“La muerte no llega con
la vejez,
se apronta con el olvido”
01/11/2000
Henos hoy aquí, en la bahía del eterno río;
en la playa que el dolor sombrea,
en la ensenada donde tantos seres queridos,
náufragos en el mar borrascoso de la vida,
han llegado perecidos a sembrarse en el olvido.
Aquí, declina el sol de la existencia humana
entre el arrullo triste y lúgubre del silencio,
entre el soñar de los melancólicos árboles,
entre las oraciones de los seres piadosos
y entre el llanto de los seres que amó y aman.
Aquí reposan los restos de las personas que nos
fueron caros,
las cenizas de los parientes y amigos
que la parca
muerte los arrancó de su estar
transportándolos envueltos
en cendales de luz a las alturas.
Aquí, señores, aquí en el cementerio
termina la ardua tarea de una vida;
Aquí la flor que ayer aparecía lozana
en el bello jardín de la existencia,
hoy, yace mustia y desojada
regresando al seno de donde vinimos,
a la matriz de la madre tierra.
https://www.youtube.com/watch?v=4-eS66zk-Z0
El camposanto guarece las ambiciones,
los honores, la ostentación, la prepotencia,
el orgullo, la vanidad, el desprecio al
otro…
Aquí en la necrópolis en donde todos somos iguales
con nuestras lágrimas cantamos a la inmortalidad,
al amor, al recuerdo, al
agradecimiento, a la eternidad
y nos secamos con pañuelos del olvido
en un epitafio cincelado en una piedra.