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sábado, 23 de julio de 2022
El ayo bellezano, Marcos Fidel Piñarte Valenzuela
Como muy pocos de los nadie de antaño, en el
escondido pueblo del Sur de Santander, reconocido como la Suiza de Santander,
nació el 12 de junio de 1.938 un niño cuyos padres,- Anatolio Piñarte, fallecido en 1.982 a los 90 años, y Ana Rosa Valenzuela fallecida en 1.961- con hacha y machete, fueron
descuajando montaña y haciendo finca en los parajes que hoy se conocen como La
Belleza.
Por las creencias de sus padres, por el señorío
mostrado por el niño, por los logros académicos en la escuela, en una misión católica
ocurrida en recónditas y distantes tierras fértiles de la cordillera veleña,
fue reclutado para ser formado como sacerdote en la comunidad carmelita de
Medellín, Antioquia. Allí en un monasterio cursó el bachillerato y la filosofía.
Cuando se nace en tierras inhóspitas y clima
variable, alguna enfermedad tropical se nos atraviesa para irrumpir los planes
personales. Colgó la sotana y asumió similar vida a la del pensador, Sócrates.
Se convirtió en partero para suscitar los sueños de niños que, como él, deseaban
estudiar, pero no tenían oportunidades. Fueron miles los nadie que recibieron
el afecto y la orientación del profesor Piñarte Valenzuela; hoy reconocidos
ciudadanos que usaron la educación para transformar sus vidas y el entorno en
el que viven.
Como pensador, lector y educador, asumió una de
las tesis de Ortega y Gasset: “El hombre es un ente que se hace a sí mismo
y tiene la capacidad de decidir qué quiere hacer y cómo”. Se inició
como maestro de secundaria en Zipaquirá.
Regresó en 1.965 a su tierra natal en la que
estuvo por 15 años, en los cuales fue diputado a la Asamblea de Santander,
cofundador, profesor y rector del Colegio integrado don Bosco, presidente de la
Junta Comunal y cofundador de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Belleza
Ltda.
Algunos coterráneos del mismo partido le pagaron
con creses acusándolo ante la Secretaría de Educación por inmiscuirse con los
comunales. Abandonó su tierra amada en la que conoció a la normalista puentana
Mariela Virviescas, siendo docente fundadora del Colegio de la Belleza con
quien fueron padres de tres hijos (Oscar, Sergio y Nelson). Asumió la rectoría del Colegio Cooperativo de
Barbosa, hasta que se pensionó por los servicios prestados a la educación
santandereana. Se residenció en Puente Nacional a roer recuerdos y continuar poniendo
sus capacidades, en donde le permitieron, en particular en los asuntos
ambientales, de los cuales, junto con su hijo, Nelson Piñarte Virviescas(q.e.p.d),
fueron lideres promotores del cuidado y protección de las fuentes hídricas,
levantando banderas contra la contaminación de combustibles fósiles.
El maestro Piñarte Valenzuela fue legando, con
su halo, una estela de enseñanzas con quienes se cruzaron en su camino en su florido
transitar en los tres municipios veleños por donde anduvo.
En mi búsqueda en encontrar mi mismidad y estar
de acuerdo consigo mismo; en mi batalla personal por mostrar mi servicio social
y educativo, Marcos Piñarte Valenzuela, siendo rector del Colegio de la
Belleza, gestionó mi traslado de la Escuela Urbana de la localidad, al colegio
supliendo mi plaza departamental con el traslado de mi esposa. Margarita González
Gamba (q.e.p.d).
Con las mismas monedas que le pagaron a un hijo de la tierra bellezana, 28 meses despues de iniciar mis labores como maestro, fui
sindicado de sembrar división en el credo e inducir a los alumnos, con la
lectura a las ideas liberales, banderas sociales de la década del setenta en Colombia.
El maestro Piñarte Valenzuela, me legó: el
respeto al otro y a las opiniones de los otros; el ejemplo como medio de formación
de los educandos; la dignidad, valor no transable; la atención y escucha para
ponerse los zapatos del otro; la no violencia como arma de conciliación; el
porte personal como referencia al educando; la vida como una escuela en la que
se aprende, o, se aprende; la muerte como excusa para vivir eternamente en
quienes se cruzaron en nuestros caminos como maestros.
La policía nariñense informó que junto al cuerpo del
ambientalista encontraron una nota en la que informaba las causa de su muerte
que interpretaron los uniformados como un suicidio. Personas que compartieron y
leían los cuadernos del periodista, afirman que la letra de la supuesta nota no
tiene los rasgos de la grafología del ambientalista. El hijo de la
familia Piñarte Virviescas salió de su casa -como otras veces- a caminar y
hacer registros gráficos terciando el bolso que lo acompañaba siempre. El informe
policial cuenta que en el hotel donde, supuestamente se registró, dejó una
maleta. Desde que se pensionaron sus padres, Nelson Piñarte, el periodista
ambiental, los acompañó hasta su misteriosa desaparición de la localidad, circunstancia
que mantuvo inquietos a los progenitores por carecer de certeza si fue un suicidio o un homicidio. En ambos orígenes, no se han encontrado los hilos del desenlace
triste para los colectivos ambientalistas de varios municipios veleños.
martes, 19 de julio de 2022
Las torcazas no se comen. Poema de Nauro Torres Quintero
Poema 242
17/07/2.022
Tú, cazador de aves de monte
mientras yo volaba entre la neblina
en las copas de los arboles
buscando semillas para mis polluelos,
agazapado me esperabas de regreso al
nido.
Un rugido de tu escopeta irrumpió la
cuna;
se cayeron las semillas,
chillaron con hambre mis polluelos.
Mis plumas apaciguaron el golpe de
las semillas;
tú, cazador, asesinaste tu trofeo
y con tu egoísmo ahogaste a los
polluelos.
Unos decidieron que mi carne es delicada y
sazonada
-los otros callaron olvidando mi
canto-
algún día sin noche, sin árboles, sin agua, sin
comida,
preferirás ser torcaza para volar cazando semillas
para oxigenar la tierra.
No esperes nada. Poema de Nauro Torres Quintero.
Poema 206
Omite
que ayer debiste ser recompensado
y
no lo fuiste.
¡Sé
feliz¡ ¡No esperes nada¡
Lo
que nos ocurra está escrito
en
la agenda que al azar hojea
el viento eterno.
Fotografía del maestro Domingó 2.021 Tomada de internet.
miércoles, 6 de julio de 2022
Trasteo, poema de Nauro Torres Quintero
Poema 219
Anhelé
en un arca embalar
mi
pasado, el presente y el futuro;
enfardé
dolores, tristezas y descontentos
en
el baúl de los recuerdos.
Envolví
en papel del olvido
los
sinsabores y desprecios
y
los dejé en estribor
para
que el viento del mar
los
esparza en altamar.
Enfardé los floridos amores
en
un costal para oler sus perfumes
en
estribor en tardes infinitas
y
en perennes desvelos.
Los
trebejos los abandoné
en
cada puerto por donde anduve,
como
regalos a mis depravadores
de
mi quehacer pedagógico y empresarial.
Mis
historias sin contar
y
mis versos sin hilar
viajan
conmigo en la valija literaria,
sin
papel, sin tinta, sin lomo,
en
el ciberespacio digital.
Cibernautas
vuelan por doquier,
lectores
nadan en el inmenso mar
bebiéndose
mis letras, sin afanes,
porque
el vino no es del viñador,
es
de quien lo bebe con complacencia
deleite y satisfacción.
lunes, 20 de junio de 2022
Pensemos en aportar, en construir
Ya se acabó la
disputa
por el cargo de
presidente
ahora los colombianos
a la rutina de
siempre;
no importa quién ha
ganado,
terminaron las
elecciones;
dejemos atrás el odio,
las ofensas y
rencores…
Usted mi querido
amigo
que cree en la
democracia
no crea porque perdió
que nos llegó
desgracia,
y si es de los
ganadores,
ganó fue su candidato
usted continúa lo
mismo
madrugando a buscar
trabajo…
Dame la mano mi
hermano
y un abrazo démonos
que no somos enemigos
todos somos
colombianos;
hay que pensar en Colombia,
aporte un grano de
arena;
muy fácil es criticar
hay que empezar la
tarea…
Lo primero que hay
que hacer
es dejar atrás el
pasado
quitarnos odio y
rencor
no importa quien haya
ganado;
si usted es negro o
mulato
campesino o
asalariado
hay que juntar
nuestras manos
y halar para el mismo
lado…
Colombia aquí
necesita
que trabajemos
honestamente
que estemos todos
unidos
así iremos para adelante,
que se combata la corrupción
y no se roben la
plata
que no haya
intermediarios
y así el dinero si
alcanza…
En los cargos que
asignen
que escojan a los
mejores
que sea por
meritocracia
y no por ser roedores
que a cambio de más
impuestos
recorten los asesores
que tienen los
ministerios
diputados y
senadores…
Que acaben tanta prebenda,
así reducen el gasto
apretarse el cinturón
pero no para los de
abajo;
si usted es un funcionario
que cumple con su
trabajo
le hace un favor a Colombia,
así los necesitamos…
Si usted es una
corbata
como muchos
funcionarios
y no cumple sus
funciones
está robando al
erario
que todos los
funcionarios
se pongan a trabajar
es el cambio que
necesita
este país para
progresar…
Cambiaremos de
presidente
ministros y
embajadores
pero Colombia no
cambia
si sigue habiendo
ladrones
y en este país
creyente
que tiene a Cristo de
modelo
nos robamos la
platica
y culpamos a los
ateos…
No veas la paja del
ojo
que tiene el que está
a su lado
vea la viga que
llevas
por eso es por lo que
ves nublado
en lugar de criticar
y pensar que todo está
mal
aporte con soluciones
y el cambio si se
verá…
El cambio no es de
gobierno
es de manera de
pensar
si todos aquí aportamos
Colombia si va a
cambiar
hagamos un gran
acuerdo
entre todos los
colombianos
cerremos boca a la ofensa
y juntemos ya
nuestras manos…
Hay que silenciar el
odio
lo mismo que los
fusiles
no importa que aquí
pensemos
en una forma disímil,
que se respete al
hermano
no importa su condición
al fin que todos vivimos
en esta misma nación…
El país solo necesita
que haya reconciliación,
hacer la paz entre
todos
salvar a nuestra nación.
Colombia sale
perdiendo
si seguimos divididos
el país hoy necesita
que estemos todos
unidos…
Miremos todos al
cielo
que vuelve a salir el
sol
si todos vamos al
surco
a Colombia le va
mejor
por eso querido amigo,
y ya para terminar,
no te sientas un
perdedor
y piense que va a
aportar.
domingo, 19 de junio de 2022
Amores encadenados
Los ocho de Colombia fue una orquesta que animó fiestas por
dos décadas a finales del siglo XX en el país de Gabriel García Márquez. Con
sus melodías se bailaba en todos los escenarios de la escala social del pais de
las desigualdades. Los jóvenes se aprendían las canciones he imitaban a Eder
Ortega, cantante estrella del grupo tropical internacional en esa época del
auge del realismo mágico que se esparció desde las brisas caribeñas al mundo
musical hispano.
Los ocho de las parrandas. Los ocho de las tareas. Los ocho
de los ensayos. Los ocho del despertar de las emociones y goce de las mismas. Los
ocho estudiantes de uno de los colegios guanentinos con nombre de provincia
santandereana, se graduaron en el año y en el mes y año del desastre de Armero,
producto de la erupción del nevado del Ruiz guindado en una cima del del
departamento del rajaleña y el sanjuanero, bambucos bandera de la identidad de
los andes con pollera colorada y piraguas guiadas por lancheros descendientes e
imitadores de Mauricio Babilonia.
Nunca olvidaron ese noviembre cuyo grado ocurrió días después
del incendio del palacio de Justicia de Colombia, producido por el Ejército
Nacional para extirpar a los integrantes del M-19 que, ilusos quisieron
manifestarse presionando la restauración de los diálogos con ese grupo
guerrillero que ganó fama al actuar como Robin Hood a favor de los pobres, víctimas
de quienes, por décadas, usufructúan el poder económico y político desde ambos
bandos identificados con dos de los colores de la bandera nacional que usufructúa el amarillo, símbolo de la riqueza colombiana.
Sumados las manifestaciones estéticas de los ocho egresados, sin honores costosos, tenía cada uno una habilidad estética que se convirtió en
el imán que los juntó en sus vidas mozas.
Vistieron como varones en el colegio: Federico García,
gustaba de la escritura, en particular, de la lírica. Salvador Oliva, se le
recuerda por sus gustos por la pintura y su bigote mazamorrero. Oscar Fajardo,
gustaba del escenario, integró el teatro “El Mazo” en la ciudad santandereana de
los deportes extremos. Marcelo, fue el pensador del grupo. Leía todo lo
relacionado con la razon y la verdad. Reinaldo Arenas, un moreno con aspecto
caribeño, fue un admirador de la revolución cubana; vestía como el Ernesto Che
Guevara. Silvia Rivera, fue la diva; la bailarina, la sensual estudiante, la
bonita. Estuvo entre las mejores en resultados académicos de su salón. Marsha, la chica de las caricias
fáciles; la de los afectos sin medida, la que no se perdía la corrida de un
catre. Y Josefa, la niña que hacía la diferencia vistiendo como ellos; la que
se le medía a todo reto con tal de ser tenida en cuenta; la que gustaba de
ellos y ellas, para cualquier vaina.
En ese entonces, las danzas en el colegio no se conocían ni
por referencias; menos unos quince años o un baile popular en el que los
jóvenes pudiesen acudir, aprender y divertirse. Los varones, uno de ellos, se
ganaba el pan lavando platos en el burdel de “la cara palante”. Fue el
contacto para que el resto de los chicos fuesen en horas de descanso de “las
mujeres de mala vida” a que ellas, o alguna, les enseñaran a bailar, rancheras,
tangos, boleros; incluso, baladas. Y ellos, aplicados, se convirtieron en
bailarines sociales con cierto aprecio y admiración entre las chicas del colegio.
Se esfumaron los años del bachillerato. El grado, en alguna
medida. Dejaron de verse todos los dias, pero se frecuentaron cada semana. Los
juntaron los sentimientos, los amores, incluso, los retos.
Federico, el escritor unió similitudes con Marsha, la chica
de las caricias fáciles. Salvador, el pintor, por su forma de ser y sentir se
juntó con Silvia, la bailarina, y Josefa, la chica del deporte masculino. El admirador del Che Guevara y Oscar, el chico
de los escenarios teatrales, junto con Marcelo, el libre pensador, fusionaron
afinidades para convivir.
San Gil, ciudad señora desde antaño, es recordada por sus
puentes sobre el río Fonce, y sobre sus quebradas. Cinco puentes, hasta ahora,
sobre el río, en menos de un kilómetro
en el sector urbano. Otros tantos sobre la quebrada Curití. Dos sobre el arroyo
la Magdalena y tres sobre la quebrada Las Ánimas. De los puentes urbanos sobre el río, dos son
peatonales; ambos metálicos. Uno, el más antiguo, se desprende uniendo la plaza
de mercado con el otro lado -La sangrada familia- y el segundo, el colgante
construido en 2013 para unir el centro histórico con el centro comercial El
Puente.
Imitando costumbre que floreció en París-hoy prohibida por el
daño al ornato- empezaron a aparecer, en los dos costados del puente peatonal del
centro comercial, candados cerrados en los ojos de la malla destinada a
disminuir intentos de volar hacia las profundas y veloces aguas del Fonce que golpean sin piedad las piedras milenarias.
Observando en detalle la disposición de los candados, en ojos se observan dos candados cerrados, separados. En otros ojos, dos candados asidos entre sí. En
otros, candados atados en trio. Hay
diversos tamaños, colores, marcas y óxidos en las cerraduras. Todos los candados están
marcadas individualmente, con letras, corazones, rosarios, arabescos y símbolos
diversos. Pero todos están cerrados y amontonados, cada vez más,
en el mismo trayecto a ambos costados.
Con los años, Oscar Fajardo, luego de andareguear por
ciudades y países, en virtud de su oficio de teatrero, retornó a San Gil. Muy
cerca de allí en un cafetería cercana al “Matachito del Paraguas” se encontró con
Reinaldo. Recorrieron el puente peatonal cargado de candados. Continuaron la
charla en la "Polita", cafetería en el primer piso de histórica casa de los
Massey en el marco del parque la Libertad de San Gil.
Según la disposición de los candados, -registraron en su
charla-, tienen significación diferente, según el sentir de quienes pactan o
sellan un compromiso, supuestamente para siempre. Dos candados separados en un
ojo de la malla, es un pacto de amor con la libertad de cada uno de dejarse,
sin agredirse. Dos candados atados y cerrados uno con el otro, es un pacto de
amor que solo se deshace con la muerte. Tres candados atados entre sí, revelan
el amor compartido entre tres en el silencio de los espacios sin puentes. Y las
llaves, arrojadas a las umbrías aguas del río Fonce, sellan el acuerdo verbal y
amoroso que los ata dejando una evidencia pública que solo interesa a quienes
colocaron el o los candados.
Los candados del amor tienen algún significado para los
enamorados y posesivos. Para los transeúntes que viven corriendo para ganarse
el pan, son simplemente candados oxidados que están deteriorando el puente y
afectando su estructura.
Las llaves de los candados del amor colocados en puentes en
diferentes lugares del mundo son arrojadas a las aguas que discurren bajo el
puente precipitándose cargadas de basuras de la ciudad. Significan que lo pactado, no tiene reversa, como no la tiene el agua del río que no
retorna por el mismo lecho, así como el pasado se esfuma en las espumas del
trasegar de cada quien.
San Gil, mayo 31 de 2022.
jueves, 16 de junio de 2022
Evocada imaginación
Sexalescencia
Pertenezco a la franja de población que no tiene entre los planes, envejecer y arrumarse en casa. Soy uno de tantos que trabajó desde niño, generó conocimiento, emprendimiento, empresa, familia, y desperté en miles de jóvenes los talentos para que volaran, por sí mismos, a partir de sus empeños, estudios e iniciativas haciendo siempre lo que más les gustaba y producía satisfacciones.
Somos mayores que no vimos lo que hacíamos, como un trabajo, sino como actividades lúdicas; y hoy, gozamos el existir y el vivir cada día y cada noche, como si fuese el último, reconociendo y asumiendo los deterioros normales de la tercera edad.
No me considero sexagenario. Soy sexalescente. Y como tal, hago lo que disfruto hacer: disfrutar la naturaleza, el escribir y amar sin condiciones.
Con un centenar de poetas de habla hispana, acogimos la invitación a participar en una antología digital con Sabor a sexalescencia. En ella, participé con el poema que hoy comparto con usted en mi blog.
Evocada imaginación
Imaginemos
que nuestras miradas inevitablemente se cruzaron;
imaginemos
que nuestros ojos se fijaron, unos en los otros;
imaginemos que nuestras voces,
mudas quedaron al mirarnos en silencio;
imaginemos
que nos enamoramos sin hablarnos.
Supongamos
que nos seducimos mirándonos;
supongamos
que nos fusionamos con los rayos del mañanero sol;
supongamos
que nos acariciamos con los desnudos rayos de la luna;
supongamos
que fuimos novios pasajeros y amantes eternos.
Fantaseamos
que vivimos en la brisa de la aurora,
fantaseamos
que navegamos en las espumas del infinito mar;
fantaseamos
que nos convertimos en arreboles;
fantaseamos
que convertimos el ocaso en cama nupcial.
Imaginemos
que nuestro amor se acrisoló en rocío,
nos fundimos en el aroma de las flores,
nos difuminamos en el verde de las hojas,
y las cenizas de nuestro escondido amor
pululan
en los fulgurantes rayos de sol
y
en la tenue luz de la luna primaveral.
Somos,
evocada imaginación.
Algunos de mis lectores se preguntarán el porqué siempre estoy
haciendo algo. La razón es simple. No me siento a esperar la
muerte. Ella llegará en su tiempo. En ese entretiempo, continuo con
mi artesanía de la palabra escrita. Con mi narrativa y mis poemas,
estaré con usted en la cuarta edad; entendida ésta, como el estar en
la memoria de los lectores.
Gilberto Elías Becerra Reyes nació, vivió y murió pensando en los otros.
¡ Buenas noches paisano¡ ¿Dónde se topa? “ En el primer puente de noviembre estaremos con Paul en Providencia. Iré a celebrar la...
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“El amor no se mira, se siente , y aún más cuando ella está junto a ti”. Pablo Neruda Nauro Torres 2.021 Amándote amanecí, contigo soñé; ...
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La huella que dejó en los feligreses de numerosas parroquias de la Diócesis de Socorro y San Gil, son imborrables. el rastro que ha dejado ...