernador y un exalcalde, allí no dejó de ejercer su profesión de maestro, en menos de tres años, a la calle regresó. Lo esperaban en la puerta del penal sus cuatro hijos, los maestros amigos, varios alumnos y padres de familia a expresarle aprecio, pero su Elda no lo esperaba, un joven gorrión ya cantaba en su ventana.
Jacobo Velasco Torres en libertad retomó el hogar con sus hijos y empezó de nuevo su lucha por la comida diaria vendiendo drogas naturistas y empezó por la tierra que lo vio correr por los potreros y cañadas, regresó al rancho donde aprendió a hacer familia, y allí encontró, soledad.
Las palomas se han ido,
las maracaiberas, ellas se fueron,
las alimentaba mi padre…
el voló para el cielo,
ellas alzaron el vuelo.
Se fueron los gritos, las risas,
los juegos, los hijos, los nietos,
los bellos diciembres
acompañados de luces,
de salmos, de rezos,
la bondad de mi padre,
de mi madre sus detalles,
sus bellos consejos…
todo se ha ido extinguiendo
menos mis lindos recuerdos.
Maestros y alumnos del Instituto de Liderato social de Zapatoca en 1977
Con Jacobo Velasco Torres, el labriego de versos, nos volvimos a encontrar 36 años después en un encuentro de exalumnos y maestros del Instituto Agropecuario para campesinos adultos de Zapatoca en donde fue mi alumno, encuentro ocurrido el 7 y 8 de mayo de 2016. Los años pasaron sin darnos cuenta, las tristezas se ocultaron y afloraron los recuerdos, se encendieron los abrazos, se cosecharon aprecios.
Compartimos alegrías, revivimos los afectos, pero en la entrevista para escribir esta historia, brotaron las lágrimas que se escurrieron por las arrugas que pueblan nuestros rostros, añoramos la guitarra y unos aguardientes y entre notas y canciones esconder los malos recuerdos que a cada quien nos acompañan, sin quererlos, pero asumiendo su creencia que en la vida, todo es poema. “Todo es un poema” es el nombre del libro que vende junto con medicamentos naturistas que promueve con canciones y versos desde el amanecer hasta el ocaso como todo labriego que labra la tierra para obtener el sustento.
Posdata: Los versos incluidos en la historia fueron tomados del poemario “Todo es un poema” publicado en el 2012 cuya carátula fue pintada por Cristian Velasco Hernández, el hijo mayor del autor Jacobo Velasco Torres, cuyo nombre fue tomado en honor al hijo mayor de quien escribe esta historia.
Puente Nacional, finca La Margarita, mayo 21 de 2016.
NAURO TORRES Q.
PROFESOR ALVARO MOGOTES
ResponderEliminarInteresante la historia de este poeta criollo .
LVARO, GRACIAS POR EL COMENTARIO
EliminarLUIS MARTINEZ ARIAS. POETA DE CHARALA
ResponderEliminarNauro buenos días
Me gustan esos versos del poeta de opón, cargados de simpleza y reflexión, excelentes para iniciar esta nueva semana.
Ojalá pudiera yo conseguir un ejemplar de TODO ES UN POEMA
Feliz y bendecida semana
Honorable poeta del Pienta, me pondré esa tarea de contactar al Jacobo
EliminarHermes Miguel Garcia Ruiz
ResponderEliminarEn situaciones difíciles es donde se aprende quienes son los verdaderos amigos,pero la familia está ahi, Elda ni era su amiga ni de su familia.
Pedro A. Mateus M.
ResponderEliminarVea usted que buena historia...
me trae a la memoria a Miguel Hernández el humilde pastor de Oriuela en la Andalucía española quien murió en la cárcel escribiendo poemas en los días de Franco cuyo régimen lo llevo al presidio...
todos llevamos dentro más de un poema ...
basta que haya un motivo para que aflore en camión sonora...todo puede ser un poema...la alegría...el amor...la desgracia...las flores ...las noches de luna...como también la borrasca...la tormenta...la noche oscura...es el alma sensible la que hace que broten como las lágrimas del llanto...de la dicha la sonrisa...
saludos don Nauro...
Buenos días apreciado amigo, Pedro A. Mateus M.
EliminarMe congratula su opinión sobre la historia de Jacobo Velasco.
Su lectura sobre algunas de las obras del poeta y dramaturgo de Alicante, las circunstancias que vivió, así como la causa de muerte en 1.942, para un lector como usted, pudo encontrar en la sencillez de los poemas de Jacobo Velasco, el drama y la tristeza al escribir desde una cárcel.
No recuerdo mucho de Miguel Hernandez. Fue condenado a muerte y murió en 1.942 cumpliendo la condena condonada a 30 años de presidio. Ustedes, los poetas, tienen el don de comprender no solo el corazón, sino el alma. Y a la vez, tienen la sensibilidad de ponerse las sandalias del personaje, cuando leen.
Seguiré en el empeño de compartir, cada día una historia del mundo real para luego, regresar a la narrativa que fluctúa entre la imaginación y la realidad.
Gracias de nuevo.
HERMANA CECILIA CORREDOR. TIBU, NORTE DE SANTANDER
ResponderEliminar¡Que bello Nauro!
Casi me haces llorar.
¡Qué forma tan viva de contar la historia!
Gracias por compartirla conmigo. Feliz día.
Le penemos amor al oficio de escribir y narrar historias. Cordial saludo Hermana Cecilia,
EliminarCARMENZA POVEDA. BOGOTA
ResponderEliminarBuena y triste historia, un hombre de empuje, fortaleza que logró salir de muchas circunstancias que la vida nos pone en nuestros camino que Con su terquedad, animo y el querer salir adelante logro ser un hombre de letras, que la conspiración, la envidia lograron hacer daño hasta confiscarlo en una cárcel a pesar de ser inocente.... Trayendo como consecuencia la destrucción de un hogar, pero a pesar de las circunstancias no acabaron con sus versos y el ímpetu de seguir viviendo y de todas maneras hay un reconocimiento de tu parte que le hace mucho bien y lo enaltece por sus logros......
Un lindo día Nauro.
Igual. Buen dia Carmenza.
EliminarComo tienes la sensibilidad de artista, esta historia le llegó al alma. Y ello em alegra sobremanera. Gracias por leer mis historias.
Gabino Quintero Garcia
ResponderEliminarBuen relato de un gran amigo,compañero casual en nuestro deseo de superación y que a pesar de los azares de la vida ha podido salir adelante.
Saludos.
Gabino Quintero Garcia
EliminarNauro Torres Gracias profesor.Si,con Jacobo desde el Páramo, y en zapatoca rivales aserrimos hasta en el baloncesto .
MATILDE OMERARA GALVIS OCAÑA
ResponderEliminarQué historia Nauro,!!! Mueve las fibras del alma.
La vida humana y las historias que la forman!!! Ocultas, silenciosas, incomprendidas y criticadas por quienes se atribuyen el derecho al juicio y la condena, cómo aquellos del paisaje bíblico, a la samaritana.
Sabes que me gustaría hablar con el poeta, héroe de esta Historia, para expresarle mi admiración y aprecio, alumno nuestro, de aquellos años lejanos en el tiempo, pero grabados en el alma.
Hermosa foto mándamela si puedes.
Me pondré en la tarea de contactar al poeta
EliminarMi Nauro
ResponderEliminarMe uno a la colecta para ayudar a Juan Rivera.
De a cuanto ponemos ?
MARTHA CARDOZO ALEMANIA
Felicitaciones. Por el telefono dejo una propuesta.
EliminarPROFESOR RAFAEL FORERO MONTAÑO ZIPAQUIRA
ResponderEliminarComo esa hay muchas historias llenas de envidia y traición por los mismos compañeros bien dijo alguien por ahí que en nuestro país la gente se muere más de envidia que de cáncer.
Buenas tardes profesor Rafael. Cordial saludo.
EliminarSi. La envidia, dice la historia es herencia de los españoles que nos trajeron el egoísmo, la usura y la ambición por el oro.
Es la envidia una de las causas del atraso enconomico, y la vez, el engendro que socava la solidaridad y la ayuda mutua heredada de nuestros antepasados los indígenas.
Gracias por leer y comentar.
Marco Antonio Sanabria
ResponderEliminarQué alegría encontrar por azar alguna noticia de algunos amigos y compañeros.
Un abrazo enorme para el profesor Nauro, para Jacobo y Gabino
Dios es milagroso. Se necesitó medio siglo, casi, para colver a tener noticias de ese líder nato y guerrero como Galan oriundo de Cincelada, Santander.
EliminarGrato leerle y tener alguna noticia suya, Marco Antonio Sanabria. Bienvenido al blog .
Que no sea la ultima. Bienvenido a SANTANDER ES MI CUENTO.
JACOBO VELASCO TORRES
ResponderEliminarExcelente.
Sólo los gritos en el silencio pueden secar las lágrimas invisibles
que nacen en lo profundo del ama
si comprendieras lo que significa el amor
solo encontraríamos caminos de perdón
Historias como estas te sacuden, te conmueven ¿a dónde fue el amor? ¿quien a tu lado quedó? Sola el alma embriagada de recuerdos que se vuelven poemas con cada lágrima que se derrama de pena.
ResponderEliminarGracias Nauro, una historia digna de leer
Apreciada poeta Eros Poeticus.
EliminarSabias sus preguntas y sus afirmaciones. En asuntos del amor, cuando mas se sufre, mas afloran los versos. Es como si la vida se empeñase en instarnos, con el dolor, a escribir las sonatas del alma.
Soy afortunado al contar con una lectora de tu talla.
Hola apreciado Nauro. Me agradó la historia en sí del poeta campesino de la jungla del Opón, esa tierra indómita pero abandonada, feraz y ensangrentada de nuestra provincia Comunera. Me recordó de inmediato al poeta cabrero Miguel HERNANDEZ en solo dos aspectos: sus poemas sencillos sobre la naturaleza y su ambiente, y el hecho de haber escrito algunos de ellos desde la prisión. Pero los motivos de ésta, son incomparables. Buena narración, mejor dicción y excelente línea espacio temporal bien contada con los propios versos de Jacobo. Felicitaciones.
ResponderEliminarAnima saber que a una lectora de su talla, investigadora de tiempo completo, le gusta mi narrativa.
EliminarEl Carare, como el Opón, aun es tierra indómita, así como fueron los primeros pobladores, las etnias de iguales nombres. Estas tierras comparten o han compartido el sufrimiento entre Socorro y Velez. Los versos y el lugar donde fueron compuestos, fue una cárcel. Sórdido lugar que engrilla la carne mas no el espíritu. El sufrimiento y la causa de la muerte del poeta del poeta de Alicante, así como sus letras, siempre´pre serán un plato favorito para quienes nos divertimos leyendo.
Experimente esta estructura en la narración, similar a la que use en la crónica de Graciela Pereira....Los reitos son satisfactorios.
Ana Isabel Rueda.- Gracias por ser grata compañia en mi blog