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domingo, 12 de junio de 2022

El paladín

Conocía los desechos, senderos, caminos y carreteras para acceder al reducido casco urbano de las ruinas de la estación del tren de Providencia. Los había transitado siendo niño para visitar abuelos maternos y tíos -comentaron quienes lo distinguieron y se enteraron de sus escondidas andanzas. Para no dejar rastros en su fuga, escogió una ruta para sumarse -desapercibido- en la clausura del evento deportivo del grupo juvenil y del bazar de la acción comunal para mejoras en la escuela del lugar. Seleccionó la ruta más corta y con penumbras para abandonar el poblado -por la abandonada ruta del tren que no regresó en 1.976-, la zona y el departamento en una flota intermunicipal para esfumarse entre las casuchas asentadas en uno de los cerros poblados de Soacha, Cundinamarca. Años despues, transitando por una de las empinadas y escarpadas calles de uno de los improvisados barrios, cayó sin resuello, por medio similar a los que usó, siendo borradas sus huellas en algún expediente judicial del pais del Sagrado Corazón.

El balón de microfútbol fue remplazado por la cerveza para calentar los ánimos de los vecinos que se juntaron con los jugadores y comunales bajo las carpas que guarecían las ollas, las escasas mesas y sillas plásticas en donde celebraban el encuentro veredal y se escuchaban opiniones y percepciones sobre el auge del conflicto armado y las propuestas del exgobernador de Antioquia, aspirante a la presidencia y los proyectos del joven alcalde recién de origen liberal que tambien fue elegido como otra opción a la enraizada en la municipalidad para administrar la cosa pública vista como un fortín político familiar.


El esbirro no tenia afán. Era calculador y relajado. Llegó al escenario del bazar en las postreras horas del día 9 de septiembre de 2001. Ya tenía identificada el objetivo. Ya había escogido el lugar y el momento de cumplir la misión por la cual había recibido otra paga. El lote donde se construyeron las seis aulas en tres bloques de un piso en 1.964 con ayuda de la Alianza para el Progreso que, entonces acogieron a más de 150 niños de seis veredas circunvecinas, solo ha tenido un portón metálico de dos hojas. Es el único acceso a la zona escolar.


El objetivo, un joven estudiante de especialización de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Tunja, creada e instituida por su admirado General Rojas Pinilla, cuando dirigió la junta militar, luego de un golpe de Estado al conservador nazi, Laureano Gómez. El militar se posesionó el 13 de junio de 1953 y fue derrocado -despues de diez dias un paro nacional-, por los partidos liberal y conservador, el 13 de mayo de 1957. El marcado, el coordinador de los grupos juveniles católicos de la parroquia Santa Bárbara, el fundador del “Movimiento Renovación puentana” con el que aspiró al concejo en 1.997 y le faltaron votos para ser elegido. Se convirtió en concejal en el 2.000 -en ese entonces el periodo era de tres años- y empezó a ejercer el 1º de enero de 2.001 siendo alcalde Yury García, el ciudadano que instauró la celebración del 8 de mayo como el día comunero para recordar la 1ª victoria comunera en 1.781 en esa localidad cuando los comuneros, sin quemar un tiro, atajaron a la guardia real española y la devolvieron a Santafé para notificar al Virrey español de las demandas de los caminantes . El nacido en la vereda Páramo,  había logrado terminar la primaria en la escuela de Quebrada Negra perteneciente a la vereda Páramo, cercana dos kilómetros de la casa de cuatro aguas en donde había nacido junto con sus diez hermanos-ocho mujeres- y obtenido el grado de bachiller técnico en la Industrial Francisco de Paula Santander asentada en la playa del rio Sarabita del casco urbano donde nació el extinto músico Lelio Olarte Pardo, muerto 61 años antes. Estaba terminando al carrera de Administración de Empresas en la UPTC, titulo que fue entregado a la esposa, luego del vil asesinato. 


El seguidor, vestía de negro con chamarra azabache. Usaba cachucha negra y un poncho de igual tonalidad. Calzaba tenis Croydon azules y llevaba consigo un bordón de algarrobo seco al calor del fogón con brincho ajado por agua y barro de los caminos abandonados por las recuas de mulas y jinetes sin zamarros y fuete. Sus ojos de búho escudriñaban en la oscuridad cualquier movimiento humano para evitar ser observado, sin perder de vista el portillo por el que tenía que salir el concejal, patrocinador del campeonato juvenil y propiciador del bazar pro-fondos escolares. Sentado una veces en los barrancos, otras caminando alrededor del campero, pensaba en su padre descolgándose a la cuarta edad que no ejerció la disciplina con la que crio a los hijos mayores del primer matrimonio décadas atrás borradas por las lluvias deslizadas a las negras aguas de la quebrada la Negra. Pensaba en los sufrimientos de su joven madre que no tenía ni idea donde estaba y en que andanzas caminaba en su mocedad incierta. Ella estaba contenta con su pobreza-pensaba- pero yo, no seré uno más de los mismos -se retaba. Una cosa es ganarse el jornal recogiendo guayaba, cortando y arrimando caña, tirando azadón, y otra, ganársela fácil apretando el gatillo. -Lo tenía muy claro. Igual de claro tenía los puntos en donde debía disparar con calma y precisión. Con tres tiros bastaba para cumplir la tarea; el resto de la carga es prevención para evitar sobresaltos, en caso de defensa-pensaba mientras acariciaba nervioso la pistola que siempre quiso tener y mostrar entre los chicos de la escuela en donde estudio a unos 30 kilómetros donde se encontraba. La misma arma que ya había estado en uso en la vía a la vereda Delicias en la que cayó otro líder del partido liberal, el joven, Mario Reinaldo gerena cuando partía de la casa de sus padres al trabajo en el casco urbano.


El concejal, un empleado del Banco Popular de la oficina de Puente Nacional, padre de dos niñas y un varón, revisó su Victorinox fieldForce portado en la mano izquierda. Marcaba las nueve pm. Es tarde -pensó- es hora de regresar a casa -decidió- la familia lo estaría aguardando. Empezó a despedirse de cada uno de los conocidos con quienes compartía unas cervezas. Lo hizo con un abrazo, un cruce de manos y un agradecimiento por confiar en él como vocero de la región en el Concejo Municipal y líder del "Movimiento de renovación puentana". No aceptó que lo acompañasen hasta el carro. Se encontraba en sus cabales. Las docena de cervezas no le habían hecho efecto, pues había contrarrestado el alcohol con un suculento piquete con gallina y carne asada en el mismo lugar donde estaba departiendo con seguidores de la “Movimiento Renovación puentana”.

Salió sin preocupación. Solo pensando en manejar despacio de regreso al poblado. En su mano derecha portaba una bolsa plástica, y en ella, un suculento piquete abrigado en hojas de plátano para sus pequeños y adorable esposa a quien enamoró siendo niña y la desposó 9 años despues de un noviazgo juvenil. A la mano izquierda, pasó el presente y con la derecha buscó la llave en el bolsillo. Se dirigió al automotor cobijado por la oscuridad. Desde ella, le sorprendieron tres fogonazos que se apagaron en su tórax. Intentó trancarse en el chasis del carro, pero se desplomó sin poderlo evitar. Cayó como una guayaba bajada con un garrotazo. Sintió intenso dolor. Su respiración se agitó. Le escaseaba el aire. Quiso gritar, pero la voz se esfumó dentro de sí. Pensando en ella, quiso avisarle con un beso que la amenaza se había cumplido, pero sus pensamientos se esfumaron sintiéndose amado por la única chica que amó y con la que está eternamente.


Los disparos esparcieron a los asustados. Los curiosos salieron a verificar que había ocurrido; entre ellos, quienes departieron con él la ultima hora de su vida como líder juvenil. Lo encontraron en el piso sangrando y sin conocimiento, pero con respiración. Con premura consiguieron una camioneta y lo trasladaron con afán al hospital Integrado San Antonio de la localidad. Su novia eterna, guarecía a los hijos a una cuadra del centro hospitalario. Un joven del grupo juvenil de Providencia, golpeó la puerta con insistencia. La profe, dormida, soñaba auxiliando a un alumno herido nadando en un charco de sangre. Se levantó presurosa. Abrió la puerta. La noticia la embriagó en llanto, dolor y desespero. Se vistió en un santiamén y salió presurosa al hospital. La enfermera que atendía al herido le informó que no había algodón, ni jeringas, ni un bisturí para prestar atención médica. Ni la ambulancia tenía gasolina para el traslado a Vélez.  Ella regresó a la casa por dinero, luego corrió tres cuadras abajo a la droguería de Gabriel Murillo, el boticario amigo de todos en la región y disponible a cualquier hora, quien se solidarizó con la profe,  y agregó al pedido, medicamentos para atender al herido. La profe de Muralla -escuela donde laboraba- regresó en un santiamén al centro hospitalario. El adalid había muerto.

Fue el promotor inicial de las cabalgatas en Puente Nacional. En este registro lo acompañan hacia Santa Sofía, los caballistas: Arístides Contreras(q.e.p.d.), Agapito Castro, Miguel Sanchez(q.e.p.d.), y 4 jóvenes de Jarantivá. A la derecha, Rafael Pineda Gómez acompañados por tres mujeres amantes de los caballos.

La victima, hizo honor al nombre de su padre, Juan, quien fue un líder religioso y comunal, misericordioso y servicial, adoptado por un par de ancianos campesinos de la vereda Montes que le conservaron el apellido. El apellido Pineda. El caído, hermano de ocho damas recordadas en la comarca como las bellas blancas por su piel y cabello pardo. Cinco de ellas con profesión, pedagogía. Hoy, Juan, ronda un siglo de vida. Las nuevas generaciones no saben que él fue un promotor de los rosarios a la Virgen en cada hogar para recaudar dinero para levantar el templo de Quebrada Negra y la construcción de la escuela del mismo lugar donde el adalid cursó las primeras letras.


El líder social, gozó de una madre amorosa, trabajadora; partera y sobandera, horneadora de las mejores almojábanas de la comarca, quien asumió el hogar, mientras el marido, Juan, se fue a Venezuela a trabajar sin descanso para lograr educar con el bachillerato a seis de los hijos, comprando una casa esquinera en la vía del acceso antiguo a Puente Nacional paralela al rio Suárez, en la que Teresa organizó la panadería y cuidó de sus hijos, alternando su labor con los servicios en la parroquia como apóstol seglar.


En la casa de adobe con teja de barro posada en una planada a menos de cien metros del lecho de la quebrada Jarantivá, sombreada por un par de pinos, signo de los Pineda que allí vivieron, se deteriora lentamente arrugada por los vientos de agosto y mojada por las lluvias de abril y mayo que hinchen la quebrada que surte de agua a más de mil familias puentanas, sin que a la fecha, ningún burgomaestre se empeñe en comprar los dos predios en donde brotan humedales que conservan el origen de esta fuente hídrica que nutre a la quebrada Aguablanca para embellecer la cañada en la que asentaron el histórico Hotel Agua Blanca, construido en la dictadura del general Rojas Pinilla en la década del  cincuenta del siglo XX.


En el lapso que fue eliminado el adalid -por usar la palabra dicha y pensar diferente a los incrustados en el poder local-, cayeron en iguales circunstancias y motivo, los hermanos: Siervo Tulio y Samuel Gamboa Supelano en Sabaneta - vereda Montes- y Mario Reinaldo Gerena, en la vereda Delicias del mismo municipio de la guabina y el tiple.  En el libro. “Tras las huellas del maestro”, el sacerdote Benjamín Pelayo, promotor de la pastoral juvenil diocesana, en ese entonces, narra que por igual causa -usar la palabra ducha- cayeron bajo las balas defensoras del estatus quo: Jacinto Quiroga en la vereda Guayabal de Bolívar; una familia fue asesinada en la vereda Alto Nogales de Sucre, salvándose tres niñas que estaban en el aljibe trayendo agua para el consumo doméstico. Las niñas fueron acogidas por Ben posta, organización no gubernamental que les brindó estudios universitarios. El mismo sacerdote, y el hoy, sacerdote Fredy Gamboa natural de  Providencia y que ejercían su misión pastoral en la parroquia de Puente Nacional, debieron abandonar la Diócesis para salvaguardar sus vidas. Mientras transitaba entre Puente Nacional y Barbosa, Pelayo fue advertido con una llamada telefónica, que lo estaban sesteando para eliminarlo del camino de la doctrina social de la Iglesia.  No tuvo la misma suerte el misionero secular José Antonio Beltrán-un gigante en miniatura-, ultimado y martirizado en la vereda Cucuchonal del municipio de San Ignacio el 2 de octubre de 1.991 bajo las balas de una célula de las Farc, por asistir litúrgicamente a campesinos de veredas patrulladas por los tiznados de San Bosco de Laverde, en igual servicio pastoral a los habitantes de veredas controladas por la misma guerrilla. 32 años despues, el padre Beltrán es considerado un mártir de la paz y se está aunando información para declararlo beato de la paz.


Varios jóvenes campesinos veredales, familias campesinas y profesionales simpatizantes del movimiento de "Renovación Puentana", debieron abandonar la municipalidad para preservar sus vidas. Entre los profesionales, la abogada y ex-personera,  María Luz Rozo González, oriunda de la vereda Páramo y su esposo, construyeron patrimonio y se desarrollaron exitosamente en una ciudad capital fuera de Santander. 


Según a JEP desde 2.016 luego de firmar los acuerdos de paz en Colombia, a la fecha, se han asesinado 904 lideres sociales, personas que usaron “la palabra dicha” en sus comunidades. Las estadísticas registran que en Colombia se han asesinado a 163 personas cuyo medio de trabajo fue “la palabra escrita”. 163 periodistas que usaron la palabra para denunciar. En menos de 70 años, he leído en la prensa, el sacrificio de más de un millar de adalides cuya única espada fue la palabra: “La palabra dicha” y “La palabra escrita”.

Un artesano de la palabra refiriéndose a ella, un mes antes del martirio del padre Beltrán, escribió: “Ella es vida o muerte; es materia o espíritu; es verdad o mentira; es propia o ajena; es rica y pobre. Se puede prestar o vender; es todo y es parte; es libre, pero puede encadenarse; es arma o escudo; es bella o inmunda; es Dios o demonio… ¡Es la palabra¡”.


   San Gil, junio 13 de 2022

Nauro Torres Quintero


A LA MEMORIA DE RAFAEL PINEDA GÓMEZ


Con las palabras entrecortadas que produce este vil asesinato, presento este saludo en nombre de la comunidad universitaria Upetecista de la facultad seccional Chiquinquirá que siempre fue su casa, su lugar, su campo de encuentro con la vida y la palabra.


A su familia y a sus compañeros de trabajo, al pueblo de Puente Nacional que lo vio crecer, estudiar y defender las causas justas, estas palabras solo alcanzan a llevar una pequeña parte de nuestro afecto.

No alcanza el dolor para lamentar la perdida de Rafael, el estudiante, el hombre que con su serenidad y responsabilidad universitaria convocó a la comunidad académica  cuando se hizo necesario  contribuyendo para que ésta recobrara  su unidad institucional y el orden que reconoce la legitimidad del reconocimiento volviera a su lugar, al justo lugar en donde solo puede habitar el debate y la palabra.


 No alcanzará el dolor, ya lo sabemos para encontrar respuesta que colocaron los asesinos  en sus armas. No nos alcanzará el dolor para lamentar la partida inesperada de Rafael, menos las balas en complicidad con las mismas oligarquías que Gaitán condenara hace 80 años, siguen llevando su barbarie a los campos y veredas  donde la voz de los que luchan se levantan en justicia. 

No nos alcanzará el dolor ni la tristeza. siquiera para ultrajar al asesino, en cambio nos sobrará alegría para recordar a Rafael, al mejor estudiante graduado en nuestra universidad en el nuevo siglo, al compañero que convirtió la solidaridad en afecto e hizo del conocimiento, y la palabra, su herramienta de trabajo cotidiano para el ejercicio de la politica y el apoyo de la construcción de ciudadanos libres. 

Rafael se ha quedado con nosotros, está en el corazón de todos los hombres  y mujeres que hacemos parte de esta universidad como profesores, estudiantes y trabajadores, pero tambien está en el mío propio, acorazado con palabras. 

Rafael, fue un hombre de lucha y valentía, por eso, para ustedes y nosotros, la solidaridad y el afecto será las eternas compañeras para entregarle, ahora y siempre, el mejor homenaje a Rafael; el de ustedes. el nuestro, aquel que para todos, alcanzaba la mirada hasta la más leve injusticia. 

En nombre de la comunidad universitaria Upetecista que siempre llevó muy adentro, defendió, asumió y respetó, queremos ofrendar a su memoria, desde hoy, a nombre de nuestra sala principal de actos culturales, como una señal que contribuya  a perpetuar su compañía, y en esa forma serena y tranquila de habitar entre nosotros.

Con el afecto de siempre recordamos nuevamente que los hombres que luchan no mueren, porque de ellos nace la idea de que para la vida miles de vidas y para la vida, la dignidad.  

"Pedimos castigo, clamó entre versos, Neruda, pedimos castigo y aun basta a la impunidad"

Manuel H. Restrepo Domínguez 
Decano UPTC- Chiquinquirá
Septiembre 10 de 2.001.

 

12 comentarios:

  1. Por un lado me da mucha tristeza ese recuerdo, pero por el otro siento enorme orgullo de la huella que dejó mi Tío, leer esas líneas dónde lo recuerdan como un gran ser humano, un gran padre, Hijo, hermano y Tío me inspira a ser cada vez mejor ser humano y saber que todo lo que nos propongamos si accionamos con pasión y cariño lo vamos a lograr. Siempre podemos ser mejores en oro de nuestra comunidad.

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    1. Cordial saludo. La jornada diaria tiene el día y la noche. La vida se compone de alegrías, tristezas y dolores. Amores y desamores. Uno se pasa la vida aprendiendo. Incluso la muerte es un aprendizaje. La vida y la muerte de el Paladín, fue un referente y un espejo que dejó en sus hijos, familiares y conocidos, un libro de enseñanzas, pero sólo los lectores de la vida-es tu caso- las toma, las asume y las comparte.

      Él fue un palabrero de la palabra dicha. La historia contará si su siembra fue en tierra fertil.

      Es un aliciente leer un comentario de un familiar del difunto.

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  2. Nauro mi admiración por todo su trabajo que ha emprendido escribiendo historias de la vida real, colocando muchas veces jococidad en sus escritos.
    Si señor a mi hermano Rafael lo quitaron del camino sin conocer aún la realidad de su vil muerte. Fueron momentos muy difíciles sobre todo para mis padres que no encontraron explicación del por qué le habían arrebatado a su amado hijo. A Dios y al Santísima Virgen colocamos en sus santas la manos justicia verdadera .

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  3. Gracias por ayudarnos a qué su escencia sea recordada, aún por quienes no tuvieron la fortuna de conocerlo.

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    1. Es una de las misiones de quienes escribimos relatos e historias. a ti, por compartir y comentar mis historias sin contar.

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  4. Apreciada lectora, soy un palabrero de la palabra escrita. Escribo historias sin contar. La realidad es fuente de inspiración de los escritores. El hecho en sí, 21 años despues, es hoy, un recuerdo para los allegados, como tu; pero para quienes lo conocieron en su trabajo de la palabra dicha, tendrán una oportunidad de hacer remembranzas.

    La vida de Rafael, y su deceso no fue en vano. Y como escribidor y vecino de esa localidad, simplemente dejo en la arena, un relato sobre un hombre que vivió para servir. Y como otros tantos, en Colombia, lo sacaron del, camino; pero en ese camino florecen nuevos adalides, tal vez, no en la misma región, pero si en otras partes de nuestro hermoso y martirizado pais.
    Por los registros de mi blog, 600 personas han leído esta historia, mas cercana a la literatura que a la realidad.

    Gracias por dejar su huella en mi blog.

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  5. Gracias por no permitir que quede en el olvido. Los hombres mueren las ideas continúan. Paz en su tumba a este gran líder, esposo,padre,hijo. Siempre en nuestros corazones

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    1. Amiga, escribo con esa misión. No ser ni dejar que líderes formen parte del olvido. No solo prevalecen nuestras cenizas, más lo son nuestras letras. Mis letras. Hoy, fugaces. tal vez, mañana, historia.

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  6. Un gran hombre honrado y trabajador, víctima de la ignorancia y la ambición, por ningún motivo se justifica su muerte.

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    1. Le asiste la razón, menos que fue víctima de la ignorancia. Su muerte fue determinada. Su asesinato fue calculado. La huida y protección del victimario permitió que la vil muerte quedara impune.

      Si lees los comentarios anteriores, ninguno hace referencia al fenómeno de la violencia contra los líderes sociales que históricamente ocurre en Colombia porque se ahogan las voces de quienes piensan que la política es el libre ejercicio de la palabra, el debate y la conciliación.

      La muerte si es provocada, no tiene justificación, estamos de acuerdo. Pero el que el sistema judicial colombiano no haya encontrado al victimario es recurrente en esa población donde ocurrió el hecho.

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  7. Mi Padrino un hombre humilde y trabajador, cómo le decía mi Padre QDP " Compadre Rafa"

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    1. Su apreciación, coincide con centenares de personas que le conocieron. Que tu orgullo de ahijado prevalezca ante las dificultades, y a la vez, su ejemplo continúe siendo faro para su vida.

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Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

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