El maestro de las ciencias exactas
Nació en la sufrida región colombiana marcada en el mapa de la violencia como Montes de Maria, en donde ocurrieron 57 masacres y más de 1.500 familias fueron desplazadas en el primer decenio del presente siglo. Fue el 12 de febrero de 1.953. El mismo día que Francisco Orellana descubre el río Amazonas en 1.542. El mismo día que en 1.879 se inauguró en Nueva York el madison Square Garden. En Colombia, se reabrió el periódico Espectador en 1.891 censurado un año antes, y China adopta el calendario gregoriano en 1.912 y los Viet cong, en Vietnam libera a los primeros soldados gringos.
ORIGEN CAMPESINO
Le quitaron el pecado original en El Carmen de Bolívar en el mismo año que nació. . Dio sus primeros pasos debajo de un palo de aguacate y convirtió la sombra del árbol en el teatro de sus aprendizajes infantiles, en el comedor de sus angustias, en la hamaca de sus sueños y en el espacio para las contemplaciones. Su madre no lo entretenía con un sonajero. Lo hacia con melodiosas canciones animadas por cañas de millo, acordeones, gaitas, tamboras y clarinetes. Ya volantón, jugando en la calle fisgoneaba en las tardes en las tertulias de los viejos que jugaban dominó y tomaban ron blanco mientras se fresquiaban bajo el follaje inmenso de un zamán.
Proviene de una familia numerosa en el campo donde se requería mano de obra barata, y tener hijos se competía, en cantidad con los felinos. Tuvo “16 hermanos, 8 mujeres, 7 hombres, y “yo”, narra a carcajadas, al otro lado del lugar donde me encontraba cuando le entrevisté. Por ser el menor, le registraron con los nombres del padre, un guayacán que murió de pie en 1.985. Y como era la costumbre a principios del siglo XX, los varones pagaban la dote y se casaban con niñas muy tiernas e inocentes. Silvia Ferrer lo hizo a los 14 años, y desde esa edad, veló por la camada y aprendió los oficios de la casa desde el 2 de febrero de 1.929 cuando nació escuchando de niña los horrores de la masacre de las bananeras ocurrida en 1.928 en tierras donde nació el único nobel colombiano con sabor caribeño, cuyas obras debimos leer en el aula de clase mientras cursábamos el bachillerato técnico.
El rostro de Mario se le recuerda porque tenía los dientes salidos por chupar dedo; usaba un peinado con linea 3/4 a la izquierda y capul que se extendía sobre el lado izquierdo de esa cabeza armónica que caía sobre la frente en forma de artesa. Tenia tez cobriza y se creía mas blanco que Pedro Guzmán. Al mirarle a la cara, se podía inferir la predicción por los números. Tenia el rostro forma triangular, nariz aplanada, sonrisa exagonal, cejas de borrador y ojos en el centro de paralelogramos. Con los años a la espalda, el rostro de todos, ha cambiado a tal punto que toca hacer un acto de fe y escuchar la voz de quienes fueron los compañeros de internado y aula para identificarlos plenamente. Como el caso de Peluffo, vive desde 1.973 en Pasto ya tiene tez blanca, y las formas geométricas que tenia en el rostro sin acné, ahora son cabuyas en el bolsillo.
NIÑO TRABAJADOR Y ESTUDIOSO
Mario Segundo le apellidaban en el rancho de la familia. Simplemente Mario lo identificaban en la droguería del pueblo donde fue, como sus hermanos, mensajero. Los cantos de vaquería, las parrandas vallenatas, las coplas, las chirimías, y el consentimiento por ser el “benjamín” del hogar, Peluffo Ferrer, le facilitaron convertirse en un niño prodigio, como muchos que nacen en las veredas colombianas, y que pocos maestros logran identificar, guiar, apoyar y buscar espacios para el desarrollo de las potencialidades para convertirlos en “buenos estudiantes o buenos deportistas como es el caso del zipaquireño Egan Bernal, recién ganador del Tour de Francia 2.o19.
MAS CONDECORADO QUE EL CORONEL QUE NO TUVO QUIEN LE ESCRIBIERA.
Si Mario Peluffo guardase las distinciones y diplomas recibidos mientras fue estudiante, por la extensión, cubriría una vega del río grande de Colombia, sobrarían para techar tantos ranchos como hogares para sus 15 hermanos. Desde el desarrollo intelectual, el coeficiente, la capacidad de comprensión y analisis, fue un ejemplo para quienes fuimos compañeros de pupitre, de fiestas y de tragos en los años: 1.970, 1.971, 1.972.
CRECIO ENTRE PARRANDAS Y PARTIDAS DE DOMINÓ
Inició el bachillerato técnico en la Escuela Industrial de la ciudad inmortalizada por Lucho Bermúdez con la canción: “Carmen de Bolívar” (https://www.youtube.com/watch?v=qF7BYTnYPZA), tierra de cantadores, verseadores, copleros y acordioneros; de habitantes tejedores, ganaderos, agricultores y tabacaleros.
BECADO EN LA ENSIN
Al culminar el 4o. de bachillerato le titularon como “experto” en mecánica industrial de su pueblo natal y lo prepararon para trabajar y ganarse el pan; pero le notificaron que continuaría con la beca que se había ganado al terminar la primaria, pero que, para continuar con ese beneficio estatal, debía trasladarse al interior del país a continuar los estudios en la Escuela Normal Industrial de Zipaquirá-ENSIN-, a la que llegó en un enero de 1.970 junto con el paisano y mancorna de la disciplina estudiantil, Pedro Guzmán Buelvas, actual médico general en Puente Nacional, Santander.
Con Pedro Miguel tomaron el bus hasta la capital de Bolívar, y desde Cartagena, viajaron en avión hasta Bogotá, gracias a la donación del pasaje por el patrón, dueño de la droguería donde trabajaba en vacaciones.
DE ZIPAQUIRA A TUNJA, Y LUEGO A SAN JUAN DE PASTO.
En Zipaquirá cursó desde el grado 9o. hasta el 12o. Inició en 1.973 estudios de ingeniería metalúrgica en la UPTC de Tunja, pero los usuales paros en universidades públicas, lo obligaron a declinar sus estudios, yéndose a Bogotá a buscar trabajo; convencido que conseguiría en el MEN, pues ya había tenido noticias de que le estaban buscando. Esa mañana que llegó al Ministerio, se encontró la lotería en el loby, estaba el rector de la ENSIN, Luis Antonio Helvez, quien nos entregó el 22 de diciembre de 1.972 el cartón de bachiller técnico. Jelvez lo presentó en la dirección de la educación técnica, y con un memorando dirigido al alcalde de Pasto, salió Mario Peluffo, para que lo posesionase como profesor de dibujo técnico, responsabilidad que asumió en septiembre del mismo año y que ejecutó hasta 2.003, año en que fue pensionado por enfermedad general visual.
Un carmelano acostumbrado a caminar descalzo o con chancletas y vestir con poca ropa, se aclimató rápido a la altura de la capital salinera de Colombia. Cambió la franela por la camisa de manga larga, la pantaloneta por el jeam, el sombrero voltiao por la brisa fría de los andes colombianos. Y al llegar a Tunja, cambió el suéter de lana por la ruana y el sombrero, y al arribar a San Juan de Pasto, remplazó el sombrero por el chullo cuidando la cabeza mientras se calentaba frecuentemente con el “hervido” nariñense.
PESCADO CON NASA
A Mario, en su época estudiantil, no se le recuerda atracción fija por una congénere. Invertía sus energías en comprender y explicar matemáticas y física, cuya paga exigía, se hiciera con guaro para mojar la palabra. Sin embargo, quienes nacimos en la década del cincuenta, alimentados con carne magra de cabros, ovejos y gallos viejos, desde la edad para la circuncisión, la libido mantenía alta, si no se invertía el tiempo en oficios físicos y psicológicos agobiantes, el catre y el colchón hacia la amortiguación.
En honor al segundo nombre, Mario postergó el casamiento oficial hasta 1.985 con una pastusita que lo atrapó con nasa acariciando su espalda con un smith esson 38 corto para evitar el pleito por daños y perjuicios causados por 12 años, con un eterno amor, difícil de escriturar ante un cura.
En honor al segundo nombre, Mario postergó el casamiento oficial hasta 1.985 con una pastusita que lo atrapó con nasa acariciando su espalda con un smith esson 38 corto para evitar el pleito por daños y perjuicios causados por 12 años, con un eterno amor, difícil de escriturar ante un cura.
Mario Segundo Peluffo y José Antonio Montenegro 2019.
Imitando al abuelo, sin estar bajo la sombra del aguacate, relata historias de la niñez y la mocedad. De la vida compartida en el internado en la ENSIN afloraron gratos recuerdos. Relato algunos; la excursión del curso 5o. a la Costa Caribe bajo la tutela de la profesora de matemáticas, Ligia Quevedo; las fiestas pro-excursión amenizadas por los Graduados y los Hispanos. Con la voz del Loco Quintero, los primeros; recuerdo las canciones; ( https://www.youtube.com/watch?v=ZCGuh3P87xU), “Sirvame un aguardientosqui”, y la “ballena de Jonas” (https://www.youtube.com/watch?v=ZCGuh3P87xU): Del cantante, Rodolfo Icardi. Aviva la memoria la melodía de la melancolía, “cariñito” que Mario cantaba a su dulcinea…nunca me abandones cariñito… ( https://www.youtube.com/watch?v=IiHZ3XHvDx8). Recuerda, cómo se henchía su autoestima cuando en cada clausura y graduación era distinguido cómo el mejor del curso, en todo. En alguna ocasión un compañero hizo gestiones ante la Licorera de Bolívar para que le enviasen Ron Caña para distinguir al apreciado hijo carmelano que gozaba explicando física y matemáticas.
Las experiencias, las amistades y los momentos compartidos con los compañeros internos, brotaron hablando con Mario, calificando esos tres años, como gratificantes y placenteros en los que hicimos familia y como tales, convivíamos.
Cita con agradecimiento las invitaciones en vacaciones de medio año que le hicieron algunos compañeros. La estadía en Madrid, Cundinamarca, en casa de los padres de Hector Gonzalez, apodado el “burro”; la estadía en otras vacaciones en Libano, Tolima en la familia de Luis Fernando López, “el chulo”.
En el sendero de la existencia, cada quien vive momentos diversos. Para Mario, uno de ellos, fue la muerte del padrino de bautismo. En esa época cuando nacimos, los padrinos eran escogidos con mesura y esperanza por nuestros padres. Esa elección tenia como fin, encontrar un segundo padre, pues los padrinos, eran para nosotros,, tan importantes como nuestros progenitores, ya que asumian iguales obligaciones.
Del internado y en las aulas de clase surgen los recuerdos con los amigos de fiestas, clases, conquistas y tareas. “El burro” Gonzalez, el amigo madrileño. Lázaro Pinto, el compañero de la especialidad. Jorge Eliecer Pinto, el vallenato que es actualmente ferretero en Valledupar. A “Nerón”, Jaime Castro. Al otro Castro Miguel, fue docente en el ITIS de Puente Nacional. A Luis Carlos Iglesias quien fue “bebido” en el matrimonio el día del grado de todos. A el zipa y panadero Alfredo Rodrigues, cuyos padres fueron propietarios del establecimiento “La frella”. Y ya, trabajando en Pasto, estrechó amistad con José Rufino Navas, graduado en 1.971, profesor de electricidad. A mi me recuerda por “lo pingo y atravesao”, por los pantalones bota campana y las chamarras de tela, el peinado de medio lado y el olor a colonia barata.
Es natural que si entre los egresados de la ENSIN en 1.972, Mario Peluffo es de grata recordación, sus estudiantes de dibujo y ciencias exactas le recuerdan por los consejos que a la par con la instrucción, irrigaba a los muchachos, sin mirar a quien.
HACER LO MAS GUSTA Y PRODUCE SATISFACCION
Un maestro es recordado por sus alumnos, si logra identificar los talentos de sus estudiantes entre el mar de información que traen la áreas, muchas veces, estéril para enfrentar el mundo real. Es sencillo descubrir que es lo que hacen y disfrutan haciendo los chicos, y empujarlos por esos senderos de búsqueda de identidad y desarrollo de los talentos. Peluffo es un ejemplo. Gozaba explicando los operaciones matemáticas que a muchos de nosotros nos costaba enfocarnos en los procesos para encontrar la respuesta exacta.
Mario es maestro desde niño. Para él, el mundo de los números y las fórmulas, era pan comido. Ya en Pasto creó una academia de matemáticas que tuvo origen en las clases a domicilio que guiaba en la jornada contraria a la laboral. ESTUDIO FÁCIL, es la marca de la academia en la que guía y asesora tareas a estudiantes de la educación primaria, básica, media, técnica y universitaria desde 1.986. Por esta sencilla razón se licenció en matemáticas y física en la universidad pública de Pasto y ha dedicado la vida a la enseñanza de las ciencias exactas.
San Gil, julio 29 de 2.019
#NAURO TORRES.