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miércoles, 4 de noviembre de 2015

Oscar Zapata Vanegas, el andariego de la economía solidaria




"No importa donde se nace, ni donde se muere, sino donde se lucha". Simón Bolívar.

El libertador de cinco naciones fue un guerrero de bayoneta y espada, el personaje de esta historia fue un luchador que uso la palabra, la comparación y el razonamiento para convencer a quienes eran dominados por la ignorancia en tierras de Antioquia, Valle de Cauca y Santander.

Mientras se vivían los horrores de la segunda guerra mundial y en Colombia se firma el tratado limítrofe con Venezuela y Alfonso López es reelegido presidente de Colombia, en una vereda del Guarne, Antioquia, cuyos habitantes sobrevivían del  cultivo de la cabuya, un 6 de julio de 1945 nace un niño en una familia con 12 hijos cuyos padres le bautizaron con el nombre del dramaturgo ingles que escribió la novela El Retrato de Dorian Grey y el cuento El Príncipe feliz.

A Guarne se le reconoce como la “puerta de oriente”, se le conoció como “un real de minas”, población que se levantó al margen izquierdo de la quebrada La Mosca donde floreció un cacicazgo de origen guane, pobladores oriundos de Santander, que entraron por el río Nare; aunque el nombre pertenece a la jerga de  los marineros, quien le puso el nombre se refería al clima de seda y tonificante con que goza esta población pegada al municipio de  Rio Negro en Colombia.
Oscar Zapata Vanegas, un “charlatán de nacimiento” combinó el trabajo del fique con los cuadernos logrando terminar la primaria en una escuela radiofónica y con la palabra y el juego convirtiéndose desde muy joven  miembro de la Acción Comunal, organización campesina, que en ese entonces, era la expresión para unir esfuerzos para arreglar caminos, abrir carreteras y construir escuelas.

Por la sociabilidad, servicio a las causas comunes, fue reclutado, con complacencia, por el párroco de la localidad para iniciar estudios de pre filosofía en el seminario de Cristo Sacerdote en Sonsón, Antioquia, una institución a donde llegaban jóvenes mayores de edad para iniciar el camino de la vocación sacerdotal como “una vocación tardía”.

En el seminario estableció empatía con un grupo de inquietos principiantes y con un profesor sacerdote que por razones no conocidas por los estudiantes, fue removido del cargo por el obispo de ese entonces, que ocasionalmente visitó pastoralmente el claustro, y luego de una celebración religiosa, los voceros de los seminaristas liderados por Zapata, interpelaron al prelado demandando justificaciones del repentino traslado del levita, petición que fue escuchada, mas no acogida por el pastor que, en uso al voto de obediencia, ordenó al rector del seminario, devolver al Oscar a la vereda, orden que se cumplió días después, generándose un retiro solidario inmediato de una decena de seminaristas.

Zapata regresó a Guarne a sus andanzas en la Acción Comunal. Transcurría 1970, año en que Misael Pastrana Borrero había asumido la presidencia de Colombia, mediante un dudoso conteo de votos. El presidente, para hacer una mayor presencia en el campo, fortaleció la Acción Comunal en todos los niveles a cuyos directivos reunió en las cabeceras de departamento.  Oscar asistió con los demás directivos al encuentro en Medellín, y allí se encontró con el sacerdote que había sido retirado como profesor del seminario de vocaciones tardías, quien le animó a regresar al seminario, en donde tenía las puertas abiertas con la condición que  le pidiera perdón al obispo por cuestionar en publico la decisión de trasladarlo. Zapata, a la luz del Vaticano II no encontró racionalidad, sino prepotencia en la actitud que estaba en contravía a la esencia del documento de Medellín proclamado y firmado por los prelados latinoamericanos, y prefirió continuar con el trabajo en la Acción Comunal, organismo desde el cual, pensaba, que se podía generar un proceso de concientización sobre las condiciones del mercadeo y producción del fique, así como lo hicieron en 1781 los comuneros del Guarne y los comuneros de las provincias de Guanentá y Socorro en Santander, Colombia.


A  Guarne, llegó una beca a la Acción Comunal para estudiar cooperativismo y organizaciones sociales. La beca fue asignada a Oscar Zapata Vanegas, quien viajó por dos años a Buga-Valle del cauca, hasta 1973, tiempo usado para conocer la labor social y eclesial que lideraba el sacerdote jesuita Francisco Mejía en un Instituto de la localidad.

En los primeros años de la década del setenta del siglo XX, las iglesias y organizaciones de ayuda internacional de los países ricos en coherencia con el espíritu del vaticano II se volcaron en ayudas y financiación para proyectos de promoción y desarrollo en América Latina, y en Colombia, la Diócesis de Socorro y San Gil,  fue una de las mas beneficiadas  al contar con SEPAS-Secretariado de Pastoral Social- liderado por un sacerdote sociólogo visionario de nombre Ramón González Parra ( http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/06/ramon-gonzalez-parra-gestor-de-un.html ), quien gesto todo un movimiento de liderato social con el cual potenció la creación de cooperativas en varias parroquias y apoyó a las creadas por el sacerdote Ángel Fidalgo Reyes Afanador. Fue en esa misma década que el presidente John F. Kennedy creó los cuerpos de paz, y a SEPAS llegaron tres americanos, dos mujeres y un varón, quien se interpeló ante la pobreza de las familias fiqueras y se dedicó a servir a los habitantes de las veredas de San Joaquín, Santander en coordinación con Sepas. Ese cuerpo de paz, que luego fue al seminario de la Ceja, fue ordenado posteriormente en Florián, su primera parroquia.  Fue este sacerdote gringo quien escogió a los jóvenes campesinos, Luis Eduardo Torres Y Roberto Pineda y los envió a formarse en cooperativismo y organizaciones sociales al Instituto de Buga.

En el sur de Santander, en los corregimientos de Florián y la Belleza, pueblos con diferencias partidistas desde 1948, se venía desarrollando una cruzada de evangelización y promoción del cooperativismo liderada por los sacerdotes: Jaime Mitchell y Arnulfo Carreño como párrocos. Desde 1967 El Secretariado de Pastoral Social-SEPAS- venía gestando todo un movimiento de liderato social desde la educación y la organización campesina para conformar una cooperativa en cada parroquia. Los sacerdotes Carreño y Mitchell solicitaron apoyo al director de SEPAS y al director del Instituto de Buga,  para rescatar a la incipiente cooperativa multiactiva de la Belleza de una liquidación.

El lazo para salvar la cooperativa del cierre definitivo, vino del apoyo unitario de esas dos instituciones, que enviaron a los jóvenes: Luis Eduardo Torres, Alfonso Navia, Oscar zapata y Luis Roberto Pineda, quienes se unieron a la cruzada en el mes de diciembre de 1973. El primero actuó como promotor social y cobrador de cartera, los dos siguientes como agentes de pastoral social, y el último como gerente de la cooperativa de la Belleza.

Y sacaron a flote la cooperativa. Los cuatro regresaron a Coopcetral liderada, en ese entonces, por el Señor Dario Benitez ( http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/10/dario-benitez-el-autodidacta.html ) , Luis Eduardo y Roberto al departamento de auditoría y Oscar y Alfonso a fortalecer el departamento de educación de la misma central. El gestor de la recuperación de la cooperativa de la Belleza, el sacerdote Arnulfo Carreño fue traslado en 1980 a dirigir otra parroquia, pero antes de abandonar esa localidad, logro que el consejo de Administración nombrase como gerente a Oscar Zapata Vanegas quien la asumió en 1980 hasta el 1985 cuando regresa a San Gil a gerenciar a COESCOOP hasta 1991, y a partir de ese año regresa nuevamente a la Belleza a administrar por segunda vez a COOPBELL Lda. hasta el 2008 cuando cumplió edad de pensión por servicios prestados. Cuando recibió por segunda vez, la empresa tenía unos activos incipientes de cincuenta millones de pesos de propiedad de 170 asociados y la entregó con 500 millones en activos y 800 asociados en el año de su retiro.

“ Llorando a carcajadas”

Este es el nombre de un espacio que por una decena de años publicó Oscar Zapata Vanegas cada mes en el Periódico JOSE ANTONIO en la pagina 14 haciendo reír al lector con originales chistes, de los cuales se recuerdan:
_ Señor polvorero, si no puede dejar de fumar, fíjese donde bota las colillas. Las polvorearías son solo clandestinas hasta que explotan.
- El ginecólogo se parece al portero de una discoteca. Ambos trabajan donde los demás de divierten.
- El matrimonio es la unica cadena perpetua que se suspende por mala conducta.
- Hay maridos tan oprimidos en el hogar, que la única manera que pueden abrir la boca delante de la esposa es para bostezar.
- Aquel viudo era económico, que se casó con la hermana de su mujer para economizar suegra y decía que estaba de luto por una cuñada.
- Las convenciones políticas son como los matrimonios; todos saben que va a pasar.
- En la cárcel: el director reúne a todos los presos y les comunica; mañana viene el gobernador.
  Magnifico, comenta uno de los presos- ya era tiempo que lo arrestaran.
- -El jefe a un empleado: “ siento mucho que se vaya a jubilar, Ramírez. Será muy difícil conseguir otro que trabaje por el mismo sueldo”.

En la primera etapa de su estadía en la Belleza, le correspondió implementar cobros jurídicos a asociados que pensaban que como la cooperativa estaba estancada, podían quedarse con los prestamos. En una ocasión, y como era usual en ese entonces en esa región, el gerente debía andar con revolver al cinto; debió acompañar al juez y al secuestre para el remate de un predio en la vereda Sinagoga en tierra caliente. Luego de seis horas de camino, la comisión llegó al predio sin encontrar a nadie en el rancho; entonces el secuestre, señor Rolfe Marín y el gerente se fueron a establecer linderos; habían caminado unos cien metros cuando un campesino saltó del matorral al camino con pistola en mano, y en la otra, dos proveedores; Oscar, con la tranquilidad de lechuga que lo ha acompañado, en vez de asustarse ante el requerimiento del labriego que gritó primero muerto que dejarme quitar la finca”, se acercó al asustado propietario dándole la mano con un saludo solidario; y ante este gesto, el campesino tuvo que guardar los proveedores y pasar de la mano derecha a la izquierda el arma de fuego mientras la bajaba y respondió con una estrechada de manos el saludo del invasor, quien le explicó las razones de la visita y las posibilidades de pagar la deuda sin proceder al embargo. El labriego se sintió comprendido reaccionando amablemente con un suculento almuerzo e invitación a la comitiva a baño a la quebrada, convirtiéndose posteriormente  en un activo asociado de la empresa cooperativa.


Y como dicen en Santander, “ a cada marrano le llega su día”. Oscar estuvo andaregueando por municipios de tres departamentos trabajando por la causa cooperativa, pero nunca soñó que en el pueblo donde logró su segunda experiencia laboral, iba a terminar atado a una mujer, precisamente que fue determinativa para su selección como gerente en dos ocasiones en el  municipio de la Belleza.
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Ella, una mujer prudente, pudorosa, tímida, trabajadora y con gusto para vestir, y él, un tipo desabrochado para hablar y vestir con una cara que al verla hasta el niño mas tímido, se ríe. Quienes bien conocen a Oscar siguen pensando que a él lo enamoraron, le propusieron, lo empujaron al altar y él, se dejó sin oponer resistencia pues encontró en él único amor la seguridad de una vejez acompañada inundada de amor, no solo de la profesora Exilda Pineda, sino de las dos hijas que se convirtieron en tres razones para continuar andaregueando a donde lo inviten para hablar de las bondades del sector cooperativo como un sistema solidario equitativo que convierte la igualdad de oportunidades en el principio fundamental.

Oscar Zapata con su labor como promotor del sector cooperativo es conocido por gerentes, directivos y asociados de las cooperativas que anidan en las poblaciones del sur de Santander, y aunque superan los 40 años viviendo en Santander, no cambia la arepa, ni los chorizos, ni el aguardiente por las costumbres de la tierra fría de Santander; y como todo montañero prefiere los riscos y las laderas que la urbe bogotana en donde la familia ha escogido el segundo hogar por aquello del trabajo y las atracciones de la capital.





viernes, 30 de octubre de 2015

Eustasio Vargas, cien años de soledad sirviendo a Puente Nacional.

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Lo despidieron varias generaciones, lo lloraron los mayores de ochenta, lo recuerdan los niños, los jóvenes, los mayores y la tercera edad; los primeros, al verlo encarnando la soledad en una mecedora en la sala de su casa en medio de fotografías que ilustran  sus trabajos de servicio a una población, los segundos por verle contemplando  el tiempo mientras las personas vienen y van con sus afanes, los terceros por reconocerle como un testigo de un siglo de historia, y los últimos por ser un empleado público que por medio siglo facilitó el alumbrado eléctrico y el servicio de agua  a los puentenalinos y las comunicaciones telefónicas entre los habitantes de las poblaciones circunvecinas a Puente Nacional.

Desde el nacimiento la soledad acompaño a Eustasio y desde entonces por cien años se gozó la soledad. Soledad se llamaba la madre que lo trajo al mundo sola en una casa de bareque en la vereda Cemiza mientras Oliverio Ortiz, el esposo, trabajaba en vereda distante construyendo una ramada para un trapiche de piedra en la cuchilla que separa a Guavatá con Puente Nacional.

Eusatasio perdió a Oliverio cuando estaba en el vientre de Soledad, y a Soledad, cuando cumplía los cinco años. El padre menor de 30 años, murió bajo el peso de una viga que junto con otros dos jóvenes intentaban trasladar para montar como amarre principal de una ramada para extraer el dulce de caña mediante la fricción de dos piedras cilíndricas que giraban a la par sobre dos ejes paralelos movidos por fuerza animal o humana, y perdió a Soledad un lunes cuando regresaba del mercado luego de tomarse un guarapo mal curado que le produjo una diarrea acompañada de deshidratación que en pocos días retornó al estado en que ya se encontraba Oliverio.
 
Cuenta Margarita, la única hija mujer que le acompaño por tres cuartos de vida, que Eustasio quedó acompañado con limber en el rancho en donde estuvo por un par de días, siendo recogido por una familia de apellido Luengas en donde Soledad prestaba ocasionalmente algunos servicios domésticos, y allí por tres años fue el niño de los mandados, sin paga alguna, viéndose obligado a buscar mejor oportunidad que encontró mas abajo en una parcela de un par de longevos que lo acogieron proponiéndole unos días de trabajo para el hogar y un par de días para sus propios cultivos logrando algunos ingresos para sus precarios gastos.
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En menos de 20 años debió velar la muerte de Soledad y la de sus putativos protectores, en cien años ayudó a cargar el féretro de centenares de  conocidos y amigos; en cien años fue testigo de la construcción de la línea férrea y la llegada del tren a Barbosa, trabajó como raso obrero en la construcción de la carretera  para unir a Puente Nacional con Jesús María, recibiendo como paga en proporción a la cantidad de carretilladas que cada día movía con diligencia; puso sus fuerzas para trasladar la primara planta eléctrica que hubo en la provincia de Vélez desde la estación de la Capilla hasta Puente Nacional, junto con un amigo de la época, se apostaron detrás de una mata de chusque para ver pasar  a un anunciado animal que chillaba mas duro que un gavilán que tenía cuatro patas como el perro y que era dócil como un caballo pero que echaba humo y cargaba varias personas a la vez. A ese animal, meses mas tarde, junto con el amigo, por la suma de diez centavos, dio la primera vuelta en carro alrededor del parque llamado hoy Lelio Olarte en honor al insigne músico que con sus melodías dio a conocer a Puente Nacional en el ámbito musical colombiano.


Eustasio no fue a la escuela pero se hizo letrado, aprendió mecánica y electricidad mirando y practicando, creció solo pero fue un ser muy sociable y servicial, en especial, con las personas que llegaban al pueblo de otras partes, fue acomedido con las familias de alemanes y españoles que llegaron después de la segunda guerra mundial y levantaron sus familias en la tierra de la guayaba y el platanillo, fue huésped de familias que vivían a la vera de la línea telefónica que unía a Puente Nacional con Guavatá- Vélez-Jesús María- Florián y Barbosa.

Trabajando en construcción fue vinculado como cartero por correos nacionales y le pagaban en proporción a las cartas que entregara, aunque no ganaba sino para la comida fue reconocido por las familias prestantes de la villa, y cuando ya había hecho todas la entregas, iba al taller del español Martín Fontanilla a mirar para aprender y a colaborar para ensayar. El sacerdote Antonio Olarte, regaló a la localidad la planta eléctrica que desde Alemania llegó en barco hasta Honda en el Tolima, y de allí hasta la estación la capilla fue carga del tren para luego ser movida en bueyes hasta la vera del rio Suarez donde funciona hoy  el matadero municipal, y allí, una vez instalada y movida con agua, fue entregada en administración al español, quien viendo el empeño de Eustasio, lo entrenó para operar la planta eléctrica que iluminaba en las noches los hogares de la población.

La violencia partidista desplazó a varias familias al casco urbano, las de menos recursos, y las otras, a la capital; la demanda del fluido eléctrico se requería también de día para los servicios hospitalarios y el municipio compró un generador diesel que dieron al cuidado de Eustasio, quien ya trabajaba como empleado municipal con doble jornada, de día operaba la planta diesel, y de noche la planta que usaba la fuerza del agua para generar energía. Al implementarse el servicio domiciliario del agua, la administración municipal también le encargó en servicio de fontanería. Fueron 20 años de servicio a las familias de la población, tiempo en el cual no le reconocieron vacaciones, ni cesantías, y cuando el gobierno nacional creo la seguridad social, el tesorero notificó a Eustasio Vargas que para afiliarlo al servicio medico y tener derecho a cesantías, le iban a descontar el salario por tres meses, y muchos años después se enteró que el mencionado tesorero del municipio había confundido meses con tres días de descuento mensual.


Eustasio integró cuanto comité hubo en la parroquia, en el municipio, en la Acción comunal y en la cooperativa en los que trabajo sacándole tiempo al tiempo. Fue un ciudadano a carta cabal, no hizo proselitismo a ningún partido pero fue testigo de los odios y venganzas de muchos que  los integraron apasionadamente a mitad de siglo. Fue testigo de la construcción y florecimiento de los tres colegios reconocidos en la población que hicieron merecedor a Puente Nacional como ciudad educadora. Fue testigo de la construcción y florecimiento del Hotel Agua Blanca a donde llegaban numerosos turistas nacionales y extranjeros luego de un pintoresco viaje en tren por las sabanas de los muiscas y las lomas de los sorocotaes. Fue testigo del paso de la mula al tren, al bus, al avión y a los cohetes a la luna. Fue testigo de los estragos de las tos ferina, el tifo, las pulgas, los chinches y las niguas. Gozó del andar a pie y fue orgulloso de usar alpargates para ir a misa como de los zapatos corona.
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Eustasio conocía a los dueños de las casas del casco urbano, pero muchos no le conocieron y en el buen trozo de vejez que vivió su sabiduría es recordada por los hijos y nietos, por los vecinos y allegados, y aunque nunca fue distinguido por sus labores como el único motorista que operó día y noche la plantas generadoras  por 22 años facilitando el fluido eléctrico al casco urbano y haciendo arreglos y conectando el servicio de agua domiciliario sin que le pagaran los derechos laborales a que tuvo derecho, si fue recomendado, por su estatura, empirismo y ser social por el patricio liberal y único gobernador y senador que ha tenido Puente Nacional, el Dr. Eduardo Camacho Gamba para trabajar en la naciente empresa nacional de telecomunicaciones, convirtiéndose junto con Waldo Ariza ( http://naurotorres.blogspot.com.co/2015/09/waldo-el-guarda-lineas-que-estaba.html  ) como los últimos guarda líneas que hubo en la provincia veleña.

Eustasio murió con el apellido de Soledad. El medico legista atestiguo que la causa fue la asfixia pues tenía los pulmones negros del humo que expelía la planta diesel,   un 23 del mes de los vientos y las cometas del año que, luego de 60 años de guerra interna, el gobierno nacional, siendo presidente Juan Manuel Santos, un descendiente de santandereanos, firmó el pre-acuerdo de paz con el mas viejo y mas terrorista grupo guerrillero latinoamericano


















domingo, 25 de octubre de 2015

LA POMARROSA FLORECE, PERO NO TIENE POMORROSAS

 

La soledad no tiene nacionalidad, ni raza, ni credo, ni horario; tampoco espacio. La soledad invade el alma o el corazón en quienes viven en las urbes como en las veredas, en las cárceles como en los templos, en los bares como en las fiestas, en las calles como en los caminos; viajando en mula o camello,  en carro o en avión. 

La soledad habita en todas partes; en los rincones, en los cementerios, en los asilos, en los hospitales,  en los centros comerciales, en las habitaciones, incluso en las camas nupciales.

La soledad es un estado de ánimo. Una emoción que facilita evocar lugares, momentos, circunstancias, personas, incluso a animales, aves, arboles, senderos, acantilados, lomas y valles.


La soledad es la aliada de los amantes, es la anhelada por los escritores, es la invocada por los devotos, es la esperada por los atracadores, y es la requerida para aflorar los asuntos del alma y el corazón. La soledad es la compañera del anciano abandonado por sus seres queridos, de los enfermos abandonados en los hospitales, de los presos, incluso de los guerrilleros en las escondidas selvas de Sudamérica.

Gracias soledad por estar hoy, en mí. 

Escribo desde la ciudad  mayormente poblada por los desplazados de la violencia desde la guerra de los Mil días hace 119 años, por los de la guerra bipartidista de mitad de siglo  y por la actual que lleva mas de sesenta años, con solo perdedores. Escribo desde Bogotá, desde una torre con numerosos apartamentos encerrados como estivas, poblados por desconocidos sin parecerse a las hormigas o a las palomas, pero sí, seguros ante la inseguridad de la ciudad.

La soledad es mi aliada. Aliada para evocar a la reina de mi soledad, pues es ella, la que me posee en mi soledad. Ella con sus recuerdos quien invade mis sentidos, mi cerebro, mis emociones, mi ser.

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Aparece en mi soledad  con su cabellera larga cubriendo su espalda, adornando su rostro, escondiendo su sonrisa, ataviando su misterio, ocultado sus deseos, y negándome su amor

Si, aparece en mi soledad como una brisa mañanera, o, un leve viento al atardecer; aparece en la loma en la que posa una prehistórica piedra; aparece, unas veces de pie, otras sentada, pero siempre difuminada entre la pradera y el monte, entre la luz del sol o de la luna.

Su imagen se hace tan real que corro a encontrarla, pero al estar en el lugar donde la imaginé solo encuentro su aroma, el aroma a pomarrosas.

 

Ella no esta para verla y admirarla, pero al igual que otrora, la admiro sin tenerla cerca o distante, pues de ella queda su aroma y su historia convertida en aliciente para esta vida que se quema lentamente cual cera de una vela encendida siempre en esa loma donde por primera vez me dejé quemar por sus labios inocentes y me sentí arrullado siendo adolescente.

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Esa loma, poseída por la piedra prehistórica que es abrazada desde medio siglo atrás por un pomarroso, sigue hidalga, incólume, dominante, observadora y a la vez, testigo muda de un amor que floreció en ella y 28 años después es depositaria del ultimo deseo, en su ultimo suspiro de la despampanante mujer de cabellera larga con la que protegía su virginal belleza.

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La loma sombreada por arrayanes, pinos y pomarrosas, tiene aún el pomarrosa enamorado de la piedra prehistórica, la que abraza noche día con su  tallo del que salen como dedos numerosos gajos con sus ramas con colores entre el verde y el rojo oscuro que, dos veces al año, cambia su color tornándose blanco crema por numerosas flores que atraen desde avispas hasta abejas, desde colibríes hasta copetones, desde chagualas hasta angelitas.

Pero los arboles como las piedras también se enamoran. La reina de mi soledad dio su ultimo suspiro un 13 de noviembre del primer año del siglo XXI, y momentos antes de hacerlo en nuestro lecho nupcial, me solicitó en voz entrecortada -salida mas del alma que del corazón-, que la llevara a la loma a vivir eternamente conmigo junto a la pomarrosa. 


Desde el 2000, el pomarrosa florece pero no da pomarrosas, pero siempre en la cúspide de ese montículo de tierra poblado por arrayanes, pinos y pomarrosas se respira el aroma de las pomarrosas.

Desde entonces mi soledad tiene el aroma  de la mujer que esta presente con su sangre y sus costumbres en cuatro hijos que ocasionalmente visitan el pomarrosa cuando deciden abandonar la ciudad y sus trabajos para ir a descansar en la finca La Margarita, en tierras de Jarantivá en Puente Nacional, Santander, Colombia.

PINTURA LA MARGARITA

Casa en la que nació la musa de este relato.

 

Con el debido respeto y sin permiso, acompaño esta historia con un poema inédito de Don Pedro Antonio Mateus Marín, quien fuera huésped por varios meses de la musa que inspiró esta historia que acaba de leer.


TE EXTRAÑO, AMOR.


Heme aquí amaneciendo

Junto al mar salobre

De mi soledad inmensa.


La extensión límite de soñar

Me ha dejado huérfano

En las arenas de la orilla.


Ya no habrá paz,

Me dice al oído la canción del oleaje.


La espera me tortura el alma

Y la esperanza se me agota

En los labios resecos

De tanta ilusión nacida

En el humus de mi propia vida.


Prefiero no mirar

La distancia que de la tierra prometida

Me separa,

Y cerrar los ojos

Para creer que Dios me dará la mano

Para ir a ella

Cuando la plenitud del amor

Haya llegado.


Bogotá, agosto 30 de 2015
NAURO TORRES Q. 

sábado, 17 de octubre de 2015

La palmera enamorada del sol

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La palmera le preguntó a la luna por qué no se había enamorado del sol,

la luna en su pureza respondió en silencio que enamorarse no era su misión;

desde la arena la palmera interpeló, ?Cuál era entonces la misión?.

 

La luna contestó;  ser la luz de los humanos que se aman sin medida;

ser la luz de los amantes que se ven en las noches a escondidas,

ser el lucero de los enamorados que se buscan para acariciarse sin cansancio;

ser el consuelo de los humanos que lloran a escondidas;

ser la sombra de las promesas no cumplidas,

ser testigo de los odios de los hombres,

ser la musa del amor de quienes aman sin codicia.

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La palmera, calló un momento, y volvió a preguntar:

Si el sol lo es todo por qué no enamorarlo si lo tiene siempre?

y la luna contestó,

precisamente por eso,

no necesito enamorarme de él

los dos nos amamos sin medida  y  condición,

sin reproches ni egoísmos,

pues el amor es una emoción perenne que consiste en darlo todo a cambio de nada

 

La palmera calló

estaba enamorada del mismo amor que tenía la luna.

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Desde entonces comprendió la palmera que el amor es como el sol,

rayos da a quienes le admiran, rayos da a quienes le olvidan

el dar luz sin condiciones es irradiar amos sin condiciones

pues no es lo mismo enamorarse que amar al otro por contrato.

 

La palmera ama al sol con la misma intensidad que lo hace la luna

porque el amor no es una propiedad que se tiene o se oferta con condiciones.

 

No se da ni se tiene, simplemente el amor se vive es y será.

 

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"Te amo" -Dijo el principito...


- "Yo también te  quiero" -Dijo la rosa.


-"No es lo mismo" - Respondió él...

-"Amar es la confianza plena de lo que pase va estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos,  Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor es abrir el corazón y dejarse amar".


-Ya entendí,  dijo la rosa.


- "No lo entiendas, vívelo". - Dijo el Principito.

 

 

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jueves, 15 de octubre de 2015

Julio Cesar Acero, un pez cojo con medallas

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Ese viernes de 5 de agosto, entre 300 participantes, ganó la media maratón en Aratoca, Santander, y al otro día, en Barichara, repitió la hazaña colgándose la medalla del primer puesto; el domingo compartió con sus padres y siete hermanos, el lunes departió con su amigos de los colegios donde cursó el bachillerato, y el martes 8 de agosto de 1989, junto con su amigo Gonzalo Pico, quien los transportaba en motocicleta a las competencias, decidió llevarle de madrugada al Batallón para que se presentase oportunamente, luego de gozar del permiso autorizado para correr a nombre del Ejercito Nacional.

Cuando volvió en sí, minutos después del accidente, observó la maquina dispersa en pedazos, y a su amigo, inerme, bañado en un pozo de sangre; él quiso moverse y solo pudo hacerlo con la cabeza. Sus extremidades inferiores no le respondían; no las sentía pero las podía ver y tocar. No sintió miedo, pero sí rabia. Rabia con el Creador al sentir fracturado sus piernas y pies que había sido, hasta ese momento, las partes de su cuerpo que le habían dado reconocimiento ante las niñas de su edad y nombre a los colegios donde estuvo estudiando.

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Gonzalo Pico quiso disminuir la distancia y ganar tiempo abriéndose en la curva que hace el predio del Club El laguito empujando hacia la quebrada el manco a la carretera central que une a San Gil con Bucaramanga, pero en sentido contrario venía de madrugada un padre de familia que había zarpado 30 horas antes de Santa Martha con una carga para la capital del país en un tracto-camión cuyo cabezote recibió el impacto de la motocicleta con sus dos pasajeros que volaron como huevos estrellados.

El cansado padre que iba contento con su carga a Bogotá con la ilusión de ver a sus dos hijas y esposa, frenó pero el peso y la inercia de automotor ya habían castigado la imprudencia del amigo de las competencias.

 

No valió el apellido, ni la juventud, ni la fortaleza de sus músculos, ni sus sueños, ni sus anhelos, ni sus empeños en convertirse en figura del atletismo mundial; Julio Cesar Acero Rojas, fue trasladado en una ambulancia a la clínica Bucaramanga y posteriormente a la Clínica Santa Teresita, institución encargada de atender a los miembros de las fuerzas militares, mientras su amigo de juergas y aplausos era conducido en una bolsa al anfiteatro de la Perla del Fonce, cuyas calles devoraban las piernas de Julio Cesar cada noche en sus entrenamientos.

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La pierna con que se impulsaba en cada prueba atlética había sufrido la destrucción de la tibia y el peroné mientras que la izquierda se había fracturado en tres. El diagnostico medico fue categórico, había que amputar las dos piernas, y con ellas, los sueños del joven de acero.

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Pero esas piernas que usaba para llamar la atención de las chicas de su edad, y que le servían para justificar las ausencias de las aulas de clase, y con las cuales, los mismos colegios se mostraban ante los demás como un honor cuando Julio Cesar cosechaba medallas a nivel regional, departamental y nacional, fueron las mismas que motivaron a los generales Vaca Perilla y Janine Díaz, de la V brigada con sede en Bucaramanga para ordenar un traslado en avión  al Hospital Militar de Bogotá en donde le salvaron la pierna izquierda y solo le amputaron la pierna derecha desde la rodilla.

 

Luis Carlos Galán

El 18 de agosto de 1989 es una fecha trágica y vergonzosa para los colombianos. Fue precisamente en las primeras horas de la noche cuando con complicidad de una fuerza  del Estado, el narcotráfico liderado por Pablo Escobar (http://www.semana.com/nacion/articulo/asi-matamos-galan/30505-3 ) dio muerte al político que encarnaba las esperanzas de millones de colombianos que veían en el caudillo, Luis Carlos Galán, aspirante a ser presidente de los colombianos, el líder que haría cambios substanciales en la vida política Nacional; pero para Julio Cesar Acero, fue la fecha en que confirmó que la ciencia médica colombiana había logrado salvarle la pierna izquierda y amputarle menos a la derecha. Fue la ocasión para conocer,  con sus propios ojos, los estragos de la guerra al ver compañeros soldados, unos sin ojos, otros sin brazos, otros sin extremidades inferiores, y otros al borde la locura por las bombas que el narcotráfico y la guerrilla colocaban por doquier en esa época negra para Colombia. Fue la fecha en que confirmó que lo ocurrido en el accidente de tránsito simplemente fue una nueva oportunidad que Dios le prodigó para enderezar la vida para que no girara solamente en torno a la fama y reconocimiento público, sino una oportunidad para convertirse en un padre y esposo ejemplar, en un nadador con méritos nacionales, y en un maestro para niños y jóvenes que ven en el agua una oportunidad para desarrollar habilidades deportivas. (https://www.youtube.com/watch?v=oxvi3lrwcmk)

En honor al apellido, Julio Cesar, al ver tanto dolor humano sufrido por los militares, y el vacío dejado entre los colombianos por la muerte del caudillo del nuevo liberalismo, empezó a hacer terapias logrando una recuperación en menos de dos meses, tiempo en el que hizo su primera carrera atlética de tres kilómetros por las calles de su ciudad amada ante centenares de paisanos que detrás de las puertas simplemente decían, “pobrecito, ya no será el mismo”. Julio Cesar se convirtió en un modelo a seguir entre los soldados discapacitados, y en un ejemplo para quienes se escurren ante las dificultades.

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Los minutos después del accidente, los días de estadía en dos centros hospitalarios en Bucaramanga, el tener la oportunidad de volar por primera vez en un avión, a si fuese en camilla, las atenciones oportunas del cuerpo médico al servicio de las Fuerzas Armadas, el drama de los otros soldados convertidos en discapacitados, los mementos de gloria que tuvo cosechando medallas en atletismo, su nueva condición, su adaptación al uso y manejo de una prótesis, fueron ocasiones para generar una catarsis de cambio en su forma de pensar, de actuar y de tener.

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Una madrugada, antes que el gallo Kiko de Julio, su padre, cantara por primera vez en un día del mes del amor y la amistad, el que no fue hijo de Eneas, ni tampoco romano, y sin saberlo, que quienes llevan ese nombre compuesto de Julio Cesar son persona inquietas, seductoras y creativas que cuando se proponen algo, ponen toda la energía hasta conseguirlo por el dinamismo que irradian, por la persistencia, este hijo de sangileño que estuvo en todos los colegios de la ciudad decide remplazar el atletismo por la natación.

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Aunque todos llevan los apellidos Acero Rojas, los ocho hijos de Julio y Silvina crecieron en un hogar con valores comuneros, con la fortuna que Julio Cesar fue el raspado convirtiéndose en el consentido de los padres y seis hermanas, facilitándole todo, incluso, cubriéndole sus propias obligaciones; sin embargo por la disciplina férrea de la profesoras Teresa Arenas y Lucila Bonilla, aprendió a usar el tiempo a su debido tiempo, y el profesor Jorge Ortiz lo indujo por la lectura, hobby que le apasiona aún, recordando la obra de Juan Ramón Jiménez que describe a “Platero como un burro pequeño, peludo, suave (https://www.youtube.com/watch?v=9NDXym1pomo) ; tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos, que come de todo, pero que los del pueblo creían que en burro tenia acero en su interior”.

 

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Quienes consienten a los hijos, a los hermanos o a los sobrinos, crean un mundo irreal en torno al consentido. Y Julio Cesar, tenía su propio mundo. Mundo con el cual pasó del Liceo Los Ángeles, al colegio cooperativo, y de allí al colegio Guanentá, y de éste al colegio San Carlos, para graduarse finalmente en el colegio más antiguo de la ciudad. Institución que contaba con un profesor pasado de kilos de nombre Luis Emilio Calvo, que vivía metido entre los balones, los cronómetros y las piscinas, quien fue quien descubrió el diamante en bruto convirtiéndolo en poco tiempo en el mejor atleta y ahora mejor nadador que ha tenido San Gil en el los últimos cincuenta años.

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Escribir sobre cada logro alcanzado por Julio Cesar es misión del lector deducirlo de la relación de premios y medallas que este atleta sangileño ha cosechado.

 

ATLETISMO

AÑO

NOMBRE DE LA COMPETENCIA

PUESTO OBTENIDO

1982

INTERCOLEGIADO MUNICIPAL PRUEBA DE FONDO

PRIMERO

INTERCOLEGIADO DEPARTAMENTAL BUCARAMANGA PRUEBAS DE FONDO 1500 MTS PLANOS Y 2000 MTS OBSTACULOS .

TERCERO

CAMPEONATO NACIONAL MEDELLIN INTERCOLEGIADO

PRUEBA 2000 MTS OBSTACULOS

TERCERO

1983

1984

1985

INTERCOLEGIADO MUNICIPAL PRUEBAS DE FONDO

PRIMERO

INTERCOLEGIADO DEPARTAMENTAL BUCARAMANGA 5000 MTS 1500MTS Y 2000 OBSTACULOS.

TERCERO, SEGUNDO Y PRIMER PUESTO .

CARRERA ATLETICA CIUDAD DE BOGOTA CATEGORIA MENORES

SEXTO

CAMPEONATO NACIONAL CATEGORIA MENORES MEDELLIN

SEGUNDO

INTERCOLEGIADO DEPARTAMENTAL BUCARAMANGA

2000 MTS OBSTACULOS Y 5000 MTS PLANOS

CAMPEONATO NACIONAL BUCARAMNGA 2000 MTS Y 5000 MTS

PRIMERO Y TERCERO

PRIMERO Y TERCERO

CAMPEONATO MUNICIPAL PRUEBAS DE FONDO Y CROSS COUNTRY

CAMPEONATO DEPARTAMENTAL BUCARAMANGA 2000 OBSTACULOS Y 5000 Y 1500 MTS PLANOS

NACIONAL INTERCOLEGIADO NEIVA 2000 MTS Y 5000

CARRERA ATLETICA CIUDA DE BOGOTA CATEGORIA JUVENIL

PRIMERO

PRIMERO TERCERO

TERCERO

PRIMERO

1987

DEPARTAMENTAL INERCOLEGIADO PRUEBAS 1500 5000 10000 Y 2000 MTS.

NACIONAL INTERCOLEGIADO MEDELLIN CATEGORIA

JUVENIL 5000 Y 10000 MTS

JUEGOS SANTANDERINOS CARTAGO VALLE 1500 Y 5000

PRIMERO Y SEGUNDO

SEGUNDO

PRIMERO

1988

CAMPEONATO DEPARTAMENTAL 5000 Y 10000 Y 3000 OBSTACULOS

CARRERA ATLETICA CIUDAD DE BOGOTA

TERCERO Y PRIMERO

QUINTO

JUEGOS NACIONALE S ARMENIA 3000 MTS OBSTACULOS

TERCERO

1989

CARRERA ATLETICA CIUDAD DE BUCARAMNGA

TERCERO

NATACION PARALIMPICA

AÑO

NOMBRE DE LA COMPETENCIA

PUESTO OBTENIDO

1994

PRIMERA OLIMPIADAS PARALIMPICAS BUCARAMNGA

3 OROS

1995

INTERCLUBES DE NATACION BUCARAMNGA

PLATA Y BRONCE

1997

DEPARTAMENTAL DE NATACION INTERCLUBES

3 OROS Y 4 DE PLATA

CAMPEONATO NACIONAL BUCARAMNGA

2 OROS Y 2 PLATAS

1998

INTERCLUBES DE NATACION CALI

UNA DE ORO Y DOS PLATAS Y BRONCE

2002

INTERCLUBES DEPARTAMENTAL BUCARAMANGA

2 OROS Y 2 PLATAS

CAMPEONATO NACIONAL CALI

2 OROS . 3 PLATA Y BRONCE

2003

INTERCLUBES BUCARAMANGA

NACIONAL INTERCLUBES MEDELLIN

1 ORO Y 4 PLATA

2 PLATA Y 1 BRONCE

2010

1 JUEGOS DEPARTAMENTALES

NACIONAL INTERCLUBES MEDELLIN

6 BRONCE

1 BRONCE Y CUARTO,QUINTO

20014

2 OPEN INTERNACIONAL DE NATACION PARTICIPARON 7 PAISES(Brasil, Argentina, Perú,Venezuela, cuba,Ecuador y Colombia)

QUINTO y SEXTO

NACIONAL INTERCLUBES SABANA DE TORRES

CAMPEONATO MUNICIPAL CAMILO TORRES

1 BRONCE

1 ORO

2015

CAMPEONATO NACIONAL MASTER INTERCLUBES SABANA DE TORRES

CUARTO

CAMPEONATO NACIONAL MASTER EN MONIQUIRA

6 OROS

Julio Cesar es una persona enamorada, pero solo tiene tres amores que lo mantienen activo cada día que llega con luz a su ventana en un barrio de la ciudad conocido como Villa olímpica, que de olímpica no tiene aún nada. Está enamorado del deporte, pues fue con él que logró llamar la atención de su segundo amor; Claudia que por 14 años estuvo esperándolo que le propusiera matrimonio, y quien es su muleta y el sostén en las “buenas y en las maduras”. Y su tercer enamoramiento son sus dos hijas, Claudia Y Silvia Juliana. Y aunque algunos libros afirman que del enamoramiento al amor hay mucho trecho, Julio Cesar cree que sus tres enamoramientos son la razón de su existencia, y por ende, son el amor de su vida con 4 años menos para cumplir medio siglo.

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Las medallas obtenidas en competencias de natación confirman que un pez, así sea cojo, nada como un pez y que toda persona decide, en su libre albedrio que hacer con su vida, y vida como la Julio Cesar, es un ejemplo para adultos, jóvenes y niños en este mundo en el que los padres sufragan todo a los hijos, sin enseñarles que en la vida, cada quien debe aprender a ganarse el pan con el sudor de la frente.

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miércoles, 14 de octubre de 2015

Juan Rivera, el pintor de la cara triste y ajada.


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Sus mas de veinte mil cuadros pintados al oleo están colgados en aposentos de santandereanos y extranjeros. No fueron adquiridos en galería alguna, ni con promotores de arte, ni en exposiciones; quienes los compraron los tranzaron en las calles de San Gil, ya un medio  día o un atardecer, y su costo? unos cuantos dólares que el pintor recibió con agradecimiento al contar con recursos para comprar el sustento diario familiar.
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Así como sus cuadros gozan de diversos formatos, los precios oscilan según la necesidad de quien pinta todos los días entre dos y cuatro oleos con  motivos idénticos tomados de la observación o la imaginación; pero sus  bodegones lúgubres plasman elementos de uso que solo se esconden en las contadas guaraperías que gracias a  las dueñas, desaparecerán con sus dueñas.
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Propiedad de Nauro Torres

Los ollas, los ures, las vasijas viejas , los potes, las fogoneras de antaño y las frutas tropicales identifican al pintor de las guaraperías. Un ser humano de cara triste, traje café y barba ajada que al medio día y al atardecer baja desde el barrio mas pequeño y mas corto de San Gil que se construyó a la vera de un camino que trepa por detrás de los tanques que surten con agua la ciudad.
    Propiedad de David Suárez.

El pintor de la cara triste y barba ajada fue maestro de sí mismo cuando se descubrió que tenía habilidad para copiar y pintar con lápiz o lapicero en cuadernos, y para disimular la pobreza y  agraciarse con los compañeros de la escuela, pintaba lo que sus compañeros no intentaban, ni en la vereda en Barichara o en el estado de  Tachira-Venezuela- o en el mismo San Gil.
    Propiedad de David Suárez.

A los quince años empezó a usar las temperas y las acuarelas y hasta los dieciocho fue ayudante de construcción, oficio que interrumpió para prestar el servicio militar, retomándolo hasta los veinte tres años, edad en la vendió por primera vez quince cuadros en tres dólares, que fueron adquiridos por Pepita Torres, Blanca de Mantilla y Martha García, quienes se convirtieron en las promotoras boca a boca del pintor de la cara triste y barba ajada, quien antes de cumplir los 25 años recibió el único galardón que ha recibido consistente en un diploma que lo distingue como el ganador del primer concurso de pintura, HUELLAS DE SANTANDER organizado por el periódico JOSE ANTONIO con la anuencia de los pintores Augusto Ardila y Luis Roncancio.
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La venta de los primeros cuadros y el ser reconocido como el primer ganador del concurso HUELAS DE SANTANDER lo animaron a cambiar la carretilla y el cemento por los lienzos y los temperas, y desde entonces, deriva  con la pintura el sustento diario de la familia con ocho integrantes.

Los colores oscuros que priman en sus cuadros esconden el dolor de un padre que perdió a sus dos hijos varones por parálisis cerebral, la tristeza de un hijo que perdió a los padres antes de que cumplieran 62 años, la angustia de un padre y un abuelo que tiene en cada amanecer la angustia de traer el dinero para la comidita diaria para dos nietos, dos hijas y una esposa abnegada que lo ha acompañado desde siempre.
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Juan Rivera pinta en un  caballete que lo ha acompañado en los 32 años que lleva en el oficio. Lo hace desde sentado en un remedo de silla deseosa de estar en el basurero usando unas gafas culo de botella que por su vejez ayudan a desmejorar los trazos y esconder los detalles que en otrora hacían de sus obras una novedad, hoy repetitiva.
A los 55 años el pintor que tranza sus obras en la calle, en las cafeterías o los establecimientos comerciales, anhela seguir pintando obras por demanda para no sentirse presionado por el diario que debe llevar a casa sin descanso y sin ayuda familiar.
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Juan Rivera no es un pintor cotizado pero sus cuadros decoran numerosos hogares y oficinas de la ciudad y son un souvenir para quienes visitan la región provenientes del viejo continente. Es una persona que implora todos los días a Dios que le regale larga vida con vista y tacto para seguir pintando para comprar la comidita diaria que requieren la esposa y sus dos hijas y sus nietos y pagar los servicios públicos, así no alcance sino para un par de pintas al año. Es una persona que anhela no ser ni un hure, ni un chucho, tampoco una olla o una estufa de carbón para ser parte del olvido de quienes le aman o distinguen.

Cuando Juan Rivera ya no regrese a la zona histórica de  San Gil en las tardes a ofrecer calle abajo sus obras de arte, sus cuadros multiplicaran su valor en dolares, y entonces quienes ostentan una o varias de sus obras, se jactaran de tener en casa un oleo de Rivera a quien le recatearon el precio, sin pensar el artista necesitaba llevar comida a su hogar. 

Punte Nacional.     Ecoposada La Margarita, octubre 3 de 2015
NAURO TORRES Q. 



viernes, 9 de octubre de 2015

La última jugada


Él, la conoció en una oficina de justicia. Ella, lo admiró en otra oficina del Palacio de Justicia.

Ella, actuaba como juez, y él, como victima de un abuso de confianza. Hubo muchas preguntas sobre las causas del proceso y numerosas miradas, sin preguntas.
                                                                                                                Fotografía de Domingó/2022

 

Ella, vestía una blusa de flores con tonos amarillo encendido y café claro con una falda marrón que invitaba al misterio y a la curiosidad. Y él, simplemente, casual. Ella, se fijó en él, por el peculiar parecido con el ex-esposo. Y, a él, le atrajeron los ojos, la sonrisa, los labios y la menuda cara de muñeca con ojos pardos.

Ella, venía de superar el trauma que deja una separación solicitada argumentando incompatibilidad de caracteres. Él, tenía una soledad nostálgica, enlutada y incierta.

Una segunda vez se vieron en el mismo juzgado en las mismas condiciones que la primera; pero él, por respeto, y a la vez, por miedo, nunca le llamó por celular, aunque siempre lo deseó. Y ella, buscó espacios donde verle para establecer alguna amistad.

Ninguno recuerda como  resultaron conectados con una llamada al móvil. Él, cumplía una misión laboral en Cartagena, y ella, iba de vacaciones a la isla Providencia. Fueron pocas las palabras en la llamada telefónica, pero en ambos, se sintió el anhelo de mirarse  cara a cara.

Acordaron coincidir en el aeropuerto. Pero el avión en el que viajaba ella, decolaba, y el de él, aterrizaba. Los dos lamentaron lo ocurrido. 

La vida les ganó la primera jugada.

Transcurrió un par de semanas. Ella, tomó la iniciativa. Le marcó a la oficina. Le hizo invitación a tomar un café. Él, aceptó sin condiciones; estaba expectante; pero, la sorpresa fue mayor;  la invitación fue al apartamento.

 

El día para los dos, se fue en un cerrar de ojos. Y se precipitó el ocaso con las preguntas de la noche. El cielo se había congeniado con el encuentro. Estaba estrellado, y una suave brisa acariciaba a quienes caminaban por las calles de la villa donde vivían.

Él, tomó la carrera en búsqueda del bloque de apartamentos. Caminaba lento, pero seguro, con la cabeza en alto, y la vez, esperanzado. Mentalmente se preparó planeando cada idea y cada motivación para convertir el aroma del tinto que compartirían en un perfume que impregnara sus existencias.

En la dirección que llevaba anotada en un papelito, había un guardia. El apartamento estaba al interior. Preguntó por ella. El celador abrió lentamente el portón   y le indicó el numero de la puerta donde vivía algunos años antes, la dama.

Él, caminó lento pero seguro hacia la puerta. Tomó aire, revisó su presentación y confirmó el perfume usado para la ocasión. Timbró con la mano izquierda, pues en la derecha portaba un ramo de rosas rojas amadrinado con chocolatinas.

La puerta se abrió sin ruido. Una gentil señora le saludó invitándole a la sala mientras anunciaba  la visita, lapso en el que los niños hicieron presencia en ella. Uno tendría tres años, y el mayor, dos años mas.

Los niños interpelaron al visitante con preguntas inocentes sobre las razones de la visita nocturna. La madre hizo presencia convocando a los niños a sus habitaciones mientras  penetraba el ambiente de la sala con el aroma de un perfume de origen francés.

Se estrecharon las manos mientras un beso rosaba las mejillas de los dos. Lo invitó a sentarse mientras ella se acomodaba en el sofá, y él, en una silla. Ella, lucia  la misma falda de flores que vestía cuando se distinguieron. Combinó con una blusa  transparente con encajes de nubes de verano.

La conversación no giró sobre el proceso civil, tampoco de la naciente amistad; el tema fueron los hijos y la formación en la familia. Ella dejó entrever su preocupación por la educación de los niños, su soledad sentimental y su lucha interna por olvidar los sinsabores de un  matrimonio con un impredecible militar.


Lo invitó a acompañarla en el sofá. Él, acogió la invitación sin pronunciar agradecimientos. Hablaron de la soledad, de las heridas que deja una separación. Ella no disimulaba la atracción que  él ejercía, y el perfume, despertó su libido.


Él, intentó evitar los impulsos atractivos que se posesionaban de los dos. Él, anhelaba iniciar una relación con calma, con palabras, con seducción,  en el tiempo; pero ella, desde que había nacido el niño menor, no había tenido roce con varón alguno y con palabras impregnadas de deseo, le habló al oído del verano sexual que le estaba azotando.


Él, un apasionado de nacimiento, la colmó de besos mientras su manos rosaban  al son de un vals la piel escondida bajo la blusa transparente con encajes blancos.  Besó sus resecos labios  por el verano prolongado. Besó sus abandonadas mejillas blancas salpicadas con pecas  que se humectaron cual rocío en flor. Besó sus orejas que permanecían escondidas entre la escasa cabellera de oro que caía suspendida de la cabeza que reposaba en sus manos.

Ella, lo indujo a la recamara, y él, se dejó conducir sin resistencia. Le acarició de pie mientras la abrazaba doblando su cuerpo con ternura sobre el lecho abandonado. Le desabrochó la blusa con los labios, mientras, a la vez, le acariciaba suavemente, el pectoral. Le desabotonó la falda que se cayó sin resistencia, mientras la colmaba de caricias con los labios, mientras las manos tocaban delicadamente la tierna blanca ropa interior que se fue desojando  de los espacios abandonados por el sol y colmados del misterio.

Se fundieron en un solo ser por varios minutos como si sus cuerpos hubiesen compartido el mismo lecho, por años; luego se abandonaron, uno junto al otro, para oxigenar los cuerpos y volvieron a empezar como si pensasen que sería la primera y única vez de su fusión.

Los movimientos armoniosos remplazaron las palabras y el sudor borró los perfumes. Se poseyeron sin piedad y con pasión. Se compenetraron convirtiéndose por instantes en un solo ser. Se sintieron el uno para el otro mientras los niños dormían placidos en sus habitaciones y la empleada intentaba conciliar el sueño imaginando lo que estaba pasando en la recamara de la señora.

Hacia la media noche, él la dejó  plácidamente dormida mientras abandonaba el apartamento para regresar a casa.

Los encuentros surgieron mas frecuentes, pero las barreras empezaron a brotar. Los niños demandaban más presencia de la madre, y la carencia del padre, les hacia percibir inmanejables, pues él, tenia hijos ya mayores.

Él, estaba acostumbrado a vivir acompañado, y ella, estaba habituada a vivir sola con los hijos. Él, anhelaba una vida  de pareja, y ella, una vida sin compromisos y formalidades.

 

Para él, ella era la pareja soñada por su formación y proyección profesional; y él, era para ella, el compañero esperado que fuera un ejemplo para sus hijos.

 

Los hijos y las costumbres les ganaron a los sentimientos. Los separaron para siempre, aunque ellos, en su interior, están seguros que Dios les dio esa segunda oportunidad, que  no aprovecharon.  En asuntos del corazón, la razón hay que tenerla en cuenta. La vida les ganó la ultima jugada.


San Gil, septiembre 16 de 2015.


Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

      ¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...