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sábado, 18 de enero de 2014

Aplique el efecto mateo en su vida, potenciará sus competencias y las de otras personas.



SI QUIERE QUE SUS HIJOS SEAN MUY RICOS, INVIERTALES EN EDUCACION Y EL DESARROLLO DE LOS TALENTOS.

Está demostrado históricamente que invertir en educación y en el desarrollo de los talentos es la actividad más rentable que existe.

El economista George Pscharopoulos ha demostrado que invertir en educación genera beneficios anuales entre el 10% y 25%. Art. Rolnick y Rob Grunewald, del Banco de la Reserva  Federal de Minneapolis, han evaluado el retorno de la inversión en  desarrollo del talento en el 16% anual, lo que significa  en la práctica que por cada peso ($1.00) invertido se obtiene  $18.800.

La inmensa mayoría de los niños y jóvenes que acceden a la educación pública no tienen información familiar sobre la importancia de ver la educación como una inversión a largo plazo sino no como un pasatiempo. Y aún más, conocí numerosas madres cabeza de familia que envían sus hijos al colegio, no a estudiar sino a justificar y mantener el subsidio de familias en Acción. Y cuando se acude al Colegio no a estudiar, se pierde la visión de largo plazo de ver la educación como una inversión, y se cae con los años en una pobreza igual o mayor a la existente en el hogar de la madre cabeza de familia que solo se preocupó por el valor nominal del subsidio de familias en acción.

Otro premio nobel de Economía, James Heckman ha insistido en la existencia de  círculos. “Los círculos virtuosos” que instan a aprender  cada vez más y “los círculos viciosos” que son aquellos que deprecian continuamente el talento.

Esos círculos dan luz sobre la existencia de buena parte de las desigualdades: Salariales, económicas, incluso sociales. Esas desigualdades provienen de la diferencias de aprendizaje. Reciben más paga quienes viven en círculos virtuosos y engruesan los batallones de pobres quienes viven en círculos viciosos, es decir, quienes no desarrollan los talentos y no se arriesgan a hacerlo.


Las personas que viven en “círculos virtuosos” tienen una “mentalidad de crecimiento”; son las que creen que sus cualidades básicas deben cultivarse mediante el esfuerzo y el aprendizaje. Buscan experiencias que impliquen desafíos, con el objeto que sus aptitudes evolucionen a nivel superior. De lo anterior se infiere que la clave es considerar el talento desde una mentalidad de superación, de mejora, de desarrollo, de aprendizaje.

Quienes tenemos una mentalidad de crecimiento y vivimos en círculos virtuosos, somos buenos padres, buenos maestros, buenos jefes, compañeros y amigos, incluso, buenos amantes.


La mayoría de las personas tienen una mentalidad fija, es decir, viven en círculos viciosos. Son aquellos que dicen “se tiene o no se tiene inteligencia”. Carol Dweck afirmó que “las personas con mentalidad fija” creen que la inteligencia como el talento son rasgos fijos. Que tiene cierta cantidad de ellas, y listo. Se esfuerzan todo el tiempo en demostrar que son talentosas e inteligentes, que son ganadoras y no perdedoras. Tratan de que nadie advierta sus deficiencias y se amargan si sus aptitudes no son reconocidas de la manera que ellas piensan que se la merecían. Por el contario las personas con “mentalidad en crecimiento” son las que “creen que sus cualidades básicas pueden cultivarse mediante el esfuerzo y el aprendizaje.


Recuerdo la regla de Pareto que conocí estudiando control de calidad hace ya tantos años. Es la regla del 80/20. El 20% de la población tiene una mentalidad en crecimiento, mientras que el 80% de la población tienen una mentalidad fija. La pregunta al lector es cual porcentaje se cree que esta? O en cual grupo poblacional están cada uno de sus hijos?.

Cuando uno como padre o como docente elogia a la inteligencia, más no los esfuerzos que hace  quien elogiamos, estamos reforzando la  mentalidad fija. Cuando un jefe solo reconoce los resultados y mirar el desarrollo de los procesos está reforzando la mentalidad fija.

En el evangelio San Mateo (13:12) podemos leer, como conclusión de la parábola de los talentos: “ a todo el que tiene, más le será dado, y tendrá en abundancia, mientras al que no tiene se le quitará hasta lo poco que posee”. Se infiere de la lectura que el talento se aprecia-coge valor- o se deprecia-pierde valor-, pero nunca se mantiene constante. Es decir, de los errores se aprende, solo corrigiéndolos, las personas mejoran solo alentándolas.


Finalmente, un padre hace atrae riqueza posterior invirtiendo en educación en sus hijos. Un niño o un joven pueden llegar a tener lo que anhela si aprovecha la educación para formar y desarrollar los talentos. Un maestro cumple a cabalidad su misión si programa actividades pedagógicas para desarrollar en sus estudiantes las competencias genéricas que son aquellas que resultan indispensables para su desempeño laboral, social y cívico de todo ciudadano.

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