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miércoles, 11 de noviembre de 2020

Mi abuelo, el comunero


Mi nono me contó que estas tierras santandereanas del Sur de Santander estuvieron pobladas por indígenas Muiscas y Guanes. Los primeros en la provincia de Vélez, Boyacá y Cundinamarca; los segundos entre los ríos Suarez, Chicamocha y Oro en los departamentos Norte y Sur de Santander.

Dijo el nono que los primeros conquistadores en tierra firme treparon por el rio Carare y Opón, y los otros, por tierra desde las lejanas tierras de Venezuela. 



Gonzalo Jiménez de Quesada y Martin Galeano y unos 167 españoles de los 800 que se embarcaron junto con un cura, centenares de cargueros, indios de servicio semiesclavizados llamados naborías que iban abriendo trocha y traían las provisiones,  60 caballos y numerosos perros mastines de presa, guiados por yanaconas arribaron y treparon por la desembocadura del rio Carare, y luego, el rio Opón, en tierras bermejas, y por este último, buscaron el origen de esta fuente hídrica, avanzando hasta aguas navegables en tierras hoy del municipio de San Ignacio. Allí amarraron sus canoas y balsas de vela y remo. Treparon por el camino indígena de la sal que los condujo al cacicazgo de los Chipataes, en donde el sacerdote Bartolomé de las Casas, celebró la primera misa en los Andes Americanos. Los indígenas los recibieron con obsequios, como es la costumbre aun en esta región. Les brindaron alhajas en oro y esmeraldas, usadas en ese entonces como presentes a los jeques, príncipes y sacerdotes de la etnia Muisca.



Los españoles respondieron a las atenciones de los indígenas, sometiéndolos, avasallándolos y esclavizando a otros para que los guiasen contra su voluntad, por caminos usados por los nativos para el intercambio comercial entre comunidades indígenas de diferentes cacicazgos y etnias, pero con la ambición de encontrar el cacique revestido en oro y esmeraldas.


Los hispanos, traían en su sangre la ambición por el oro, y la creencia en un Dios único, guerrero con un delegado terrenal: un papa y un rey con poderes absolutos; se creian superiores a los recién encontrados en las montañas de Santander, y luego en la sabana cundiboyacense.


Con la espada de acero, arcabuces, fornidos caballos, perros feroces entrenados para cazar osos y la cruz guindada por un cura, ambos predicando la obediencia absoluta a un rey lejano, depusieron a las autoridades y dioses indígenas, e impusieron sus creencias.


A cada cacicazgo al que arribaban actuaron de igual manera, fundando ciudades donde estaban los ranchos y viviendas en tierra de las sedes de los cacicazgos. Así ocurrió con Hunza, hoy Tunja,}; con Bacatá, hoy Bogotá; con Caly, hoy Cali; con Pubene, hoy Popayán; pero en otros poblados, si los españoles lograban pronunciar el nombre, las refundaron con el mismo apelativo indígena, por ejemplo: Zipaquirá, Zipacón, Facatativá, Chía, Guavatá, Chipatá, y Jarantivá, vereda de mis ancestros en Puente Nacional.


Mi abuelo, en sus noches antes de irse a dormir, en el corredor de la casa de adobe en donde nacieron sus padres, me contó que el abuso e intentos de dominación de otras tribus, y lo quebrado de nuestras tierras, así como la variedad de climas, nos convirtieron en indomables.


Los caciques muiscas: Saboyá y Tisquizoque, hoy provincia de Vélez enfrentaron por treinta años a los españoles. Saboyá fue apresado dos veces, y en ambas ocasiones, se les voló y terminó uniéndose a los tisquizoques. El cacique Guanentá y el cacique Chanchón, ambos Guanes, murieron defendiendo sus tierras, sus súbditos y a las mujeres; en tierras hoy de las provincias comunera y guanentina, Santander.


Un nutrido número de los varones murieron batallando contra los hispanos; la gran mayoría, por las enfermedades que trajeron los blancos con barba y armadura; otros, de tristeza por los confinamientos que implementaron para apropiarse de las tierras; y otros, en las minas de oro; pero a las mujeres, como los españoles que llegaron en los tres primeros viajes de Colón, no traían, las usaron como concubinas unas, otras como amantes, otras como esposas; y se cruzaron los ADN en el transcurso del mayor genocidio ocurrido hasta ahora, en la humanidad.


Mis ancestros son el resultado de ese cruce, afirmaba mi abuelo.  Y como la sangre la pone en uno, la madre, nosotros siempre hemos sido intolerantes con las injusticias.


En 1.781 los descendientes de estas dos etnias, ya mezcladas, se levantaron, inicialmente en tierras guanes, y luego se unieron las sangres muiscas y conformaron lo que se conoce aún, como los comuneros. Contra la fidelidad y obediencia absoluta al rey borbón Carlos III y por el abuso en la implementación de altos impuestos ordenados por la corona española para recaudar fondos para sostener la guerra contra los ingleses; el abuso de los delegados del rey obligó a los habitantes de los pueblos, a levantarse contra la tiranía española demandando justicia social e iguales derechos a los blancos, criollos, mestizos y esclavos.


El descontento empezó en Mogotes, luego San Gil, Puente Real de Vélez, Tunja, Leiva, Sogamoso, Santa Rosa, Chiquinquirá y Socorro; y como si fuese una peregrinación, decía mi abuelo, marcharon armados varios miles, hasta formar un ejército de unos veinte mil con la única intención de tomarse a Santafé e instaurar un gobierno popular.

Como ya les había contado, mis ancestros brotaron en Puente real de Vélez, hoy Puente Nacional. En este lugar, liderados por Joseph Antonio Galán lograron derrotar militar y moralmente a la comisión armada del virrey español enviada para enfrentarlos y detenerlos.


Los comuneros continuaron hacia Bogotá, pero en Mortiño los recibió el arzobispo Caballero y Góngora quien encontró aliados a los comandantes criollos, comerciantes y aristócratas socorranos con quienes firmaron el 7 de junio de 1.781 unos acuerdos conocidos como las fallidas “Capitulaciones de Zipaquirá”.


Antes de la firma, los comuneros ya estaban divididos: Los firmantes, fieles a la consigna “Viva el Rey, abajo el mal gobierno” de Manuela Beltrán el 16 de marzo de 1.781 en el Socorro, solo deseaban que les disminuyeran los tributos, mejoraran el gobierno, reconociendo fidelidad al Rey y obediencia al Papa.  

Los comuneros, en menor número regresaron bajo el mando del regidor y terrateniente Juan Francisco Berbeo y Salvador Plata, quien afirmó que lo obligaron “con lanzas en el pecho”.  Éstos dos, el 18 de abril de 1.781, habían firmado una protesta notarial para poder exhibir, en su debido momento, documentos que los eximieran de toda culpabilidad en los concerniente a la fidelidad al Rey; pero el grueso de los comuneros integrado por mestizos, indígenas y esclavos desconfiaron de los oficios del prelado y los comerciantes y aristócratas socorranos. Y, en vez de retornar por el mismo camino, se explayaron por Cundinamarca, Tolima y Boyacá sembrando el descontento para suscitar la transformación del orden institucional de la colonia y contra el absolutismo y fidelidad al Rey, liderados por el charaleño Joseph Antonio Galán desde el 9 del mismo mes y año.


Al regresar Galán a Santander, sus compañeros de conducción comunera y con peculio de Salvador Plata ofrecieron financiar la expedición contra el capitán charaleño, deteniéndolo y apresándolo el 13 de octubre de 1.781 en Chaguanete entre Mogotes y Onzaga, empezando a cumplirse “La misión religiosa de purga terrorista” ordenada por el Virrey Flórez, quien había repudiado el acuerdo estando en Cartagena. Allí, pidió el regreso a España, y en su remplazo, el Rey nombró a Juan de Torrezar Diaz Pimienta.


Al llegar al nuevo reino de Granada, Diaz Pimienta fue agasajado en los pueblos de paso desde Cartagena hasta Santafé.  Murió indigestado tres dias después de su llegada a la sede del virreinato. De la manga de su mortaja apareció un papel designando Virrey al arzobispo Caballero y Góngora. El prelado, junto con una decena de religiosos se empeñaron en la tarea de apaciguar a los comuneros condenando al infierno a quienes participaron en la revuelta comunera.  El Virrey arzobispo permaneció en el Socorro desde el 14 de julio hasta el 3 de diciembre de 1.781, sellando la alianza con los aristócratas y comerciantes socorranos, quienes, para continuar usufructuando las prebendas oficiales, pactan el señalamiento y entrega de los demás capitanes comuneros.


El 30 de enero de 1.782, por decisión unánime de los cinco jueces de la Alta Corte Judicial del virreinato español, sin iniciar el proceso penal contra José Antonio Galán, sin interposición de denuncia penal oral o escrita de algún adversario que se hiciera parte, se condena mediante sentencia por los siguientes delitos: “invadir poblaciones, interceptar la correspondencia de oficio y publica, acuadrillar y capitanear gentes, sublevar pueblos, saquear las administraciones de aguardiente, tabaco y naipes, nombrar capitanes a los sediciosos y rebeldes, faltar al sagrado respeto a la justicia, resistir a dos partidas (cuadrillas) desarmarlos y hacerlos prisioneros, repetir los saqueos, atropellar alcaldes de las poblaciones, sacar y repartir los efectos, dejar nombrados capitanes, insultar al gobernador de Mariquita,  atropellar a los hacendados y aristócratas, retornar a Mogotes, hacer terror y escándalos en los pueblos, hacerse ver como invulnerable, suscitar y promover hechos y dichos sediciosos para una nueva rebelión, escribir cartas a los corresponsales, comunicar sus proyectos, abultar el numero de malvados secuaces y pueblos rebeldes, esparcir noticias de conmoción, emprender fuga, poner resistencia a la justicia, levantar tropas, cometer asombrosos excesos contra el Rey, desertar el regimiento de Cartagena, y ser un monstruo de maldad y objeto de abominación,”(…)


El fin de las penas decididas por el alto tribunal, tanto para José Antonio Galán, como para los tres colectivos populares que cobija la sentencia, estuvieron dirigidas a torturar, matar, decapitar, exhibir cabezas, descuartizar cuerpos, decomisar y confiscar bienes, declarar infames las descendencias de los inculpados, a desterrar a 200 kms. a la redonda dentro del virreinato y expatriar a dos de los hermanos del prócer para el continente de África”.


Luego de la detención del capitán comunero, fue conducido desde Mogotes al Socorro y de allí a la cárcel de Santafé donde el 30 de enero de 1.782 le profirieron la sentencia.


Mi nono preparándose para terminar su relato, con lagrimas escurriendo por las arrugas y con su mirada perdida en el dolor de los recuerdos de sus antepasados, enumeraba las 21 crueldades que le aplicaron al valiente Galán por atreverse a poner en duda la fidelidad al rey y a desconocer su poder absoluto, anhelar justicia e igualdad social y un gobierno con la participación del pueblo.

1.      “Que sea sacado de la cárcel,”

2.      “arrastrado,”

3.      “y llevado al lugar del suplicio,”

4.      “donde sea puesto en la horca hasta que naturalmente muera,”

5.      “bajado,” (de la horca)

6.      “se le corte la cabeza,”

7.      “se divida su cuerpo en cuatro partes y”

8.      “pasado el resto por las llamas (para lo que se encenderá una hoguera delante del patíbulo,”

9.      Su cabeza será conducida a Guaduas teatro de escandalosos insultos:”

10.  “la mano derecha puesta en la plaza del Socorro,”

11.  “la izquierda en la villa de San Gil;”

12.  “el pie derecho en Charalá, lugar de su nacimiento;”

13.  “y el pie izquierdo en el lugar de Mogotes;”

14.  “declarada por infame su descendencia,”

15.  “ocupados todos sus bienes y aplicados al real fisco;”

16.  “asolada su casa”

17.  “y sembrada de sal, para que de esta manera”

18.  “se dé al olvido su infame nombre y”

19.  “acaba con tal vil persona, tan detestable memoria,”

20.  “sin que quede otra que el odio y espanto”

21.  “que inspira la fealdad del delito” (…)



Y retomando tranquilidad y esperanzas, el nono continuaba narrando que 34 años después los hijos de los comuneros que lograron escapar de la persecución, y los que fueron desterrados  a más de 200 leguas, entre ellos, el pinchotano don Pedro Santos, dio vida a más de catorce hijos con una charaleña de apellido Plata y se convirtieron en estafetas y guerrilleros que contribuyeron notablemente a detener y demorar lo refuerzos realistas que desde Venezuela iban a Santafé para enfrentar al general Bolívar al apoyar a los ejércitos del pacificador, Morillo.    

Estos grupos guerrilleros provenientes de los pueblos comuneros fueron liderados por el capitán Fernando Santos Plata y su hermana Antonia Santos. Ella, mártir de la independencia de Colombia.  Contó mi abuelo que Fernando Santos Plata estuvo en la reunión a la que asistieron los militares Francisco de Paula Santander, Simón Bolívar, y Custodio García Rovira ocurrida en Puente Real de Vélez en octubre de 1.810 en la que trazaron la estrategia de una guerra de guerrillas para atacar a batallones realistas y esconderse para hacer mas lento su marcha e impedir la integración de un ejercito mas numeroso y armado para enfrentar a los patriotas.


Mi abuelo murió en 1.928 año en que ocurrió la masacre de las bananeras narrada por Gabriel García Márquez. Mi padre que había nacido 4 años antes, me contaba la misma historia, pero adicionando que su padre había participado en la guerra de los mil dias defendiendo las ideas liberales.

 A su vez mi padre contaba que, siendo muy joven, tenia 15 años fue reclutado a la fuerza un martes en el mercado de Moniquirá cuando vendía un cerdo por orden de mi abuela. Lo reclutó a la fuerza la policía chulavita encargada de actuar como la mano negra contra los liberales que defendían las ideas de Jorge Eliecer Gaitán.


Siendo muy párvulo tenia que acompañar a mi padre, luego de retirarse de las fuerzas armadas de Colombia, al mercado de Puente Nacional. Tenia la misión de cargar en la capotera, y a unos diez pasos atrás de mi padre, el revolver y las balas para defenderse en cualquier emergencia. Y un atardecer de un miércoles marzo de 1.963 fui su guarda espalda cuando debió ir a palabrear con el bandolero Efraín González, bandolero del partido conservador, cuando supo por terceras personas que había sido sindicado, por ser reservista, de ser un sapo. Junto conmigo, guarecidos por la oscuridad, fueron varios amigos armados de mi padre para respaldarlo, por si no se lograba aclarar el malentendido convertido en chisme femenino.

Puente Nacional, Ecoposada La Margarita, noviembre 1º. De 2.020

NAURO WALDO TORRES QUINTERO

T.P. 4650 MEN

 

ALGUNAS FUENTES HISTORICAS

1.      Del infierno a la Gloria, escrito por Álvaro Santamaría Santander. 2.019

2.      José Antonio Galán, gestor de la independencia de Colombia, escrito por Myriam Sanabria de Quiroga. 2.020

3.      Historia de Colombia y sus oligarquías, escrito por Antonio Caballero. Ministerio de Cultura, 2018

 

viernes, 6 de noviembre de 2020

Absuelva mis pecados, Señor.

 

¡Usted me perdonará¡ Diosito por no haberme confesado, aún.


Es que, desde mediados de marzo del 2.020, no he podido, ni regresar al colegio, ni ir a la Iglesia; pero no voy a esperar más. Le escribo para confesarme, contarle las pocas alegrías, los muchos sinsabores, mis temores, mis pensamientos y mis peticiones anhelando que esta vez, como antes de la pandemia, me escuche, me calme las angustias y las ansiedades, y en especial, por tener pensamientos diversos y raros de algunos de mis profesores del colegio, a los cuales, no creo que vuelva a ver este año. Le escribo para que me comprenda, perdone mis pecados de pensamiento, palabra y obra y me absuelva con su amor.


Empiezo contando cómo me siento estando confinado y aislado.


Por las clases virtuales y la sarta de tareas que dejan los docentes, vivo sentado 15 horas diarias frente a una pantalla que no remplaza, ni a mis compañeros del curso, ni a los de mi colegio; menos a los profesores. Usted sabe que mi colegio es de dos plantas y tiene dos sencillos patios a los que salimos al descanso y a educación física y aprovechamos para tomar el sol; pero vivo con mis padres mayores en un apartamento con cuatro ventanas y solo a dos de ellas, entra el sol en las mañanas y por las otras dos, el frio en las noches.   Es como estar en una celda con acceso a internet, pero no tengo con quien socializar; hablo solo y grito mientras hago mis diseños en roblox, pero no remplazan a las personas del colegio. Usted no requiere de celular para comunicarse, usted debe disfrutar su soledad viéndonos y juzgándonos. Yo sí, para hablar con mis hermanos y usar en las clases.  A usted no se le cae la señal de internet; a mí, sí, con frecuencia; igual a varios profesores.  


Pido perdón por mis dudas, Dios. Dudas sobre el origen del covid-19. ¿Fue usted para obligar al hombre a enmendarse por el daño causado al paraíso que entregó a la humanidad para acrecentar su creación y estamos destruyendo? ¿O fueron los chinos para apoderarse del mundo? Perdóneme, pero si fueron los de los ojos rasgados, también dudo porque ellos eran muchos los pobres, y en menos de medio siglo han logrado sacar a media población de la pobreza. Lo cierto es que el virus deja dolor, muerte en numerosas familias creyentes o no creyentes.


Pido perdón porque sigo siendo un estudiante del nivel bajo. Lo dicen mis profesores, y ya lo creen mis padres cuando revisan el boletín.


No es para justificarme, pero le voy a contar impresiones sobre las asignaturas y docentes del grado octavo de mi colegio. Un colegio privado de varios que existen en San Gil. Lo hago para expiar mis pecados de pensamiento y de obra.


En el área de ciencias y ambiental uno se entera del origen de la vida, incluso del átomo. En el último periodo, al fin hicimos una práctica con observación, registro grafico y conclusiones. Sembré semillas, esquejes y bulbos. Tres semanas después mediante un video editado y con audio, presenté la tarea, que la profesora evaluó en bajo porque exigía el video sin editar, tal vez para medir el tiempo invertido; sin embargo, aprendí a apreciar el milagro de la vida y observarla para aprender de ella.


De la asignatura de sociales no tengo de que confesarme. Cada vez me enamoro de ella porque la orienta un maestro con una gama cultural que nos ata a sus clases: Para él fue  mas valioso las preguntas que se le hagan y los relatos que hicimos sobre el origen, de derechos y deberes y de los derechos humanos que tienen los textos de la guía.  


En artística, la base es el dibujo técnico y aprenderlo escuchando sin practicar es como confesarse y no comulgar; sin embargo, sigo haciendo diseños. Mi último juego lo hice en 3D y gozo de numerosos seguidores.


Dios, usted no me vaya a poner mucha penitencia; pero es que debo contarle porque crece en mí, la duda sobre la ética y moral y su aplicación en la vida. Este año esa asignatura la designaron a una profesora de matemáticas.


Perdóneme Diosito. Tengo varios pecados mortales.


Mi primer pecado mortal lo cometí en educación física. Mi profe nos enseñó voleibol y de cada clase teníamos que hacer un video, mínimo con 15 golpes al balón. Pues perdí porque entrenar con un balón en mi pieza; y a la vez grabar el video, es de ventrílocuos. Y como él es mi director de grado, por sus señalamientos, soy la mascota del grado.


Usted se va a ofender mas con lo que le voy a contar de la asignatura de filosofía; bueno de la historia de la filosofía y la religión.  Mi profe es una mujer joven y bonita, pero no se le puede preguntar, menos controvertir y nos evalúa con cuestionarios de comprensión lectora sobre textos que narran como el cristianismo incorporó la filosofía griega para expandirse.  Fue escasa la explicación de la esencia de la filosofía griega y el ejemplo de vida de cada uno de sus pensadores; pero la profe se explayó en la patrística y la escolástica y mis anhelos de conocer y practicar el método mayéutico, se esfumó, pues ninguna afirmación en clase y preguntas en una evaluación, tienen como referencia la situación del mundo, y en particular de Colombia, mi patria.

Dios santo perdóneme otra vez. Es que a las matemáticas no les encuentro cabeza ni cola. Mi padre dice que son fundamentales para la vida, pues él empezó a hacer negocios desde los siete años vendiendo naranjas y limones; pero yo, aun no le encuentro relación ni entre las operaciones básicas y su utilidad en la vida, ni entre las asignaturas.


Pienso que la asignatura de lengua castellana y lectoescritura deberían estar estrechamente interrelacionadas en el pensum y en la práctica. Además de tener buena letra legible y leíble y aplicando las normas de ortografía, quienes instruyen en las dos asignaturas deberían empeñarse en inducir a los estudiantes a la lectura para comprender y a escribir para transformar. Deberían enseñar técnicas de lectura; técnicas de redacción, técnicas de comprensión, interpretación y argumentación; pero este año nos limitamos a leer unas sesenta paginas de un libro por periodo y a contar lo leído usando el video, el teatro y la pantomima, esfumándose el gusto por empezar y terminar un texto completo y contarlo, incluso cambiando en final de la historia o relato.

Perdóneme, Señor ¡

Igual pido perdón a los profesores por lo que voy a afirmar: 2.020 fue un año de intenso trabajo para los maestros y alumnos, pero la efectividad de la instrucción fue menor que las clases presenciales. En mi colegio los módulos no fueron adaptados a las circunstancias generadas por el confinamiento. Se usaron los mismos de otros años. Y en el caso de mi colegio, hubo numerosos alumnos que no tenían acceso a internet; les tocó usar el celular para recibir información y entregar evidencias de las tareas.

El covid-19 y su expansión y sus efectos nos va a mantener muchos meses aislados y confinados. La presencia en el mundo esta dejando a numerosas familias sin trabajo, sin sustento y a muchos niños sin estudio.

Si no es un castigo suyo y es el resultado de los desafueros de las potencias económicas y su expansión en buena parte por el descuido de las personas que no usan las normas de bioseguridad, es otra plaga para la humanidad como lo fue la peste negra, la viruela, la gripe y la sífilis para los indígenas cuando fue traída por los conquistadores reduciéndose la población en un noventa por ciento en menos de cien años.

 

 

 

 

miércoles, 14 de octubre de 2020

Galán el comunero

 


"Gran señor, José Antonio Galán.

Toda América te ama, señor Capitán"

Rafael Ortiz


 Elpidia Torres Rodríguez.

 Guapotá

D.RA.

 

Desde su tierra el vergel perdido

del altivo y bravo, Charalá

nació Galán el hombre enardecido

con sed de lucha por la libertad.

 

Nació el guerrero que animaba el pueblo

fiera indomable y misterioso duende

lleva la antorcha con su mano firme

prende la chispa que su llama enciende;

humilde y pobre con los pies descalzos

sin sangre noble ni lujosa capa

no lleva otra arma que el valor de un hombre

ni otro atuendo que su vieja ruana.


              

Santandereano de lienzo vestido

bebió coctel de obrero y en totuma

no vistió sedas como español

y fue estera su sencilla cuna.

ya se presagia la pelea sangrienta

y el comunero perfila su espada

mientras manuela rasga los edictos

rusticas armas el común prepara.

 

El vasallo le pisa los talones

pero el gigante asusta con su acero

decidido avanza con sus hombres

ni un paso atrás grita el comunero.

 

Después de tantas hazañas y aventuras

del insurrecto tambalea su suerte

indignado Berbeo hace firmar

de Galán la sentencia de la muerte.

 

Antes del martirio encienden fuego

al rancho de paja su única riqueza

descuartizan sus manos y sus pies

y reparten su carne y su cabeza.

 

Se oyen los gritos y el clamor del pueblo

que vio el martirio y la muerte de Galán

y en el Socorro parecía el infierno

juraron por su sangre ganar la libertad

 

No pudo llevar más a su espalda

la indigna carga del fatal destino

era soberbio, rebelde e inconforme

charaleño aguerrido campesino

 

Fue tanta la crueldad y la barbarie

que los miembros de su cuerpo dividieron

hoy su alma deambula por las calles

donde hay partes del héroe comunero.


Tomado del poemario Que no calle El Cantor.

pg. 191 edición 1.997

miércoles, 7 de octubre de 2020

Mágico amor: Poema de Nauro Torres Quintero

  

Mágico fue tu amor,

cual dalias en el jardín,

tu aroma, prevalece en mí.


Engalanada en amarillo, purpura o fucsia;

blanco, naranja o rojo;

las imágenes de tu efigie,

 latentes pululan en mis recuerdos.

 

Recuerdos míos, mas no tuyos;

fue tu amor como el agua en la chucua:

abundante en invierno, seca en verano. 

 

De origen mexicano las dalias

pululan en el mundo;

su colorido, forma y aroma

engalanan aún, la pureza de las doncellas

en los quince años.

 


Representan impulsividad, pasión y traición.


Si te contemplaba vestida de blanco,

seducías mi pasión;

sí emperifollada aparecías de rojo,

instabas a vivir intensos momentos

de erótico amor;

sí acicalaba lucias de rosado

en tu regazo meditaba en los dos;

sí aparecías vestida de azul

ya presentía tu fugaz amor;

sí de amarillo estabas,

soñaba que nos guardaríamos fidelidad.


En un amanecer escondías tu cuerpo de gacela

cubierta cual naranja, y no pude evitar

la alegría que se posesionó de mí.

 

Una tarde de invierno; no nos volvimos a ver.


Un manojo de dalias moradas

en casa, recibí;

y como las dalias que florecen en verano,

y mueren en invierno;

no volví a saber de ti. 


NAURO TORRES Q.

OCTUBRE 5 DE 2.020

D.R.A. 

lunes, 5 de octubre de 2020

Amor y odio. Poema de Nauro Torres Quintero

 

“Solo existen dos días en el año en los que nada puede ser hecho.

Uno se llama Ayer y el otro Mañana.

Por lo tanto, Hoy es el día ideal para amar, crecer y principalmente vivir”.
Dalai Lama

NAURO TORRES

2.020

D.R.A.

 

Nacimos con capacidad de amar y ser amados.

 

En una vereda integrada por familias pocas,

los niños que nacían

a los tres meses, quedaban ciegos.


 

Había una mosca que provocaba infección,

el sol, la luna, las estrellas y el universo

negro era para todos;

 la ceguera sellaba los ojos luego de nacer;

 ciegos eran, felices se sentían.

 

Con los años los niños preguntaban,

¿Qué son los ojos?

¿Qué es la visión?

¿Qué significa ver?

 

Allí, esas preguntas no tenían sentido;

 la respuesta siempre fue el silencio.

 

Nacemos con capacidad de amar y ser amados;

afloramos rebosados de amor y sabemos qué es amar;

estamos hechos de un material llamado amor;

emergemos con unos padres que no nos merecemos;

no fueron formados para ser padres,

pues muchos no recibieron de sus progenitores, amor.

 

Entre los abuelos, hubo posesión;

entre los padres, dominación;

el dominar es posesión, celos son,

y como la mosca producía infección,

ceguera en la población;

los celos igual, destruyen el amor.

 

El amor es una frágil flor;

protegerlo, regarlo, desyerbarlo;

es una labranza entre dos y mas. 

 

Mis bisabuelos, padres y mis hijos

fueron víctimas del desamor;

soy un hijo del desamor.

 

Con arcilla, Adán respiró;

de una costilla, Eva resultó,

un paraíso hubo con una prohibición:

“no comáis del fruto de este árbol”;

ya ella, ya él, lo comieron;

 por prohibición,

fueron expulsados, los dos.

 

El Dios bueno, el Dios creador,

por la pérdida de las frutas, se enfadó;

igual proceden los padres con sus hijos,

el amenazarlos y echarlos de la casa

si los preceptos y consejos omiten;

 el miedo es el pan de cada día.

 

Dios y los padres expulsan al niño

a la jungla de la vida;

él para lograr sobrevivir,

el transigir, es el sendero para proseguir.

 

Retorcido y manipulador se torna

para obtener el alimento, sonreír es la táctica,

y en un santiamén el abecé

de la política se asume.


 

Y el odio empieza a anidarse

en la pureza de los niños cuando crecen;

nadie los ama como son,

ni les respetan su valor intrínseco.

 

Para amarlos le imponen condiciones

y en la escuela, para enseñarle, ocurren igual,

en el juego los compañeros hacen su parte;

el niño asume que para ser aceptado

tienen que hacer lo que otros determinan;

y ese amor que nació con él,

se torna en odio y falsedad para sobrevivir

en la jungla de la vida.

 

El amor solo crece con amor;

un jardín sin flores, no lo es;

un huerto sin frutales menos es;

un bosque sin árboles, aves no pululan.

 

Los amores y desamores,

las peleas y los conflictos,

la envidia y la venganza;

el hogar, escuela son.

 

El amor es un crecimiento personal;

hay que desaprender

de los caminos del desamor

eliminar los estorbos del camino

destruir los obstáculos del sendero;

y el amor brota espontaneo y al natural.

 


El amor espontaneo y al natural,

es el espejo del ser;

 cuando amas sin condición y sin medida,

el ego de las personas se desvanece

y la muerte del ego es la posibilidad de vida,

sin dependencia  e indefensión,

el amor sin condiciones florece sin medida.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

ZORRAS, ZORRAS ¡ZORRAS ¡

 NAURO TORRES

2.020

D.R.A.

 

Trapezoidal era su forma,

 una trompa más angosta que la cola;

le permitía escabullirse en los descensos sin impulso,

y en lo plano, desplazarse por inercia;

en las subidas, demandaba halada.

 

En dos ejes principales paralelos

descansaba la estructura;

en el hocico, el más corto y movible;

en eterno coito con tornillo giratorio en el centro;

en el pompis, el más largo y fijo.


El eje del parachoques mantenía empachado

con balinera en cada extremo,

y en ellas, el eje mayor copulaba

sin descanso con otras balineras,

gracias a la grasa que el zorrero inyectaba

antes de cada viaje, loma abajo.

 

Y como todas las colas,

el cigüeñal era más holgado;

cerca al remate derecho,

una suela de alpargate

hacia de apéndice y de freno.

 

Acaballados sobre los dos ejes atravesados,

posaban otros dos ejes más placidos

de igual largor,  más dilatados,

armonizando el esqueleto trapezoidal del velocípedo

que hubo en las calles de los pueblos

cuando ni las ciclas ni los taxis, ni los carros,

irrumpían el silencio y la tranquilidad de los pablados.

 

Un tendal de livianas tablas

eran la carpa y el piso que sobre el chasis

podían trasladarse, ya la carga, los amigos,

o el dueño del velocípedo de palo.

 

Un lazo en U ataba a los extremos del eje de la jeta

que servían de cabrilla y volante

al piloto que ya, sentado o de pie; 

conducía la zorra a su albedrio.

 

Era un deleite construir la zorra;

era un gozo viajar en ella;

era un embeleco impulsarse con el pie en la cima

y escurrirse hasta el atrio del templo a misa;

era un disfrute viajar hasta la galería

y cargar la zorra con canastos con los productos 

del toldo o de la plaza

de las señoras que confiaban al zorrero, sus mercados.

 

Y la paga, no la establecía el piloto ni la zorra;

era a voluntad de la señora que contemplaba

el esfuerzo y el gusto por hacerlo del zorrero.


 

Hoy estas zorras, solo están en memoria de los viejos;

en Manizales y Bogotá les identifican como carritos de balineras,

y anualmente hay una competencia;

en Sansano, Italia, es patrimonio folclórico

en evento anual;

en los hipermercados lo rebautizaron, zorros;

otras, en los bosques y granjas las persiguen

por alimentarse de gallinas hurtadas en las noches;

y en el mundo del eros, imputan zorras,

a las hembras que, en celo, provocan a los machos.

Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.

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